lunes, 20 de noviembre de 2017

Los nombres de las bacterias (IV): Donde y cómo crecen








Andrea Alciato 

Proteo
(1531)


Xilografía




Como hemos visto en una entrada anterior, los nombres de las bacterias derivan a veces de su morfología. En estos casos, su forma condiciona su denominación. Pero hay otras condiciones que a veces sirven para nombrar a los microorganismos. Por ejemplo su trofismo, es decir según las condiciones de crecimiento en determinados medios de cultivo. 


Proteo, rey de Faros, una isla
en la desembocadura del Nilo. 
Algunos nombres de bacterias derivan de alguna característica observada en sus cultivos. Este es el caso, por ejemplo, del género Haemophillus, que se caracteriza porque sus cultivos requieren la presencia de sangre para desarrollarse. De ahí derivó su nombre (del griego, αιμα, aima, “sangre”, y φίλος, philos, “amante”): “el que ama la sangre”.

Otra bacteria que obtiene su nombre de un fenómeno observado en los cultivos es Proteus, agente causal de muchas infecciones urinarias. Se trata de un microorganismo sumamente móvil, lo que le permite producir el fenómeno de “swarming” en los medios de cultivo sólidos, que consiste en la formación de ondas sucesivas de crecimiento, concéntricas, por lo que la forma de los cultivos es variable. 

Tomó su nombre de Proteo, una divinidad de la mitología griega, en griego Πρωτεύς Prôteús, un dios del mar, hijo de Poseidón, a quien Homero en la Odisea denomina  ‘el anciano hombre del mar’ (ἅλιος γέρων: halios geron)

Moneda con la efigie de Proteo
El nombre de Proteo sugiere que es 'el primero' o 'el primogénito'. A veces se le representa surcando las aguas en un carro tirado por un caballito de mar. 

Según la leyenda, Proteo podía ver a través de toda la profundidad del mar, y tenía dos poderes principales: la capacidad de predecir el futuro y la de cambiar de forma para escabullirse y evitar tener que hacerlo. Solamente respondía a la pregunta de quien era capaz de capturarlo. Así se menciona en la Odisea (IV):

Una vez que le viereis dormido, llegada es la hora: en alerta poned vuestra fuerza y vigor, sujetadle aunque más se resista y procure escaparse tomando mil figuras diversas. Lo veréis cambiado de pronto en reptil que se arrastra en el suelo, después convertido ya en hoguera violenta, ya en agua; vosotros seguid estrechando sin cesar, apretad cada vez con más brío; mas, después que él os hable con sus propias palabras y vuelva a tomar la figura en que estaba al dormirse, absteneos de mayores violencias, soltad al anciano y al punto, noble prócer, pregúntale tú qué deidad te persigue y en que modo podrás regresar sobre el mar rico en peces”. 

Aspecto de un cultivo de Proteus sp. 
La gran capacidad de metamorfosear, de cambiar su forma en los cultivos de esta bacteria recordó a Gustav Hauser y a su ayudante Friederich Zencker, sus descubridores (1885) a  las míticas propiedades de transformación que se atribuían a la divinidad griega. Y así fue como tomaron este nombre para designar a la bacteria, que desde entonces se llamó Proteus. A la primera especie identificada del género Proteus se le llamó Proteus vulgaris, por ser la especie más frecuentemente aislada. Otra especie fue denominada Proteus zenckerii en honor a Zencker. 

Casi 125 años después del descubrimiento de Hauser, Melanie Pearson descodificó el genoma completo de Proteus mirabilis. 

En otras ocasiones, las bacterias toman el nombre del medio natural donde se desarrollan. Es el caso de Staphylococcus epidermidis, un microorganismo que vive saprofito sobre la epidermis, la capa más superficial de la piel humana. Así lo atestigua su nombre: epidermidis, del griego επι, epí, “sobre”, δέρμα, derma, “piel”, e –is/id, “elemento anatómico”.

Helicobacter pylori

Otras veces se trata de bacterias que se desarrollan en el tubo digestivo:


  • Helicobacter pylori, un microorganismo que se desarrolla en la cercanía del píloro, la salida del estómago: pylori, del griego πυλη, pylo, “puerta” y ωρος, -oros, “que vigila”, es decir, “que vigila la puerta” haciendo referencia a que el píloro actúa como un esfínter entre el estómago y el intestino. 
  • Campylobacter jejuni, suele encontrarse en el yeyuno, un segmento del intestino (jejuni, del latín jeju-u(m), “que ayuna” 
  • Streptococcus faecalis, un estreptococo aislado en las heces (faecalis, del latín faex, “escoria, sedimentos, heces”, y el sufijo –lis, para formar un adjetivo a partir de un sujeto: “fecal”). 
  • Enterobacter cloaca, es una bacteria intestinal que también se aísla comúnmente en aguas residuales (cloaca, del latín, “alcantarilla”), de donde toma su nombre. El nombre del género Enterobacter procede del griego έντερο (entero), intestino y βακτήρια (bacter), bacteria: bacteria que habita en el intestino. 

Los nombres de las bacterias

(I): Como se escriben. 
http://xsierrav.blogspot.com/2017/11/los-nombres-de-las-bacterias-i-como-se.html?spref=tw

(II): Según su forma 
http://xsierrav.blogspot.com/2017/11/los-nombres-de-las-bacterias-ii-segun.html?spref=tw

(III): Según su color. 
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(IV): Donde y cómo crecen.
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(V): Nombres geográficos
http://xsierrav.blogspot.com/2017/11/los-nombres-de-las-bacterias-v-nombres.html?spref=tw

(VI): Nombres tomados de enfermedades
http://xsierrav.blogspot.com/2017/11/los-nombres-de-las-bacterias-vi-nombres.html?spref=tw

(VII): Nombres de asociaciones http://xsierrav.blogspot.com/2017/11/los-nombres-de-las-bacterias-vii.html?spref=tw

(VIII): Homenaje a microbiólogos (1850-1885) 
http://xsierrav.blogspot.com/2017/11/los-nombres-de-las-bacterias-viii.html?spref=tw

(IX): Otros apellidos de científicos del s. XIX (1885-1900) 
http://xsierrav.blogspot.com/2017/11/los-nombres-de-las-bacterias-ix-otros.html?spref=tw

(X): Apellidos de bacteriólogos (s. XX)
http://xsierrav.blogspot.com/2017/11/los-nombres-de-las-bacterias-x.html?spref=tw

(y XI): El inventor de los barcos de vapor 
http://xsierrav.blogspot.com/2017/11/los-nombres-de-las-bacterias-y-xi-el.html?spref=tw




Bibliografía


Guinard F. New York: Prometheus Press; 1959. in Larousse Encylcopedia of Mythology; p. 168.

Hauster G. On the occurrence of Proteus vulgaris in a [case of] putrid purulence, and some remarks on the biology of Proteus (Münch med Wchnschr., 1892, 39:103-05)

Pearson MM, Sebaihia M, Churcher C, Quail MA, Seshasayee AS, Luscombe NM, et al. Complete genome sequence of uropathogenic Proteus mirabilis, a master of both adherence and motility. J Bacteriol. 2008;190:4027–37.

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