miércoles, 15 de abril de 2015

Hospitales medievales: tres en una cama.





Capitel del hospedería de pobres 
(s. XIII

Relieve en piedra arenisca
Monasterio de Poblet, Vimbodí (Catalunya)  



El problema de la carencia de camas en los hospitales no es nuevo. Ya en la época medieval eran escasas las plazas previstas. Un ejemplo gráfico lo podemos ver en uno de los capiteles del Hospital de pobres del monasterio de Poblet. En él se muestra la imagen de tres pobres enfermos metidos en una sola cama, cosa que debía ser bastante habitual. Agustí Altisent, historiador y monje de Poblet, que me honró en vida con su amistad, señalaba que mantener una cama en este hospital suponía un gasto de un dinero cada 3 días, lo que resultaba un gasto bastante elevado, que obligaba a una capitalización de 100 sueldos al año.  

En la época medieval los hospitales eran pequeñas instalaciones pensadas para dar cobijo a algunos enfermos por breves lapsos de tiempo. Solía haberlos en los monasterios y en los caminos muy frecuentados, como en la Ruta Jacobea.

En los monasterios era habitual el Hospital de pobres, donde se podía dar cobijo y tratamiento a algunos peregrinos con alguna dolencia. También había otro hospital para monjes enfermos o convalecientes, al que solía darse el nombre de Enfermería.

Un hospital, según una ilustración de un códice medieval 

En las ciudades solía haber varios de ellos, de titularidad municipal o eclesial, ya que en la época, la atención a los enfermos era considerada una obra de caridad. En Barcelona, por ejemplo, había diversos hospitalillos que luego se unificaron en un gran hospital: el Hospital de la Santa Creu (creado por una bula del papa Benedicto XIII, en 1401) que aglutinó a todos los hospitales previos, tanto del municipio como del obispado, a excepción del Hospital de Sant Llàtzer, dedicado a los enfermos de lepra, que fue el único que no se unificó, conservándose separado, por temor al supuesto contagio. 

Los hospitales vivían de sus rentas, por otra parte muy distintas de una institución a otra. En algunos días señalados las cofradías vinculadas al hospital hacían colectas en algunas iglesias. Los cofrades llevaban bien visibles las insignias que los acreditaban como tales. Era tradicional recoger colchones y mantas el día de Viernes Santo. También se aceptaban todo tipo de donativos (pan, verduras, ropa...). Una buena parte del presupuesto se dedicaba a las continuas obras de mantenimiento y a costear a las nodrizas para alimentar a los niños. 


Lo llibre de les dones, de Jaume Roig,
que nos proporciona muchos datos
sobre diversos aspectos sanitarios
de la ciudad de Valencia en el s. XV
y de los usos y costumbres de los
hospitales de esta ciudad.
(Edición impresa de 1725)
Pero aún así a veces no era suficiente. Una muestra la tenemos en el Llibre de les dones de Jaume Roig (una destacada obra satírica en verso que nos proporciona una interesante visión de Valencia en el s. XV) a veces los enfermos del hospital tenían que mendigar de día para poder pagar su manutención. Jaume Roig además de poeta era médico y llegó a ser administrador de un hospital, el hospital de'n Clapers, por lo que su testimonio es muy verosímil y tiene un especial valor.   

La corrupción - antes y ahora -  era frecuente. Bertomeu Descoll, que fue el administrador del Hospital de Sta. Eulàlia del Camp (Barcelona) era bien conocido por su afición a jugar a los dados. Este administrador tahúr malgastó en el juego el presupuesto del hospital llegando incluso a empeñar las sábanas, y hundiendo a la institución en la miseria.   

Medieval Hospitals:








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