martes, 22 de octubre de 2019

Gangrenas tras la batalla







Edward Stauch

El soldado Milton E. Wallen, con gangrena en el muñón del brazo 
 (1863)

Litografía
Publicada en:
 The Medical and Surgical History of the War 
of the Rebellion, Part II, Vol. II (1876)




Edward Stauch (1830-?) fue un escultor de origen alemán que emigró a los EEUU en 1860, donde trabajó para el Departamento de Guerra realizando dibujos y pinturas acerca de las heridas producidas en el combate de los soldados de la Unión.

Algunas de estas obras pudieron ser reproducidas mediante la litografía, una técnica ya conocida desde finales del s. XVIII.  El procedimiento se basaba en realizar el dibujo directamente sobre una piedra caliza pulimentada, para después añadir los colorantes grasos, que eran retenidos por la imagen dibujada, dejándola preparada para su impresión. De esta forma, el molde litográfico permitía la obtención de un elevado número de estampas idénticas, tras la repetición del proceso de tinción e impresión. Finalmente, el autor firmaba y numeraba a mano cada uno de los ejemplares editados. La litografía permitía una rápida reproducción de dibujos, permitiendo su divulgación en múltiples copias y su uso en la ilustración de libros, carteles y sobre todo en la docencia. 

Aportamos hoy dos ejemplos de las obras de Stauch. La primera (con la que iniciamos este escrito) es la de un soldado con un brazo amputado, en una cama de hospital. Se trata del soldado Milton E. Wallen de la Compañía C, 1er regimiento de caballería Kentucky, que había sido herido por una bala Minié, a consecuencia de la que perdió el brazo. Wallen fue hecho prisonero el 4 julio de 1863. En agosto de 1863 estaba siendo tratado en el hospital por una gangrena sobrevenida en el muñón, cuando Edward Stauch viajó desde Washington para dibujar el apunte que aportamos. Sabemos que Wallen pudo sobrevivir a la infección y fue dado de alta del hospital en octubre de 1863. 


E. Stauch: Pierna gangrenada del sargento G.W. Gardner (1863) Litografía
Museo Nacional de Salud y Medicina. Silver Spring. Washington 


En la otra imagen que comentamos hoy (se describe la herida de bala sufrida en una pierna por el sargento de caballería Gardner. Tras la extracción del proyectil, el herido fue trasladado al Hospital Emory de Washington, donde la herida fue lavada con agua caliente, agua oxigenada y posterior vendaje. 
Pero a pesar de estas curas, la herida se infectó y la gangrena no pudo evitarse. En la litografía se puede observar el tono grisáceo de la piel del dorso del pie, que revela ya un proceso de necrosis. 

Con el nombre de gangrena (del latín gangraena, y éste, a su vez, del griego γάγγραινα, [gángraina], que significa 'putrefacción'), se conoce la muerte de tejidos (necrosis)  como consecuencia de la falta de irrigación sanguínea o de una infección bacteriana grave. Afecta comúnmente las extremidades, como los miembros, los dedos de las manos y de los pies, pero también puede ocurrir en los músculos y órganos internos.

Aunque en el proceso infeccioso están involucradas generalmente diversas bacterias, cabe destacar la frecuente acción de Clostridium perfringens, que produce diversos enzimas causantes de la destrucción tisular y de la formación de gas (gangrena gaseosa) responsable del mal olor de las lesiones.  

Los síntomas de la gangrena suelen ser: 


  • Cambios de coloración de la piel 
  • Hinchazón o formación de ampollas llenas de líquido
  • Una línea nítida entre la piel sana y la piel afectada
  • Dolor intenso y repentino y sensación de entumecimiento
  • Secreción de olor desagradable de una úlcera
  • Piel delgada, brillante y fría 
El tratamiento actual de las gangrenas debe realizarse mediante desbridamiento quirúrgico, llegando incluso si es preciso a la amputación del miembro afectado, y la administración de antibióticos adecuados.

En el caso del sargento Gardner sabemos que se procedió a la amputación de la pierna, una de las intervenciones de Cirugía de Guerra más habituales, en un intento de atajar la infección y evitar su propagación por todo el cuerpo. Sin embargo, en ausencia de antibióticos no pudieron evitarse las complicaciones y el militar falleció al poco tiempo.  

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