lunes, 5 de junio de 2017

Museo Olavide (II): Un museo médico de figuras de cera









Eduardo Zofío

Placa de tricoficia circinada. Contagio de una vaca. 

Moldeado de cera
Museo Olavide. Madrid.




Cualquier dermatólogo actual reconocería de un simple vistazo el diagnóstico de esta enfermedad. Hoy la llamaríamos tinea corporis, pero los datos de la clínica representada, su etiología e incluso su forma de contagio a partir de un contacto con una vaca infectada no han variado desde que el ceroescultor Zofío la representara para ser exhibida en el Museo de enfermedades de la piel del Hospital de San Juan de Dios. 

Eritema pelagroide en las manos
En el s. XIX no era fácil la enseñanza de la Dermatología. No había fotografías para reconocer el aspecto de las lesiones de los casos poco frecuentes que no se podían ver en directo. Solamente las representaciones gráficas (acuarelas, dibujos y litografías) podían suministrar esta información. Pero también había otro sistema, el de los moldeados de cera en el que se tomaba el relieve de las lesiones de los enfermos para recrearlos después en pequeñas esculturas de cera. Así se obtenían representaciones tridimensionales coloreadas que reproducían de forma muy real las enfermedades de la piel. Olavide que estaba creando en el Hospital de S. Juan de Dios de Madrid un núcleo de estudiantes, decidió crear una colección de figuras de cera, que con los años llegaría a ser uno de los más importantes del mundo. La localización del museo siempre estuvo unida al Hospital San Juan de Dios, tanto cuando éste estuvo ubicado en la calle Atocha, como tras su traslado a la calle Dr. Esquerdo en 1897. 

El Museo Olavide no era el único de los museos médicos de Madrid. Tenía como como antecedentes el Gabinete Dermatológico de la Facultad de Medicina, en el que se exhibían láminas y figuras de cartón piedra de la colección de Thibert y el Museo Anatómico y Patológico del Hospital General, creado en 1851. Y también había un museo médico militar. 


Fotografía histórica mostrando la disposición del Museo Olavide,
cuando estaba en las dependencias del Hospital de S. Juan de Dios

La inauguración del museo del Hospital de San Juan de Dios se realizó en 1882, posiblemente el 26 de Diciembre de dicho año, con el nombre de Museo Anatomo-Patológicocromo-litográfico y microscópico del Hospital San Juan de Dios. Durante dicho acto, Olavide pronunció un discurso en el que hizo referencia a los trabajos realizados y a las personas que habían participado, siendo contestado de forma entusiástica por el Dr. Castelo. De todas formas, también existe una cita en el catálogo del Museo Anatomo-Patológico en donde se indica que el museo, junto con el laboratorio micrográfico, fue creado en los años 70 por iniciativa de los Excmos. Sres. D. José Eugenio Olavide y D. Eusebio Castelo Sierra, profesores eminentes del hospital. 

Melanoma (Panadizo de Hutchinson) 
A la muerte de Olavide (1901) el museo pasó a denominarse Museo Olavide, como se conoce en la actualidad. En el museo, además de los modelados de cera, se mostraban preparaciones, fotografías y fototipias realizadas por Mendoza y Olavide hijo, junto con las láminas del libro de Olavide “Clínica Iconográfica”. El Museo Olavide fue inaugurado de forma oficial dos años antes que el del Hospital de Saint Louis (París). El Museo Olavide gozó de justa fama y en 1889, 90 figuras del museo, todas ellas realizadas por Enrique Zofío, son trasladadas a París para ser mostradas en el I Congreso Internacional de Dermatología. Los Drs. José Olavide (padre e hijo), Eusebio Castelo y Fernando Castelo fueron quienes se encargaron de este traslado. Los modelados de Zofío fueron elogiados por personalidades como Kaposi, Boeck o Morris, destacando el color de las figuras españolas, con un tinte distinto según la profesión o el tipo de enfermedad. 

Impresionante cuerno cutáneo. Museo Olavide. 
Las figuras del Museo Olavide eran de tamaño variable. A diferencia de los del museo del hospital parisino, los moldeados realizados por Zofío suelen abarcar una amplia zona de piel sana junto a la lesión que se pretendía representar. Así se podía identificar la región anatómica afectada y comparar la piel enferma con la sana. 

Las figuras estaban dispuestas en vitrinas, una especie de grandes armarios acristalados. Se había intentado una clasificación etiológica, pero la mayoría de enfermedades de la época eran de causa desconocida, por lo que terminaban agrupándose por la morfología o por semejanzas clínicas. Cada pieza se solía acompañar de su historia clínica o de una breve leyenda. En una nota al pie o al reverso se indicaba la consulta a la que pertenecía el paciente del que se había extraído el molde. Es curioso el hecho de que todas las figuras realizadas por Zofío estaban numeradas y contaban con una historia clínica, mientras que las realizadas posteriormente por Barta y López Alvarez carecen de numeración y de historia clínica, lo que dificulta bastante su catalogación. 


Modelo de etiquetas de los moldes del museo


En 1903, la Imprenta Provincial (calle Fuencarral, 48) edita el Catálogo del Museo Anatomo-Patológico del Hospital de San Juan de Dios. Creemos que este es el único catálogo existente. El catálogo hace referencia a 367 figuras, distribuidas en 33 vitrinas. Cada armario contenía de 8 a 15 figuras. En la vitrina 33 constan dos estatuas yacentes, de tamaño natural, la primera representando una “tiña favosa generalizada”, y la segunda un caso de “Herpétide maligna exfoliatriz” en una mujer. La representación de figuras de cuerpo entero constituía una novedad. 


Figura de cuerpo entero y tamaño natural de una niña con tiña favosa generalizada. Museo Olavide, Madrid. 

Desde 1927 hasta su cierre, en 1966, los únicos datos que poseemos indican que José Barta y Rafael López Álvarez siguieron realizando figuras, bien de forma individual o bien firmadas por ambos. Por ello, es muy probable que el número total de modelados que alcanzó el museo sobrepasara los mil ejemplares. En número de moldeados ocupa el tercer lugar, después de la colección de París y de la de Viena. 

La entrada al museo estaba permitida a los médicos en horas determinadas. Los profesores del Hospital de San Juan de Dios, impartían en algunas ocasiones sus clases usando las piezas del museo como soporte visual. Juan de Azúa (1859-1922), el primer catedrático de Dermatología de España, dictó ante estas figuras su última lección durante la mañana del 5 de mayo de 1922, día que falleció a causa de una hemorragia cerebral. 


Bibliografía

Conde-Salazar L. Historia del Museo Olavide. En: Conde Salazar L. (ed) Piel de Cera.  ed. Luzán. Madrid, 2006

Sierra-Valentí X. Los museos de cera dermatológicos. En: Conde Salazar L. (ed) Piel de Cera.  ed. Luzán. Madrid, 2006





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