martes, 27 de noviembre de 2018

Clorosis






Sebastià Junyent Sans 

Clorosis

Óleo sobre lienzo. 99,5 x 77,5 cm
Museu Nacional d'Art de Catalunya. Barcelona.




Sebastià Junyent Sans (1865-1908) fue un pintor, ilustrador y crítico de arte catalán, inscrito en el movimiento modernista. Fue amigo y protector de Picasso, a quien conoció en París en 1900 y con quien compartió muchas inquietudes en los años 1903 y 1904. Como muestra de esta relación de amistad, Picasso le dedicó su famosa acuarela "El loco", así como un par de retratos. También lo retrató en un personaje de su cuadro "La vida", de la época azul. 


P. Picasso: El loco, obra
dedicada a Sebastià Junyent
Pablo Picasso: Retrato de Sebastià Junyent

En la obra de Junyent que encabeza esta entrada aparecen dos mujeres leyendo un libro. En primer término, la madre, con actitud seria y concentrada en la lectura. Recostada sobre ella aparece la hija, con aire ausente, casi desmayada y piel de color cetrino. El cuadro se titula "Clorosis".

Por clorosis se entendía una enfermedad atribuída a la deficiencia de hierro en la dieta, y caracterizada por inapetencia y anemia,  con palidez verdosa de la piel (del griego χλωρος, chlōros, verde)Se presentaba además una gran cantidad de síntomas: languidez, tristeza, ganas frecuentes de llorar, palidez del semblante y de los labios, dolores de cabeza, desgana de hacer nada excepto pasarse el tiempo tendida en un diván, un lecho o una butaca con almohadas en posiciones que variaban desde recostar la cabeza a cambiar de postura continuamente. A la inapetencia por los alimentos se añadía una desgana por vivir, lo que nos hace pensar en un síndrome depresivo.

Bernabeu-Mestre, en un artículo dedicado a la clorosis se plantea si existió realmente: 
"La clorosis era considerada una enfermedad crónica y de larga duración, propia y exclusiva de las jóvenes, apareciendo en general de los 14 a los 24 años, aunque se podía observar también en ciertas fases de la “vida genital”, como el embarazo o la menopausia. De evolución insidiosa, la sintomatología que acompañaba a las enfermas de clorosis se caracterizaba por el color amarillo-verdoso de su piel, la decoloración de uñas y labios, y como indicaban los autores de la época, la “flojedad física y moral”. A la astenia y el cansancio al menor esfuerzo, se sumaban las cefalalgias, las palpitaciones y las sofocaciones, los dolores difusos, las neuralgias y las visceralgias, la amenorrea/dismenorrea, el aumento de la necesidad del sueño, la anorexia, y las alteraciones del tracto intestinal, entre otras manifestaciones" (Bernabeu-Mestre y cols) 
La clorosis era considerada una enfermedad propia de mujeres, como la histeria, neurastenia u otras. Los médicos decimonónicos tenían una particular visión de la naturaleza femenina: 
"En la medicina decimonónica, la mujer era considerada un ser definido y limitado por sus órganos y funciones sexuales y un ser al borde de la enfermedad, tanto física como psíquica. Las dolencias estarían provocadas por las mismas funciones y aparato reproductor que las definen. La mujer estaría enferma en función de su propia naturaleza, de su propia razón de ser, la de la reproducción de la especie".
Probablemente era una mezcla de anemia, amenorrea, anorexia y otros trastornos nutricionales y psíquicos, que era vista como propia de la condición femenina y usada como un elemento de discriminación sexista. Se la vinculaba con la virginidad, el "mal de amor" y con las pulsiones sexuales no satisfechas. La intención sexista es evidente en recetas como la de Raciborski (1868) que recomendaba como medida preventiva la prohibición total de leer novelas hasta la edad de veinte años por lo que sugería que las jovencitas deberían tener prohibida la entrada a las bibliotecas públicas. 

Tener clorosis incluso estaba bien visto en el s. XIX. Muchas muchachas para alcanzar por la vía rápida el estado clorótico (que tenía reputación de "sexy" y atractivo para el sexo opuesto) dejaban de comer y tomaban grandes vasos de vinagre en ayunas. Con este método lograban muchas veces un estado de debilidad tal que caían desmayadas en brazos de sus admiradores. 

A partir de principios del s. XX la clorosis comenzó a disminuir hasta su desaparición. Gregorio Marañón, una de las figuras más destacadas de la medicina española contemporánea, comentaba: 

 “[…] esta enfermedad que ha figurado en millones de diagnósticos de médicos clásicos; que ha influido tanto en la vida de la mujer –y por tanto del hombre- durante varios siglos; que ha enriquecido a tantos farmacéuticos y propietarios de aguas minerales; que ha hecho exhalar tantos suspiros de jóvenes enamoradas y movido la inspiración de tantos poetas; si la clorosis, en fin, no ha existido jamás”
Resulta sorprendente los ríos de tinta que ha generado la clorosis, sin una base fisiopatológica clara, que remeda en nuestros días lo que está sucediendo con la fibromialgia, el síndrome de fatiga crónica o la sensibilidad química múltiple.

Bibliografía

Bernabeu-Mestre J, Cid AP, Esplugues JX, Galiana ME. Una enfermedad de mujeres: Medicina e ideología en el ejemplo histórico de la clorosis.  
Symposium: Well-being as a Social Gendered Process. Session 3: Health [Modena, Italy, June 26th-28th, 2006] 
http://www.ub.edu/tig/GWBNet/ModenaPapers/BernabeuEsp.pdf 


Dixon LS. Perilous Chastity: Women and Illness in Pre-Enlightenment Art and Medicine. Cornell University Press 1995

King, H. The Disease of Virgins: Green Sickness, Chlorosis and the Problems of Puberty. Ed. Routledge, Londres. 2004.

Pelta R. Clorosis. Laboratorio del lenguaje 
https://medicablogs.diariomedico.com/laboratorio/2018/04/09/clorosis/


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