jueves, 22 de noviembre de 2018

Un demonio con lengua escrotal






Luca Giordano

San Miguel venciendo 
a los demonios
(1664)

Óleo sobre lienzo. 419 x 283 cm
Kunsthistorische Museum. Viena. 




Visitando el Kunsthistorische Museum de Viena (un museo magnífico, al que siempre me gusta volver) nos encontramos con este cuadro barroco que representa al arcángel San Miguel luchando contra los ángeles rebeldes, los demonios, a los que vence y arroja definitivamente al infierno. 

Se trata de un tema clásico, bastante representado, que hace referencia a la leyenda de Luzbel, un arcángel que osó compararse al mismo Dios. Miguel, fiel al Creador, asistido por un ejército de ángeles, bajo el lema de "Quien como Dios?" luchó contra los ángeles rebeldes, venciéndoles y precipitándoles al infierno. Luzbel desde entonces es conocido como Lucifer y los ángeles rebeldes son los demonios, que desde entonces regentan el infierno, donde son arrojadas las almas de los condenados para ser torturadas durante toda la eternidad. 



Vista completa del cuadro comentado

El tema es bien conocido y constituye un clásico repetido infinidad de veces, sobre todo durante la Contrarreforma. Incluso hay anécdotas de algunas de las versiones, como la que pintó Guido Reni para la iglesia de los capuchinos de Roma, en la que representó a Luzbel con la fisionomía del papa Inocencio X, lo que causó un gran revuelo en la Roma de aquel tiempo. 


En el cuadro de Luca Giordano, podemos observar una clara influencia de Ribera en la parte inferior, dominada por el claroscuro, mientras que en la parte superior se aprecia la manera de pintar de la escuela véneta. 

En esta obra podemos observar también algunos aspectos curiosos. Por ejemplo, uno de los demonios, aterrorizado abre su boca, previsiblemente para gritar, de forma que podemos observar su lengua. Ésta presenta algunos surcos longitudinales, algo más oscuros, como grietas, lo que en Dermatología se conoce como lengua escrotal o lengua fisurada.


Se trata de una anomalía bastante frecuente (21 % de la población), en la que la lengua presenta fisuras más o menos profundas, lo que le confiere un aspecto irregular que recuerda vagamente a los pliegues del escroto. La profundidad y longitud de los surcos puede ser muy variable. 



Otro de los detalles del cuadro, con un demonio mostrando una avanzada alopecia. 



En los surcos más profundos pueden acantonarse restos alimentarios, que al fermentar pueden causar algunas molestias, así como halitosis, por lo que se recomienda una estricta higiene bucal. Aparte de esto, se considera un trastorno que no reviste gravedad alguna y que debe entenderse como una simple anomalía sin trascendencia. La causa de esta alteración es desconocida, pero debido a la predilección por ciertas familias se cree que puede deberse a una alteración autosómica.

La lengua fisurada no tiene en sí importancia alguna, y frecuentemente es una curiosidad hallada casualmente en el curso de una exploración médica. Sin embargo, puede asociarse a otras alteraciones como son: el síndrome de Down, acromegalia, síndrome de Sjögren, psoriasis, lengua geográfica y síndrome de Melkersson-Rosenthal (síndrome que se caracteriza por la tríada: edema labial parálisis del nervio facial y lengua fisurada). 

La razón de que un demonio presente una lengua escrotal es como en tantas otras ocasiones como una marca del mal. Los personajes malignos presentan alteraciones visibles en la piel como signo de su maldad, una manera de señalar a los personajes malvados, para, a través de la enfermedad señalar de forma peyorativa su maldad. Un verdadero juicio de valor iconográfico.  



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