miércoles, 11 de abril de 2018

¿Un San Roque con gusanos? (y II): La agitada vida de un parásito







Velchius (1624-1677)

Método de extracción del gusano de Guinea

Grabado en un tratado de Avicena





En una entrada anterior comentábamos un curioso retablo de San Roque en el que se veía salir un largo gusano de una úlcera, que según algunos autores se debe de identificar como gusano de Guinea. Vamos a comentar hoy algunos aspectos de esta infestación, la dracunculosis.

Este parásito (Dracunculus medinensis) se desarrolla en el tejido subcutáneo de los mamíferos. Se trata de una lombriz muy larga y delgada, que penetra en el organismo por ingestión de agua contaminada con copépodos (pequeños crustáceos conocidos con el nombre popular de "pulgas de agua") que llevan en su cuerpo las larvas del gusano.  Una vez que se encuentra dentro del cuerpo, el ácido estomacal digiere el copépodo pero no a la larva de la lombriz de Guinea que se encuentran dentro. Las larvas así liberadas se dirigen a las cavidades del cuerpo donde la hembra se aparea con el macho, pocos meses después de la infección. La lombriz macho muere después del apareamiento y es absorbido. La hembra que tiene la larva excava hacia lo profundo del tejido conectivo, adyacente a los huesos largos  o a las articulaciones de las extremidades.

Larvas de Dracunculus medinensis

Aproximadamente un año después de que haber penetrado en el cuerpo humano, la lombriz crea una ampolla en la piel , usualmente en la pierna o pie.​ Pasadas 72 horas, la ampolla se rompe y se expone uno de los extremos de la lombriz emergente. Al emerger la lombriz se produce una sensación de ardor dolorosa e intensa. Las personas infestadas frecuentemente sumergen la extremidad afectada en agua para aliviar la sensación de ardor. Una vez que la ampolla revienta y es sumergida en agua, la lombriz libera cientos de miles de larvas, contaminando así el agua utilizada.

Esquema del ciclo de Dracunculus medinensis

















Estas larvas contaminan el suministro de agua y son ingeridas por las pulgas de agua, cerrando de esta manera el ciclo. Los copépodos infestados pueden vivir en el agua por dos o tres semanas si no son ingeridos. La infección no crea inmunidad, así que una persona puede sufrir esta enfermedad muchas veces a lo largo de su vida. 

Método de extracción tradicional del gusano de Guinea      
Estos gusanos ya aparecen descritos en el Éxodo, como "serpientes de fuego". Se les menciona también en el papiro de Ebers (1550 aC) y se han encontrado algunos ejemplares calcificados de Dracunculus medinensis en momias egipcias (Reino Nuevo). También pueden encontrarse alusiones a esta enfermedad en textos sánscritos, babilónicos, griegos y árabes. Avicena describió el método tradicional como se trataban estos casos. Consiste en atar un extremo del animal en una varilla y cada día darle un par de vueltas, enrrollándola sobre sí misma. Con eso se consigue una lenta y progresiva extracción. Si se quiere realizar de golpe el gusano se rompe y se regenera en el interior de la lesión. 

A pesar de conocer el método de tratamiento, en la Edad Media se discutía la naturaleza del filamento, que se atribuía al acúmulo de humores, a la acidificación de la sangre o a fibras nerviosas corruptas que quedaban expuestas tras la ulceración. 

Dibujo del crustáceo Cyclops lleno de larvas de
Dracunculus medinensis (Fedchenko)
Carolus Linneus fue el primero en descubrir que el "filamento" era en realidad un animal. El nombre de dracunculus significa literalmente "pequeños dragones" en alusión al intenso ardor que acompaña a esta infestación. Los europeos que viajaban en el s. XVII al golfo de Guinea, advirtieron la alta prevalencia de estos parásitos en la zona y le dieron el nombre de gusano de Guinea. También eran frecuentes al parecer en la península arábiga, por lo que se les conocía también como "filaria de Medina". 

De todos modos, no todos aceptaron que la enfermedad estaba causada por un gusano vivo. En 1824 el cirujano superintendente de Bombay  declaraba su escepticismo:
"La sustancia en cuestión no puede ser un gusano. porque su situación, sus funciones y propiedades son las típicas de un vaso linfático por lo que afirmar que se trata de un animal es un disparate"
En 1870, Alesej Pavlovich Fedchenko descubrió el papel de los crustáceos Cyclops como huésped intermedio.  El ciclo total de la vida del gusano de Guinea fue descrito por Robert Leiper (1905) y Dyneshvar Turkhud (1913). 

Aunque antiguamente la dracunculiasis afectaba a más de 20 países, especialmente en África y Asia, las medidas de purificación de aguas  han conseguido que en la actualidad sea una enfermedad erradicada de muchos países, y que se prevea próxima su definitiva erradicación mundial. 




Bibliografía

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Knopp S, Ignace K. Amegbo, David M. Hamm, Hartwig Schulz-Key, Meba Banla & Peter T. Soboslay.   Transactions of the Royal Society of Tropical Medicine and Hygiene, 102, 3, 2008: 277–283.

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Schmidt GD, Roberts LS, Janovy J, Jr.. Foundations of Parasitology. 8th McGraw Hill, 2009

Sistach, Xavier. Insectos y hecatombes (vol. II). Historia natural de las enfermedades transmitidas por mosquitos, moscas, chinches y garrapatas. RBA Libros. Barcelona, 2014.

Zimmer C. Parásitos. Capitán Swing. Madrid, 2016

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