viernes, 27 de abril de 2018

Hallazgo de un esqueleto infantil en Pompeya







Esqueleto infantil

Restos humanos
Termas centrales. Pompeya 




Hace pocos días, en el curso de unos trabajos de consolidación y restauración en las Termas Centrales de Pompeya, se descubrió el esqueleto de un niño (o niña, ya que todavía no se ha determinado su sexo), de 7-8 años de edad, víctima de la violenta erupción del Vesubio en el año 79 d.C. 

Se trata de los primeros restos de un cuerpo humano hallados en 20 años en este yacimiento. Hay que remontarse 50 años atrás para datar la última localización de un menor.

Los restos aparecieron enterrados bajo un estrato de unos 10 cm en la entrada del edificio de las Termas, por lo que supone que el niño debió buscar refugio en el edificio público durante la erupción del volcán, aunque no pudo escapar de la muerte. Los huesos han sido hallados de forma fortuita e inesperada durante las labores de limpieza del área. Primero apareció el cráneo y luego el esqueleto casi completo, a  excepción de una parte del tórax, la mandíbula y algunos fragmentos de piernas y brazos.

El esqueleto ha sido llevado al Laboratorio de Investigaciones Aplicadas del Parque Arqueológico de Pompeya, donde se realizará un meticuloso estudio paleopatológico. Se medirán los huesos y se buscarán improntas de sus ya desaparecidos músculos para saber si realizaba trabajos físicos, transportaba peso o si practicaba deportes. De estos datos se podría concluir si era esclavo o libre o incluso su clase social. La edad podrá determinarse con mayor exactitud tras el estudio de su dentadura. Para esclarecer su sexo, los expertos tendrán que esmerarse, ya que las formas óseas que determinan el género no están plenamente definidas todavía en la edad infantil, por lo que será necesaria una segunda fase de análisis genético en caso de que se halle material en buen estado. También se intentarán indagar las posibles enfermedades o traumatismos que presentaba. 

Lugar en el que se encontró el esqueleto infantil (abajo, zona central derecha)

Otro de las cuestiones a despejar es por qué estos restos no habían sido aún extraídos pues se cree que ya en las excavaciones realizadas en el lugar entre 1877 y 1878 ya fueron localizados pero "inexplicablemente" no fueron recuperados. 

La mayoría de cuerpos encontrados en Pompeya estaban inmersos en llapilli  (estrato formado por el depósito de piedras pequeñas o fragmentos piroclásticos) y recubiertos después por cenizas que sellaron el estrato anterior. Esto permitió en muchos casos sacar moldes de vaciado con yeso. Pero en el caso del niño descubierto ahora no fue así. El niño entró en el edificio termal porque, al ser un ambiente cerrado, allí no llegaba el llapilli, que se quedó depositado en el techo de las termas. El niño se acurrucó contra una pared y tal como esperaba, el techo no se hundió por el peso de las piedras volcánicas. Sin embargo, lo que sí penetró en el local fue el flujo piroclástico por las ventanas en la fase final de la erupción, asfixiándolo, lo que fue la causa probable de su muerte. 

Los resultados podrán proporcionar un mejor conocimiento de la historia de la ciudad y de sus habitantes antes de que la erupción la arrasara. Los datos antropológicos que llegan a nosotros de este período histórico son en general de individuos muertos y que han sido sepultados en las necrópolis. El caso de Pompeya es único, ya que nos encontramos, restos humanos de individuos que murieron de forma súbita durante la erupción volcánica mientras estaban desarrollando sus actividades habituales. Por eso, el estudio del niño recientemente descubierto en las Termas Centrales, permitirá aportar datos de importancia excepcional. 


Bibliografía 

Forssmann A. Pompeya: el esqueleto de una víctima joven de la erupción volcánica del 79 d.C. National Geographic abril 2018
http://www.nationalgeographic.com.es/historia/actualidad/pompeya-esqueleto-victima-joven-erupcion-volcanica-79-dc_12630





No hay comentarios: