viernes, 4 de septiembre de 2015

Las rojas mejillas de la niña de azul






Johannes Cornelisz Verspronck

Niña de azul (detalle)
(1641) 

Óleo sobre lienzo. 82 x 66,5 cm
Rijksmuseum, Amsterdam




En el s. XVII son muy frecuentes los retratos de niños en la pintura holandesa. Tal vez la alta mortalidad infantil inducía a las familias a plasmar en cuadros la imagen de los niños y dejar constancia de su existencia en caso de que el infortunio impidiera que llegaran a la edad adulta. El caso es que el retrato infantil constituyó un género muy popular en la época. Un género que fue cultivado por pintores como Johannes Cornelisz Verspronck (1600 - 1662) un pintor barroco de Haarlem especializado en retratos. 

Uno de estos retratos presenta una niña, vestida de azul, con las mejillas vivamente enrojecidas. Naturalmente, puede atribuirse este fenómeno a cuestiones genéticas, familiares o al bajo fototipo de los habitantes de los Países Bajos. 

Pero también podría pensarse en una forma de dermatitis atópica, el llamado eritema de Tachau. En esta afección se observa un marcado enrojecimiento de las mejillas, de límites bastante definidos y que respeta siempre el triángulo peribucal (como es el caso del cuadro de Verspronck). Suele verse en niños de corta edad y más adelante, es progresivamente sustituído por la afectación de los pliegues de las extremidades (cara anterior de los codos, hueco poplíteo) localización electiva, que preside el cuadro en la segunda infancia.

Hay que decir que con sólo ver el cuadro que nos ocupa no podemos concluir en un diagnóstico seguro, ya que se debería disponer de datos más completos y de una buena historia clínica, pero la intensa coloración de las mejillas nos evoca la posibilidad de este cuadro clínico. 



Andries Stilte as a Standard Bearer, 1640,
Johannes Cornelisz Verspronck 





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