Pinturicchio. Alejandro VI, orante. Fresco de la Resurrección. Apartamentos Borgia, Museos Vaticanos. |
Pinturicchio
(Perusa, 1454 - 1513)
Alejandro VI orante
(1492)
Fresco de la Resurrección
Apartamentos Borgia, Biblioteca Vaticana. Roma |
Bernardino di Betto, llamado Pinturicchio fue un gran pintor de frescos que contribuyó a decorar la Capilla Sixtina, Santa Maria del Popolo y la Catedral de Orvieto, entre otras muchas obras. Por encargo del papa Alejandro VI decoró seis estancias que posteriormente fueron conocidas como Apartamentos Borgia, y que hoy forman parte de la Biblioteca Vaticana.
Alejandro VI fue el nombre que tomó al ser elegido papa el cardenal valenciano Rodrigo Borja (posteriormente se ha hecho habitual la italianización de su apellido, Borgia). Sobrino del papa Calixto III, que lo había nombrado cardenal, cuando accedió al pontificado creó una auténtica corte en Roma, en la que destacaron sus hijos naturales César y Lucrecia, fruto de la relación que mantuvo con su amante Vanozza Catanei y que actuaban como verdaderos príncipes.
La vida en la corte de los Borja (llamados Borgia) era alegre y disipada. La promiscuidad sexual era frecuente y la eclosión de la sífilis en Europa a partir de la batalla de Fornovo (Nápoles 1495) favoreció que aparecieran múltiples contagios.
El propio papa contrajo la enfermedad. Sus detractores se referían a él sarcásticamente como Su Santidad Sífilis VI (en lugar de Alejandro VI) haciendo hincapié en la vida sexual promiscua del pontífice, que fue duramente criticada entre otros por el dominico florentino Savonarola.
Cristofano dell'Altissimo. Retrato del Cardenal Rodrigo Borja |
Alejandro VI, investido con las insignias papales |
Alejandro VI fue el nombre que tomó al ser elegido papa el cardenal valenciano Rodrigo Borja (posteriormente se ha hecho habitual la italianización de su apellido, Borgia). Sobrino del papa Calixto III, que lo había nombrado cardenal, cuando accedió al pontificado creó una auténtica corte en Roma, en la que destacaron sus hijos naturales César y Lucrecia, fruto de la relación que mantuvo con su amante Vanozza Catanei y que actuaban como verdaderos príncipes.
La vida en la corte de los Borja (llamados Borgia) era alegre y disipada. La promiscuidad sexual era frecuente y la eclosión de la sífilis en Europa a partir de la batalla de Fornovo (Nápoles 1495) favoreció que aparecieran múltiples contagios.
El propio papa contrajo la enfermedad. Sus detractores se referían a él sarcásticamente como Su Santidad Sífilis VI (en lugar de Alejandro VI) haciendo hincapié en la vida sexual promiscua del pontífice, que fue duramente criticada entre otros por el dominico florentino Savonarola.
Altobello Melone (Cremona, 1490-1543). Retrato de un hombre (comúnmente identificado con César Borgia). Accademia Carrara, Bergamo |
César Borja (1475-1517) era el segundo hijo natural de Alejandro VI. Ocupó importantes cargos religiosos, políticos y militares: Fue obispo a los 16 años, conde de Valentinois por designio de Luis XII de Francia (por su participación en la guerra de Nápoles) y se casó con una hermana de Jean d'Albret, rey de Navarra. César fue, pues, uno de los personajes más destacados de la Italia renacentista. Se suele aceptar que Maquiavelo lo tomó de modelo para escribir "El Príncipe".
A la muerte de su padre su destino se truncó. En 1503 el papa Julio II lo encarceló en el Castillo de Sant'Angelo. Más tarde, cuando fue liberado, fue apresado en Nápoles por el Gran Capitán, y para recuperar la libertad tuvo que entregar su última posesión (Forlí) y refugiarse primero en Valencia y luego en Navarra, donde murió asesinado en una emboscada.
Pinturicchio. Fresco de la Disputa de Sta. Catalina de Alejandría. Probablemente Lucrezia Borgia sirvió de modelo para este fresco. Apartamentos Borgia, Museos Vaticanos |
César Borja llevó una vida licenciosa y promiscua. En 1497, en Nápoles se contagió de una sífilis, tras una relación sexual con una prostituta. César tenía 22 años y había ido a Nápoles como cardenal en representación de su padre el papa. Primero le apareció el chancro en el pene, y más tarde un exantema generalizado (la roséola luética); dolores articulares nocturnos y más tarde sifílides pustulosas en cara y torso. También su hermana Lucrecia contrajo esta enfermedad. Lucrecia tuvo que espaciar sus apariciones en público, por presentar sifílides en la cara, que en algunas ocasiones disimulaba con un espeso velo. César presentaba también lesiones faciales, y las solía ocultar con una máscara. Durante su estancia en Navarra solía vestir de negro y llevaba siempre la máscara protectora.
La preocupación del papa Alejandro VI y de César Borja por la sífilis que padecían y el desconocimiento general de esta nueva enfermedad, motivaron que encargaran al médico valenciano Gaspar Torrella, que era el médico del pontífice, un tratado sobre este tema. Así se escribió el Tractatus cum consilis contra pudendagram seu morbum gallicum, uno de los primeros textos médicos conocidos sobre la sífilis (1497), y el primero que se limita a estudiarla clínica y terapéuticamente. Los dos únicos textos anteriores - el del alemán Grümpeck (1496) y el del italiano Leoniceno (1496) - se basaban más en interpretaciones astrológicas y eruditas que en consideraciones propiamente médicas. Torrella en cambio, basa su estudio en su propia experiencia, aportando al final las historias clínicas de los casos observados por él. Describe la aparición del chancro sifilítico poco después del contacto sexual "cum sorditie et virulentia" señalando su base indurada y la adenopatía satélite. También describe la erupción cutánea posterior y los dolores articulares, que empeoran por la noche. Acepta el tratamiento con mercuriales, si bien señala los problemas que puede causar su posible abuso. Y señala la conveniencia del control de las prostitutas para evitar la transmisión de la enfermedad.
Gaspar Torrella. Dialogus de dolore cum tractatu de ulceribus in pudendagra. Roma, 1500. Biblioteca Nacional, Madrid. |
Tres años después de la publicación de esta obra, Torrella escribe otra, Dialogus de dolore cum tractatu de ulceribus in pudendagra (1500), dedicada a César Borja. Se trata de una obra de divulgación en forma de diálogo entre un interlocutor (Vulgus) que formula preguntas a un experto (Medicus). En este librito, sostiene teorías similares a la obra anterior, si bien desaconseja abiertamente el uso terapéutico del mercurio. A modo de apéndice figura un Tractatus de aliquis ulceribus in pudendagra, dedicado también a César Borja.
De algún modo, la sífilis de los Borgia sirvió para iniciar su estudio científico, propiciando el primer estudio sobre la clínica de esta enfermedad.
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