La penicilina cura la gonorrea
en 4 horas (1949) Fotografía histórica |
A finales de los años 40 del s. XX, la penicilina se comenzó a fabricar y a distribuir. Puede decirse que la introducción de este antibiótico supuso una auténtica revolución en la medicina de la época. Muchas enfermedades pudieron curarse fácilmente, con rapidez y sin apenas efectos secundarios. Entre ellas, las enfermedades venéreas, como la sífilis y la gonorrea. Un buen testimonio es esta fotografía que muestra la publicidad que se hizo en aquel momento: la gonorrea se podía curar en 4 horas. Una afirmación que no ha resistido al paso de la historia.
En aquel momento, el cambio fue tan grande que se llegó a hablar de la probable desaparición de la sífilis y la gonorrea a corto plazo. Aunque esta era una previsión muy optimista que no se cumplió (algún día analizaremos las causas) se había perdido el miedo a las infecciones de transmisión sexual (ITS), lo que posibilitó el masivo cambio de comportamiento sexual. Así, durante los años 60 y 70 del s. XX llegó la llamada "revolución sexual". Hasta que la llegada de una nueva enfermedad, el sida, volvió a cambiarlo todo.
Leucocitos con gonococos (Neisseria gonorrhoeae) |
Según las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), setenta y ocho millones de personas se infectan anualmente, según los datos recogidos en 77 países distintos: 35,2 millones en el Pacífico Occidental (Australia, Polinesia, China, Japón...); 11,4 millones en el Sudeste Asiático; Otros 11 millones en Africa y otros tantos en Sudamérica; y 5 millones en Europa y en la región mediterránea oriental. Esta alta incidencia está favorecida, según la OMS, a la disminución del uso de preservativos, la cada vez más frecuente costumbre de viajes intercontinentales, y a que los médicos han abandonado la aplicación de técnicas de cribado sistemático.
Incidencia de algunas ITS en España. La gráfica en rojo corresponde a los casos de gonorrea. |
Efectivamente, desde hace mucho tiempo la comunidad científica viene alertando de un creciente peligro de bacterias multirresistentes, capaces de sobrevivir a la acción de la mayoría de antibióticos de última generación. Es decir, estamos sin armas para combatir algunas de las enfermedades más comunes y potencialmente más peligrosas de nuestra historia. La solución, como advierte la organización médica, pasa por un uso más racional de los medicamentos así como por la búsqueda de nuevos métodos de tratamiento diferentes de las moléculas antibióticas conocidas hasta ahora.
Pero la investigación sobre nuevos antibióticos no es muy atractiva para los laboratorios. Los tratamientos antibióticos se administran puntualmente durante cortos períodos de tiempo, lo que deja una escasa ganancia económica. Es mucho más lucrativo dedicar los esfuerzos de la investigación a medicamentos que palien las enfermedades crónicas, sin llegar a curarlas, lo que representa el uso de medicamentos durante largos períodos de tiempo y una mayor ganancia para las empresas farmacéuticas. Por este motivo en el momento actual solamente se están investigando tres nuevas moléculas.
A la larga, se necesitará una vacuna, lo que supondría una auténtica solución al problema. Pero mientras tanto, la OMS insiste en la prevención de las ITS, recomendando comportamientos sexuales más seguros, y especialmente el uso del preservativo.
Gonorrea por países
(número de casos /100.000 hab).
Distribución actual de la gonorrea en el mundo |
sin datos
menos de 10
10-20
20-30
30-40
40-50
50-75
75-100
100-115
115-130
130-145
145-160
más de 160
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