Círculo romano de Carracci
Traslado de Cristo muerto al sepulcro
(1615 circa) Óleo sobre lienzo Galleria Borghese. Roma. |
El tema de la muerte ocupa una gran parte de la producción artística de todos los tiempos. Basta pensar con las crucifixiones, martirios o muertes heroicas para darse cuenta que es uno de los temas que más preocupan al hombre y por lo tanto encuentran su plasmación en la producción artística. En el mundo occidental, de tradición cristiana, la muerte de Cristo, plasmada con mayor o menor realismo, ocupa un papel predominante.
Este es el caso de este cuadro, realizado por un discípulo no bien identificado de Carracci. Representa el tradicional episodio del traslado al sepulcro del cuerpo de Jesús, muerto en la cruz. El pasaje es referido por todos los Evangelios, aunque con ligeras variaciones. En realidad, aparte del relato evangélico en sí, la obra es una alusión velada a la séptima obra de misericordia (enterrar a los muertos) uno de los preceptos cristianos.
El cuadro representa el dolor de los allegados de Cristo, y el cuidado y solicitud con el que trasladan el cuerpo con una gran mortaja a modo de camilla. Este tipo de traslados debe efectuarse efectivamente suavemente, evitando golpes que podrían causar la presencia de moratones en el cadáver.
El cuerpo de Jesús yace inerme, y el artista ha preferido mantener la parte superior de la cara en la penumbra. La piel presenta la palidez propia de los cadáveres (livor mortis) a causa de la falta de circulación sanguínea. Las uñas de las manos y las de los pies aparecen cianóticas, es decir, con una coloración oscura, azulada, muy característica, que aparece precozmente en los casos de muerte violenta.
La cianosis es la coloración azulada de la piel, mucosas o lechos ungueales que aparece cuando hay concentraciones iguales o superiores a 5 g/dL de hemoglobina sin oxígeno en los vasos sanguíneos superficiales. Es un fenómeno que no es privativo de los cuerpos muertos. También puede aparecer en vida durante determinados procesos patológicos, como en algunos transtornos cardíacos (infarto, insuficiencia cardíaca); respiratorios (bronquiolitis, EPOC); sanguíneos (policitemia, metahemoglobulinemia); o del sistema nervioso central (hemorragia intracraneal, sobredosis de drogas).
También podemos observar cianosis ungueal en algunos casos extremos de síndrome de Raynaud, un transtorno que causa vasoconstricción de manos y pies. En estos casos, generalmente tras un estímulo térmico o de estrés, los vasos se contraen de modo que la sangre no llega a las partes distales. La piel de estas áreas aparece entonces blanca, y si la intensidad es mayor, azulada, cianótica. Aunque muchas veces puede presentarse de forma aislada, el fenómeno de Raynaud puede asociarse a enfermedades de los vasos sanguíneos, ciertas colagenosis, o síndrome del túnel carpiano. También, en otras ocasiones puede estar causado por ciertos medicamentos, especialmente los usados en la migraña, para la hipertensión y en ciertos tratamientos anticancerosos.
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