lunes, 12 de abril de 2021

Epónimos para olvidar: (I) Síndrome de Reiter

versió catalana | versión española






Fritz Cremer

Memorial del campo de concentración 

Escultura de bronce 
Buchenwald



En Buchenwald se alza este monumento memorial, para conservar la memoria de los horrendos crímenes que allí fueron perpetrados con premeditación, sevicia y crueldad. Un recuerdo a todos los que allí murieron y sufrieron por el simple hecho de tener otro origen genético o discrepar de unas ideas sobre la organización de la sociedad. Lamentablemente también hubo médicos entre los criminales. Una página oscura de la Medicina que no debemos olvidar precisamente para que no se repita.  

En Medicina muchas enfermedades, síndromes, estructuras anatómicas, bacterias, etc. se conocen con el nombre de sus descubridores o de científicos destacados cuya memoria se quiere honrar como homenaje a sus contribuciones a la ciencia. 

A esta manera de designar se le conoce como epónimo, un término que proviene del vocablo griego ἐπώνυμος de epi (sobre) y onomos (nombre) es decir vendría a significar sobrenombre.  En casi todos los casos, los nombres suelen referirse al primer descubridor , inventor o persona que describió con detalle algo, normalmente, publicándolo en una revista médica. A veces, cuando los descubrimientos tienen lugar en más de un lugar, se usa el nombre de varias personas que contribuyeron a tales fines. En otras ocasiones se dedican como homenaje a otro científico destacado, en agradecimiento a sus aportaciones y en signo de respeto a su obra. Los epónimos suelen ser gestos para honrar y recordar a aquellas personas que contribuyeron al avance de la medicina.

En cierto modo, es una especie de monumento verbal, un modo de expresar el orgullo que nos producen estas figuras y una forma de transmitir pequeños recuerdos de la historia a las nuevas generaciones y asegurar que persista su memoria. 

Aunque en general, el uso de epónimos es cada vez más restrictiva, se siguen usando y es una manera de enaltecer la figura de los hombres de ciencia, en una práctica constante de agradecimiento y de veneración.  

Sin embargo, a veces el científico en cuestión, aunque ha contribuido a enriquecer el bagaje de conocimientos científicos no ha mostrado una conducta ejemplar, realizando experimentos contrarios a la ética y a la dignidad humana. En estos casos no encontramos motivos para el orgullo ni para perpetuar la memoria, sino todo lo contrario. Debemos avergonzarnos como humanos y como científicos y su memoria no debe perpetuarse, como no sea para reprobarlo y señalar lo que no debe ser el ideal del hombre de ciencia. 


Hans Reiter (1861-1969)

Este es el caso, por ejemplo del que hasta ahora conocíamos como síndrome de Reiter y que ahora se denomina artritis reactiva postinfecciosa. Se trata de una afección que suele aparecer tras infecciones uretrales (frecuentemente de transmisión sexual). Tras un período de incubación de unas 3 semanas aparece una artritis en el 95% de los casos, con dolor e inflamación articular, que se acompaña de fiebre y alteraciones oculares (conjuntivitis, queratitis, fotofobia, blefaritis). Una de las características de este síndrome es el acortamiento y engrosamiento de los dedos de las manos que adoptan un aspecto de "dedo de salsicha". En la piel lo más característico es la queratodermia (lesiones duras) en palmas y plantas de los pies, aunque también pueden observarse en otras zonas. También pueden alterarse las uñas. 

En 1916, Fiesseiger y Leroy, habían señalado ya la tríada clásica artritis, conjuntivitis y uretritis, secundaria a un caso de infección por Shigella. En el mismo año, un infame médico alemán, Hans Reiter describe un caso de artritis, uretritis no gonocócica y conjuntivitis, en un soldado, tras un episodio de disentería. 

Hans Reiter (1861-1969) fue un médico infame, afiliado al partido nazi y que fue condenado por crímenes de guerra en el campo de concentración de Buchenwald. Escribió el libro Deutsches Gold, Gesundes Leben - Frohes Schaffen , en el que defendía las ideas de "higiene racial" preconizada por el nazismo. Imparte muchas conferencias sobre la biología de la herencia y la higiene racial y explicando los mecanismos conocidos en la época de transmisión de rasgos físicos y mentales, normales o anómalos. 
 
Tras estudiar Medicina en Leipzig y Breslau, amplió estudios en Inglaterra y Francia. Durante la Primera Guerra Mundial, Reiter trabajó primero como médico militar alemán en el frente francés, donde tuvo la oportunidad de atender varios casos de enfermedad de Weil, descubriendo que una de las bacterias causantes era Leptospira icterohaemorrhagica . Más tarde, fue trasladado a los Balcanes como médico consultor del ejército húngaro. Allí describió la tríada de uretritis, artritis y conjuntivitis propias de la artritis reactiva en un teniente alemán. La publicó poco después en la revista médica  Deutsche Medizinische Wochenschrift.

La enfermedad no era totalmente nueva, ya que la combinación de dos elementos (uretritis y artritis) ya la había entrevisto Sir Benjamin Collins Brodie (1783-1862). Y pocos meses antes de Reiter, la habían descrito los médicos franceses Fiessinger y Leroy. 

Tras la guerra, Reiter fue nombrado jefe del departamento de higiene de Rostock. En 1931 se afilió entusiasta al partido nazi NSPD (número de carnet 621.885) y un año después (noviembre de 1932) firma el manifiesto "Profesores universitarios por Hitler". Forma parte de la Liga Nacionalsocialista de Maestros (Nationalsozialistische Lehrerbund), y como médico, a la NSDÄB, la Asociación Nacionalsocialista de Médicos Alemanes (Nationalsozialistischer Deutscher Ärztebund), y toma parte activa en la expulsión de científicos judíos de las universidades alemanas. También participa en el proyecto T4 por que se realizaba la castración y la esterilización forzosa de muchos minusválidos físicos y mentales para “mejorar la raza”. 

Estas pruebas de lealtad a la ideología nazi le permitieron ocupar cargos cada vez más importantes: Director de departamento del Instituto de Terapia Experimental Kaiser Wilhelm (1933), Director del departamento de salud de Mecklenberg-Schwerin y catedrático honorario en Berlín (1936). Furibundo antisemita, fue uno de los más firmes defensores de las leyes de eugenesia racial. En colaboración con Johann Breger, escribió el libro Deutsches Gold, Gesundes Leben - Frohes Schaffen, en el que defendía las ideas de "higiene racial" preconizada por el nazismo. En esta época son bien conocidas sus excelentes relaciones con importantes jerarcas nazis como Rudolf Hess o Goebbels. 


Prisioneros del campo de concentración nazi de Buchenwald. 



Reiter se incorporó a las SA como Standartenführer y fue miembro de la Schutzstaffel (SS) durante la Segunda Guerra Mundial (núm. carné R2366) tomando parte activa en los  experimentos médicos realizados por los nazis

Después de la derrota de las tropas del II Reich, fue hecho prisionero por el Ejército Rojo en la zona de Alemania ocupada por la Unión Soviética y junto con otros jefes nazis fue juzgado por crímenes de guerra en NurembergDurante su detención, admitió que conocía la esterilización forzosa, la "eutanasia" y los numerosos asesinatos de pacientes de un hospital psiquiátrico en su función como recopilador de estadísticas y actuando como oficial de "control de calidad". También reconoció su responsabilidad en los experimentos explícitamente criminales en Buchenwald, un campo de concentración en donde se recluían 100.000 prisioneros. Allí practicó numerosas esterilizaciones forzadas e inoculó a los internos con una vacuna contra el tifus "experimental", lo que provocó más de 250 muertes:
"un comandante del campo solía soltar perros feroces contra los prisioneros gitanos que se negaban a la esterilización. Las víctimas eran destrozadas (...) los prisioneros homosexuales fueron sometidos a experimentos seudocientíficos en los cuales se les inyectó bacilos de tifus."

     (Crónica del Holocausto. Libsa. Madrid, 2002. p.  116-117)  

Tras la condena de Nuremberg, Reiter obtuvo una liberación anticipada de su internamiento, posiblemente porque ayudó a los rusos con su conocimiento de la guerra bacteriológica.

A pesar de esta tenebrosa trayectoria, el  epónimo "síndrome de Reiter"  había alcanzado una gran popularidad y era usado habitualmente para designar la artritis reactiva postinfecciosa. Esta denominación había sido propuesta por Bauer y Engelman en 1942, en pleno auge del III Reich. Tras la guerra, y a pesar de la condena de Nuremberg, el pasado de Reiter fue difuminándose (seguramente gracias a su pacto de ceder información sobre guerra bacteriológica) y casi se olvidó. Cuando falleció, en 1969, la revista Arthritis and Rheumatism le dedicó incluso una nota necrológica elogiando su papel de pionero de la reumatología y del estudio de las vacunas.

En 1977, un grupo de médicos inició una campaña para reemplazar el término "síndrome de Reiter" por "artritis reactiva". Entre sus argumentos señalaron que además del vergonzoso pasado de criminal de guerra, señalaron que Reiter no fue el primero en describir el síndrome, ni sus conclusiones fueron correctas en cuanto a su patogenia (que él atribuyó a una espiroqueta distinta de la sífilis, que el llamó Treponema forans ). Al grupo se unió el Dr. Ephraïm Engelman, uno  de los autores del primer artículo de revista en inglés que usó el término "síndrome de Reiter", quien todavía practicaba la Medicina 65 años después y no conocía las conexiones nazis del médico alemán en el momento en que él sugirió el epónimo. 

Los investigadores judíos Yoav Keynan y Doron Rimar, del Instituto Technión de Haifa comentaron en 2008 en un artículo del Israel Medical Association Journal
Reiter difamó a toda la profesión y a la ciencia médica. Es inconsistente con los principios médicos honrar esta abominación. El término síndrome de Reiter debe ser borrado de las publicaciones médicas, principalmente por criterios morales”.
La campaña ganó impulso gradualmente y el término "síndrome de Reiter" se ha convertido en una denominación anacrónica y obsoleta. 

El Dr.Gabe Mirkin escribe su contundente opinión a este respecto en su libro "El despreciable Dr. Hans Reiter" : 
 "Uno de los mayores tributos que puede recibir un médico es que se le dé su nombre a una afección médica. (...) Es un honor tan grande que no debería otorgarse a ninguna persona que miente cuando hace el juramento hipocrático en el que jura que no practicará la medicina de una manera que perjudique a su prójimo.

"El despreciable y venenoso Dr. Hans Conrad Julius Reiter fue uno de los primeros médicos en prestar juramento de lealtad a Adolph Hitler en 1932 y fue uno de los miembros más destacados del movimiento eugenésico que abogaba por matar a todas las personas que tuvieran algún problema físico o físico. discapacidad mental cualquiera. En 1937, como resultado de sus creencias repugnantes, fue nombrado presidente de la Oficina de Salud del Reich. Declaró que es responsabilidad de la medicina detener la transmisión de genes inferiores. El repugnante Dr. Reiter aprobó experimentos médicos que mataron a miles de personas de seres humanos desafortunados en el campo de concentración de Buchenwald. Él dio las órdenes para realizar y supervisó muchas atrocidades médicas. Un experimento documentado fue infectar a 250 prisioneros en Buchenwald con rickettsia y luego matarlos.

"La Sociedad de Espondilitis que representa a pacientes que tienen artritis, votó recientemente para llamar al síndrome de Reiter, artritis reactiva. Con suerte, el resto de la profesión médica llamará ardor al orinar, dolor en los ojos y artritis reactiva y dejará de rendir homenaje a los inmorales asesino, el Dr. Hans Reiter, que mintió cuando hizo el juramento hipocrático. Después de todo, un médico promete que primero no hará daño. El síndrome se llama artritis reactiva. Ningún médico que se precie debería volver a usar el nombre síndrome de Reiter . "


Jedem das seine (A cada uno lo suyo) Inscripción en la puerta del campo de concentración de Buchenwald, donde trabajó Reiter como médico de las SS. 




Bibliografía

Cuerda E, González-López E, López-Estebaranz JL. Dermatología en la Alemania nazi. Actas Dermo-Sif, 2011; 102: 423-428

Cuerda E. López-Muñoz F (ed) Cuando la Medicina no cura. La participación del personal sanitario en torturas, genocidios y experimentos al margen de los códigos éticos. Delta Delta pub. Madrid, 2016. 

Sierra X. Los dermatólogos judíos en la Alemania nazi. En: Sierra X (ed) 100 años de Dermatología. p. 57-70. Grupo Aula Médica SA. Madrid, 2001

Sierra X. Los dermatólogos judíos bajo el III Reich. Piel, 2011, 16, 120-124.

Weyers W. Death of Medicine in Nazi Germany. Dermatology and dermatopathology under the swastika.  Madison Books. Oxford 1998





Epònims per oblidar: (I) Síndrome de Reiter


 





Fritz Cremer

Memorial del camp de concentració 

Escultura de bronze 
Buchenwald




A Buchenwald s'alça aquest monument memorial, per conservar la memòria dels crims horribles que hi van ser perpetrats amb premeditació, sevícia i crueltat. Un record a tots els que hi van morir i van patir pel simple fet de tenir un altre origen genètic o discrepar d'unes idees sobre l'organització de la societat. Lamentablement, entre els criminals també hi van haver metges. Una pàgina fosca de la Medicina que no hem d'oblidar precisament perquè no es repeteixi. 

En Medicina moltes malalties, síndromes, estructures anatòmiques, bacteris, etc. es coneixen amb el nom dels seus descobridors o de científics destacats per honorar la seva memòria i com a homenatge a les seves contribucions a la ciència.

A aquesta manera de designar se'n diu epònim, un terme que prové del mot grec ἐπώνυμος de epi (sobre) i onomos (nom) és a dir, sobrenom. En gairebé tots els casos, els noms solen referir-se al primer descobridor, inventor o persona que va descriure amb detall alguna cosa, i que normalment, la va publicar en una revista mèdica. De vegades, quan els descobriments els fa més d'un científic, es posa el nom de les diverses persones que han contribuït a fer-lo. En altres ocasions es dediquen a un altre científic destacat, com a homenatge i agraïment a les seves aportacions i com a mostra de respecte a la seva obra. Els epònims solen ser gestos per honrar i recordar a aquelles persones que han fet avançar la medicina.

En certa manera, és una espècie de monument verbal, una manera d'expressar l'orgull que ens produeixen aquestes figures i una forma de transmetre petits records de la història a les noves generacions i assegurar que persisteixi la seva memòria.

Encara que en general, l'ús d’epònims cada vegada és més restrictiu, es segueixen emprant i és una manera d'enaltir la figura dels homes de ciència, en una pràctica constant d'agraïment i de veneració.

No obstant això, de vegades el científic en qüestió, tot i haver contribuït a enriquir el bagatge de coneixements científics no ha mostrat una conducta exemplar, tot realitzant experiments contraris a l'ètica i a la dignitat humana. En aquests casos no hi trobem motius per a l'orgull ni per enaltir la seva memòria, sinó tot el contrari. Ens hem d’avergonyir com a humans i com a científics i la seva memòria no ha de perpetuar-se, si no és per reprovar i assenyalar el que no ha de ser l'ideal de l'home de ciència.


Hans Reiter (1861-1969)

 
Aquest és el cas, per exemple del que fins ara coneixíem com la síndrome de Reiter i que ara ha passat a denominar-se artritis reactiva postinfecciosa. Es tracta d'una afecció que sol aparèixer després d’infeccions uretrals (freqüentment de transmissió sexual). Després d'un període d'incubació d’unes 3 setmanes apareix una artritis en el 95% dels casos, amb dolor i inflamació articular, que s'acompanya de febre i alteracions oculars (conjuntivitis, queratitis, fotofòbia, blefaritis). Una de les característiques d'aquesta síndrome és l'escurçament i engruiximent dels dits de les mans que presenten un aspecte de "dit de salsitxa". A la pell el més característic és la queratodèrmia (lesions dures) a les palmes i plantes dels peus, encara que també poden observar-se en altres zones. També poden alterar-se les ungles.

El 1916, Fiesseiger i Leroy, havien assenyalat ja la tríada clàssica artritis, conjuntivitis i uretritis, secundària a un cas d'infecció per Shigella. El mateix any, un metge alemany, Hans Reiter, va descriure un cas d'artritis, uretritis no gonocòccica i conjuntivitis, en un soldat, després d'un episodi de disenteria. 

Hans Reiter (1861-1969) va ser un metge infame, afiliat al partit nazi i que va ser condemnat per crims de guerra al camp de concentració de Buchenwald. Va escriure el llibre Deutsches Gold, Gesundes Leben - Frohes Schaffen, en què defensava la idea d’"higiene racial" preconitzada pel nazisme. Va impartir moltes conferències sobre la biologia de l'herència i la higiene racial, tot explicant els mecanismes coneguts a l'època de transmissió de trets físics i mentals, normals o anòmals.
 
Després d'estudiar Medicina a Leipzig i Breslau, va ampliar estudis a Anglaterra i França. Durant la Primera Guerra Mundial, Reiter va treballar primer com a metge militar alemany al front francès, on va tenir l'oportunitat d'atendre diversos casos de malaltia de Weil, descobrint que un dels bacteris causants era Leptospira icterohaemorrhagica. Més tard, va ser traslladat als Balcans com a metge consultor de l'exèrcit hongarès. Allà va descriure la tríada d'uretritis, artritis i conjuntivitis pròpies de l'artritis reactiva en un tinent alemany. La va publicar poc després a la revista mèdica Deutsche Medizinische Wochenschrift.

La malaltia no era totalment nova, ja que la combinació de dos elements (uretritis i artritis) ja havia estat entrevista per Sir Benjamin Collins Brodie (1783-1862). I pocs mesos abans de Reiter, l'havien descrit els metges francesos Fiessinger i Leroy.

Després de la guerra, Reiter va ser nomenat cap de departament d'higiene de Rostock. El 1931 es va afiliar amb gran entusiasme al partit nazi NSPD (número de carnet 621.885) i un any més tard (novembre de 1932) va signar el manifest "Professors universitaris per Hitler". Forma part de la Lliga Nacional Socialista de Mestres (Nationalsozialistische Lehrerbund), i com a metge, a l'NSDÄB, l'Associació Nacional Socialista de Metges Alemanys (Nationalsozialistischer Deutscher Ärztebund), prenent part activa en l'expulsió de científics jueus de les universitats alemanyes. També va participar en el projecte T4, que tenia per objectiu realitzar la castració i l'esterilització forçosa de molts minusvàlids físics i mentals per tal de "millorar la raça".

Aquestes proves de lleialtat a la ideologia nazi li van permetre ocupar càrrecs cada vegada més importants: Director de departament de l'Institut de Teràpia Experimental Kaiser Wilhelm (1933), director del departament de salut de Mecklenberg-Schwerin i catedràtic honorari a Berlín (1936). Antisemita furibund, va ser un dels més ferms defensors de les lleis d'eugenèsia racial. D'aquesta època són ben conegudes les seves excel·lents relacions amb importants jerarques nazis com Rudolf Hess o Goebbels.

 


Presos del camp de concentració nazi de Buchenwald. 




Reiter es va incorporar a les SA com Standartenführer i va ser membre de la Schutzstaffel (SS) durant la Segona Guerra Mundial (núm. Carnet R2366) i va prendre part activa en els experiments mèdics realitzats pels nazis.

Després de la derrota de les tropes del II Reich, va ser empresonat per l'Exèrcit Roig a la zona d'Alemanya ocupada per la Unió Soviètica i juntament amb altres caps nazis va ser jutjat per crims de guerra a Nuremberg. Durant la seva detenció, va admetre que coneixia l'esterilització forçosa, l’"eutanàsia" i els nombrosos assassinats de pacients d'un hospital psiquiàtric ja que actuava recopilant estadístiques i com a oficial de "control de qualitat". També va reconèixer la seva responsabilitat en experiments explícitament criminals a Buchenwald, un camp de concentració on es recloïen 100.000 presoners. Allà va practicar nombroses esterilitzacions forçades i va inocular als interns una vacuna contra el tifus "experimental", el que va provocar més de 250 morts:
"Un comandant de camp solia deixar anar gossos ferotges contra els presos gitanos que es negaven a l'esterilització. Les víctimes eren destrossades (...) els presoners homosexuals van ser sotmesos a experiments pseudocientífics en els quals se'ls va injectar bacils de tifus."
       (Crònica de l’Holocaust. Libsa. Madrid, 2002. p. 116-117) 
 
Després de la condemna de Nuremberg, Reiter va ser alliberat de forma anticipada del seu internament, molt probablement perquè va ajudar als russos amb els seus coneixements de la guerra bacteriològica.

Malgrat aquesta trajectòria tenebrosa, l’epònim "síndrome de Reiter" havia aconseguit una gran popularitat i era utilitzat habitualment per a designar l'artritis reactiva postinfecciosa. Aquesta denominació havia estat proposada per Bauer i Engelman el 1942, en plena expansió del III Reich. Després de la guerra, i tot i la condemna de Nuremberg, el passat de Reiter es va anar difuminant (segurament gràcies al seu pacte de cedir informació sobre guerra bacteriològica) i gairebé es va oblidar. Quan va morir, el 1969, la revista Arthritis and Rheumatism fins i tot li va dedicar una nota necrològica elogiant el seu paper de pioner de la reumatologia i de l'estudi de les vacunes.

El 1977, un grup de metges va iniciar una campanya per reemplaçar el terme "síndrome de Reiter" per "artritis reactiva". Entre els seus arguments van assenyalar que a més del vergonyós passat de criminal de guerra, Reiter no va ser el primer a descriure la síndrome, ni les seves conclusions eren correctes respecte a la patogènia (que va atribuir a una espiroqueta diferent de la sífilis, que ell mateix va anomenar Treponema forans). Entre altres es va unir al grup el Dr. Ephraïm Engelman, un dels autors del primer article de revista en anglès que havia usat el terme "síndrome de Reiter". Engelman encara practicava la medicina 65 anys després i va declarar que no sabia res de les activitats criminals del metge alemany quan ell va suggerir l'epònim.

Els investigadors jueus Yoav Keynan i Doron Rimar, de l'Institut Technion de Haifa van comentar el 2008 en un article de l'Israel Medical Association Journal:
"Reiter va difamar a tota la professió i a la ciència mèdica. És inconsistent amb els principis mèdics honrar aquesta abominació. El terme síndrome de Reiter ha de ser esborrat de les publicacions mèdiques, principalment per criteris morals".
La campanya va guanyar impuls gradualment i el terme "síndrome de Reiter" s'ha convertit actualment en una denominació anacrònica i obsoleta.

El Dr. Gabe Mirkin escriu la seva contundent opinió referent a això en el seu llibre "El menyspreable Dr. Hans Reiter":
"Un dels majors tributs que pot rebre un metge és que s'anomeni amb el seu nom una afecció mèdica. (...) És un honor tan gran que no hauria d’atorgar-se a cap persona que traeix el jurament hipocràtic, on jura que no practicarà la medicina d'una manera que perjudiqui al seu proïsme.
"El menyspreable i verinós Dr. Hans Conrad Julius Reiter va ser un dels primers metges en prestar jurament de lleialtat a Adolph Hitler en 1932 i va ser un dels membres més destacats del moviment eugenèsic que advocava per matar a totes les persones amb algun problema físic o discapacitat mental. El 1937, com a resultat de les seves creences repugnants, va ser anomenat president de l'Oficina de Salut del Reich. Va declarar que és responsabilitat de la medicina aturar la transmissió de gens inferiors. El repugnant Dr. Reiter va aprovar experiments mèdics que van matar a milers de persones, d’éssers humans desafortunats, al camp de concentració de Buchenwald. Ell va donar les ordres per a realitzar i supervisar moltes atrocitats mèdiques. Un experiment documentat va ser infectar a 250 presoners a Buchenwald amb Rickettsia i després matar-los.

"La Societat d’Espondilitis, que representa pacients que tenen artritis, va votar recentment per anomenar a la síndrome de Reiter, artritis reactiva. Amb sort, la resta de la professió mèdica ho anomenarà cremor a l'orinar, dolor en els ulls i artritis reactiva i deixarà de retre homenatge a l’immoral assassí, el Dr. Hans Reiter, que va mentir quan va fer el jurament hipocràtic. A la cap i a la fi, un metge promet en primer lloc que no farà mal. La síndrome es diu artritis reactiva. Cap metge com cal hauria de tornar a fer servir el nom síndrome de Reiter."


Jedem das seine (A cadascú el seu). Inscripció a la porta del camp 
de concentració de Buchenwald, on va treballar Reiter com a metge de les SS.



Bibliografia

Cuerda E, González-López E, López-Estebaranz JL. Dermatología en la Alemania nazi. Actas Dermo-Sif, 2011; 102: 423-428

Cuerda E. López-Muñoz F (ed) Cuando la Medicina no cura. La participación del personal sanitario en torturas, genocidios y experimentos al margen de los códigos éticos. Delta Delta pub. Madrid, 2016. 

Sierra X. Los dermatólogos judíos en la Alemania nazi. En: Sierra X (ed) 100 años de Dermatología. p. 57-70. Grupo Aula Médica SA. Madrid, 2001

Sierra X. Los dermatólogos judíos bajo el III Reich. Piel, 2011, 16, 120-124.

Weyers W. Death of Medicine in Nazi Germany. Dermatology and dermatopathology under the swastika.  Madison Books. Oxford 1998

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