miércoles, 18 de noviembre de 2020

Que viene el coco!

 





Francisco Oller

Naturaleza muerta con cocos
(1893)


Óleo sobre lienzo 70,5 x112,4 cm
Colección particular. New




Francisco Oller (1833-1917) fue un pintor puertorriqueño que revolucionó el arte caribeño. Formado en su juventud en Madrid y París, se inspiró en el arte de Gustave Courbet y entró en contacto con figuras como Paul Cézanne, Camille Pissarro y Claude Monet. Al regresar al Caribe, desarrolló un estilo ecléctico personal, que tomó influencias tanto del Romanticismo, como del Realismo, pero muy especialmente del Impresionismo. Por eso se considera a Oller como el introductor del impresionismo en las Antillas. Sus temas preferidos son paisajes caribeños, indígenas con frutas del país y también retratos de personajes ilustres e intelectuales. En el bodegón que hoy presentamos, representó unos cocos, una fruta local por antonomasia, que contrasta con las frutas tan distintas que acostumbran a representar las naturalezas muertas  europeas. 
Los tres agujeros del coco le dan un aspecto fantasmagórico de calavera o de las calabazas perforadas que suelen usarse para asustar en Todos los Santos, y esa es la razón que se le impusiera este nombre al fruto de las palmeras. 


El filólogo y etimólogo Joan Corominas recuerda en su obra “Breve Diccionario Etimológico de la Lengua Castellana” que el nombre de coco fue impuesto a este fruto de la palmera cocotera o palma indiana (Cocos nucifera) por los marinos de Vasco de Gama, cuando la expedición portuguesa llegó a la India en 1498. La forma redondeada del fruto y sus tres agujeros recordó a los navegantes una cabeza con ojos y boca, como los orificios que se hacían en las calabazas en los días cercanos a Todos los Santos para remedar una calavera. Una asimilación fácil, ya que en portugués el término côco se usaba para designar a un mítico fantasma al que se aludía para asustar a los niños pequeños. Era habitual amenazarlos con que el temido personaje aparecería si no se portaban bien (“Que viene el coco, que viene el coco...“





La costumbre de vaciar calabazas para asustar, remedando una calavera, inspiró
a los marinos de Vasco de Gama el nombre de coco. 


El vocablo pasó al castellano hacia 1554. Las alusiones al coco-fantasma las encontramos en diversas canciones infantiles, que atestiguan la presencia de este temido personaje en el imaginario popular: 

Duérmete niño, 
       duérmete ya, 
 que viene el coco 
 y te comerá.”




Ostia antica. Horrea Hepagathiana.
Un granero, donde seguramente se almacenaron muchos coccus de cereal. 

En la Antigua Roma la palabra coccus tenía una significación diferente, como recuerda Pep Campillo, profesor de lenguas clásicas en Mallorca y habitual seguidor de nuestro blog. Los romanos usaban el vocablo coccus para designar los granos de cereal, y por extensión, lo aplicaban a cualquier objeto más o menos esférico o con forma de bola de pequeño tamaño. 



Los diplococos productores de la gonorrea (Neisseria gonorrheae) se disponen en parejas con un aspecto similar a los granos de café. Por ser los causantes de la gonorrea también se les conoce como gonococos. 

Por eso, cuando se descubrieron las bacterias y se vio que algunas de ellas presentaban formas redondeadas, se les impuso el nombre genérico de coccus  o cocos. Así hablamos de estafilococos (cocos en racimo), estreptococos (cocos en cadena), diplococos (cocos en parejas) etc.. 

Otras veces reciben también el nombre de la enfermedad que producen: gonococo (productor de gonorrea); neumococo (productor de neumonía); meningococo (productor de meningitis)... 



Con el nombre de estreptococos se conocen los cocos dispuestos en cadenas. Este nombre fue propuesto por Albert Theodor Billroth y deriva del griego στρεπτος streptos, que significa que se dobla o retuerce con facilidad, como una cadena.



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Agradezco a Pep Campillo que me haya facilitado algunos detalles para la elaboración de esta entrada del blog



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