miércoles, 9 de agosto de 2017

El posible carcinoma de un joven risueño






Annibale Caracci  

Cabeza de joven sonriente
(o El bufón)
(1583)  

Óleo sobre papel. 122,5 × 98,5 cm
Galleria Borghese. Roma.




Annibale Caracci (1560-1609) fue un pintor y grabador del barroco italiano. Representó una línea continuista del renacimiento opuesto al naturalismo de Caravaggio.  Con su hermano Agostino y su primo Ludovico fundaron una Academia artística que creó escuela. También realizó frescos y diversas obras para varios papas. 

En esta obra, que se conserva en la colección de la Galeria Borghese, retrata a un joven de sonrisa franca y alegre. Tal vez por eso también se conoce como "el bufón", aunque no está documentado que fuese este su oficio. El joven, con la cabeza ladeada y una sonrisa asimétrica e irónica, mira de soslayo al espectador, en un gesto de gran vivacidad. 

En la cara externa de la zona orbitaria se marcan, como es natural, las arrugas cutáneas que se producen al reír, las conocidas "patas de gallo". Pero en este caso observamos que los pliegues aparecen deformados por una zona pigmentada y que da la impresión de ser de consistencia dura, incluso leñosa. 

Es difícil estar seguros de esta induración si no se palpa la zona - cosa imposible de realizar en un retrato - pero el aspecto visual nos lo sugiere poderosamente. En caso de que fuera una placa dura, habría que pensar en un proceso tumporal, probablemente un carcinoma basocelular, que es una causa frecuente de este tipo de alteraciones. La localización - una zona descubierta y expuesta habitualmente al sol - también es compatible con esta hipótesis diagnóstica. Es cierto que estos tumores suelen aparecer en edades más tardías de la vida, pero ocasionalmente pueden observarse en jóvenes. A lo largo de mi práctica profesional como dermatólogo he tenido la ocasión de diagnosticar un par de docenas de casos en pacientes de menos de 30 años, por lo que no sería éste un caso excepcional. 

En todo caso debería plantearse el diagnóstico diferencial con cicatrices, retracciones o incluso con otros tumores como el llamado carcinoma indurado de Malherbe, aunque en mi opinión estas hipótesis son mucho menos probables. 




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