Ángel Díaz Sánchez
(1859-1938) Busto de Quevedo
Escultura en piedra
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En el s. XVII uno de los eufemismos con los que se aludía a la sífilis era el de "caballos". Quevedo usa frecuentemente esta palabra para aludir a esta enfermedad.
Así, Quevedo dedica un soneto donde comenta la visita del francés Duque de Humena y su séquito a Madrid. Durante esta visita fueron agasajados con muchos regalos. Quevedo ironiza sobre los presentes, diciendo que hasta las prostitutas de Madrid contribuyeron al agasajo, proporcionándoles el "mal francés":
Así, Quevedo dedica un soneto donde comenta la visita del francés Duque de Humena y su séquito a Madrid. Durante esta visita fueron agasajados con muchos regalos. Quevedo ironiza sobre los presentes, diciendo que hasta las prostitutas de Madrid contribuyeron al agasajo, proporcionándoles el "mal francés":
"y hasta las trongas de Madrid peores
los llenaron a todos de caballos
y mal francés al buen francés volvieron"
("A la venida del duque de Humena, cuyos camaradas trujeron muchos diamantes falsos": Vino el francés con botas de camino...)
Quevedo usa el eufemismo "caballos" en diversas ocasiones:
"es moza, mas de caballos
Ingleses de mala casta"
("A Marica la Chupona" Segunda parte de "Marica en el Hospital")
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"Mujer hay en el lugar
que a mil coaches por gozallos,
echará cuatro caballos
que los sabe bien echar"
("Letrilla satírica Santo silencio profeso...)
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"el mancebo a quien corona
el primer bozo la habla
sin poder andar le hace
pasar caballos a Francia"
(Lindo gusto tiene el tiempo)
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"Vió en el estrado su hembra
con guarda infante plenario
de los que llaman las ingles
guarda infantes y caballos"
(Echando verbos y nombres...)
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