jueves, 28 de septiembre de 2017

La vedada zona anal: del tabú al exhibicionismo






Hombre exhibiendo nalgas, 
ano y testículos

Canecillo esculpido en piedra 
Oakham Church Mooner (Inglaterra)




El ano, desde el punto de vista médico, tiene un interés evidente. No sólo sirve para realizar exploraciones muy útiles (tacto anal, colonoscopia) sino que es asiento de una patología propia (hemorroides, fístulas, prolapsos...) y una vía terapéutica (los supositorios, hoy poco usados fueron una forma farmacéutica de gran uso en su tiempo). También pueden asentar ahí procesos infecciosos especialmente ITS, como sífilis o condilomas, e intértrigos, generalmente causados por hongos levaduriformes del género Candida


En este canecillo un hombre muestra el ano, mientras
nos mira, de forma provocativa, por entre sus piernas.

Oakham Church Mooner
Pero el ano y su área circundante es, con toda seguridad la más prohibida de todas las zonas del cuerpo humano. En ninguna otra - ni siquiera en las zonas genitales - hay un tabú mayor. Ni siquiera su mención está permitida en ciertas culturas y su mero nombre puede escandalizar. En alemán por ejemplo, la mera pronunciación de su nombre (Du Archloch = Tu orificio anal) es considerado como el insulto máximo, la máxima afrenta verbal que imaginarse pueda. 


Canecillos eróticos: una mujer y un hombre
exhibiendo sus genitales
Este tabú es extensivo también a la representación artística. Pocas, poquísimas veces encontramos representada de forma explícita esta censurada región anatómica. Y cuando lo es, suele tener una clara intención sarcástica y satírica. 


Pero, en contraste con lo anterior, encontramos impúdicas y explícitas exhibiciones de ano en los canecillos y otros ornamentos de la arquitectura románica (s. XI-XIII), lo que constituye una manifiesta excepción. Los canecillos o modillones son las cabezas de las vigas que asoman al exterior y soportan la cornisa o alero. Muchas veces están decoradas con cabezas humanas o animales u otros motivos ornamentales. 

Pues bien, en la arquitectura románica de ciertas zonas (Cantabria, Galicia, Inglaterra...) los canecillos de las iglesias muchas veces representan escenas impuras. Podemos encontrar fornicaciones, claras exhibiciones de genitales o anos, masturbaciones, o incluso autofelaciones. También, en algunos casos, escenas de partos (en este caso suelen referirse a partos bastardos, fruto del pecado)

De entrada, puede sorprendernos hallar este tipo de exhibiciones en plena época medieval, y todavía más en un templo. La explicación es que el templo es, en su interior un recinto sagrado, pero en su exterior queda todo lo impuro y profano, todo lo pecaminoso, indicando que los fieles deben dejar fuera esta parte de la vida, impropia del interior de un templo. Por eso no es extraño también encontrar en los canecillos exteriores la representación de animales impuros o relacionados con los pecados capitales (cerdos, toros, murciélagos, sapos, culebras, simios...) O incluso juglares tañendo instrumentos o efectuando complicadas contorsiones, ya que tampoco estos juegos juglarescos estaban bien vistos por la Iglesia. Algunos estudiosos del arte atribuyen a estas imágenes escatológicas o eróticas una función apotropaica, protectora.


Dos figuras rodean a un hombre que exhibe
ostensiblemente su ano.
Puerta de la catedral de Ourense. 
También en una puerta de la catedral de Ourense encontramos la imagen de un hombre mostrando ostensiblemente su ano. Debido a que está a una cierta altura y formando parte de la decoración de una puerta muy ornamentada su visión pasa frecuentemente desapercibida para el visitante no advertido. 

En Santiago de Compostela nos encontramos con otra de estas representaciones, en la Rúa do Vilar. En un capitel de dicha calle se encuentra una figura recostada, mostrando la zona anal. Esta figura ha dado origen a una picaresca costumbre estudiantil: el llamado "jubileo pagano". Es conocido que los peregrinos, al llegar a Santiago ganaban el jubileo orando ante el Pórtico de la Gloria. Se apoyaban en la columna central del Pórtico donde las huellas de centenares de miles de peregrinos ha labrado las huellas de los dedos de la mano en la columna. 

Figura recostada mostrando el ano, conocida por el "jubileo pagano".
Rúa do Vilar. Santiago de Compostela

Pues bien, en un claro paralelismo satírico con la tradición jacobea, los estudiantes llevaban al novato con los ojos vendados a la Rúa do Vilar, con la promesa que iba a ganar el "jubileo pagano". Al llegar ante esta figura le tomaban un dedo y hacían que lo introdujera en un orificio. Al quitarle la venda el estudiante novel se encontraba efectuando algo parecido a un tacto rectal a la figura del capitel. 


Canecillos representando coitos, sexo oral y una cabeza de cabra (animal impuro y lascivo). Colegiata de San Pedro de Cervatos (Cantabria) 


Arte románico erótico




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