jueves, 9 de marzo de 2017

Las pelucas egipcias






Peluca de Merit
(XVIII dinastía, s. XV-XIV a.C.) 

Cabello humano tratado
Museo Egipcio. Turín.   



Kha fue el arquitecto jefe que dirigió las obras de la necrópolis al servicio del faraón Amenhotep III. (Reino Nuevo: dinastía XVIII) Su tumba (identificada con el número TT8) fue encontrada intacta por el egiptólogo italiano Ernesto Schiaparelli en 1906. Contiene el ajuar funerario de su mujer, Merit. Actualmente su contenido se encuentra en el Museo Egipcio de Turín. 

La importancia de esta tumba es que es una tumba no real con una gran cantidad de objetos de uso cotidiano al lado de los sarcófagos de los esposos: camas, soportes para la cabeza, escabeles, juegos de senet, vestidos y ropas de lino, contenedores con lencería e incluso ofrendas de comida fosilizada (varias clases de pan, aceitunas, ajos). Y naturalmente un papiro con el Libro de los Muertos, un texto imprescindible para entrar en la otra vida. 

El arquitecto fue sepultado con algunos instrumentos de su oficio: varas para medir (una de ellas plegable y dotada de un estuche para llevarlo atado a la cintura). Destaca también una silla decorada con una estatuilla representando a Kha.  

Arriba: Cofre de cosméticos del ajuar funerario de Merit.
Abajo: Parte de su contenido. Museo Egipcio. Turín.
Cerca del sarcófago de su mujer, Merit, hay una completa colección de objetos personales, que nos proporciona un documentado testimonio de cuáles eran los hábitos higiénicos y cosméticos en el Antiguo Egipto. Entre joyas y colgantes destacan los instrumentos y materiales para el maquillaje, y especialmente una espléndida peluca negra, confeccionada con cabellos reales y perfectamente conservada.

Las pelucas, en Egipto solían estar confeccionadas con cabello humano. La mayoría de las que se han estudiado hasta ahora, se usaron cabellos humanos castaños posteriormente teñidos de negro. Su corte era perfectamente simétrico. Las realizaban los peluqueros o eran confeccionadas por las mujeres en la casa. 

La confección de una peluca era simple: el pelo natural, retorcido, en mechones o en pequeñas trenzas, se entrelazaba muy tirante entre las aberturas de un soporte almohadillado que podía ser de fibras  vegetales. 


Diversos tipos de peines y agujas para el pelo. Museo Egipcio. Turín.

Para dotar de consistencia y fijar el cabello al soporte se procedía a sumergir (solamente la raíz y el soporte) en un líquido compuesto por resina y cera de abejas. La resina endurecida actuaba como un adhesivo, manteniendo los mechones en su lugar. La cera le confería una cierta estabilidad. Funde a 60ºC por lo que la peluca permanecía intacta incluso en los días más calurosos de verano.  Una vez fijada, se procedía al peinado de la peluca. Se calcula que para confeccionar una peluca como la descrita se necesitan por lo menos unos 120.000 cabellos. Por ello eran imprescindibles los peines (de madera, hueso o, menos frecuentemente, de marfil) y las agujas del cabello, que presentaban a veces decoraciones en su parte superior con pequeñas cabezas de animales o motivos geométricos. 

Las damas acaudaladas tenían sirvientas para peinar las pelucas, mientras que las mujeres de las clases populares recurrían a arreglarse unas a otras. 

Los hombres llevaban en general pelucas cortas, compuestas de pequeños mechones superpuestos, o a veces pelucas que llegaban hasta los hombros, con mechones paralelos. También las mujeres llevaban pelucas hasta la mitad del cuello, especialmente en las épocas más antiguas. Naturalmente, a lo largo de los siglos las pelucas fueron cambiando de tipo de peinado. Así en el Reino Medio se estilaban las pelucas tripartitas abierta en dos partes que caían sobre el pecho a ambos lados y otra por la parte de atrás. Un tipo de peluca tripartita con dos grandes rizos laterales era la llamada "hathórica" ya que se solía representar a la diosa Hathor - en su forma humana - con este peinado. También los capiteles hathóricos presentan cabezas con estas pelucas característicos que permiten la identificación de la diosa.  


Descubrimiento de la tumba del arquitecto Kha y de su esposa Merit (Museo Egizio di Torino): 















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