lunes, 25 de julio de 2016

Rasurarse el pubis







Gustave Courbet

  El origen del mundo
(1866)

Óleo sobre lienzo. 46 x 65 cm
Musée d'Orsay. Paris.  



El origen del mundo es una controvertida pintura realista de Gustave Courbet (1819-1877) que tras numerosas vicisitudes, se exhibe en el Musée d'Orsay, de París.

Courbet es el principal representante de la corriente realista. Arrogante y efectista, tenía a gala su gran capacidad de provocación. "Si dejo de escandalizar, dejo de existir", solía decir.

En esta línea está este cuadro, un desnudo cuya principal característica es el de ser un desnudo parcial, en el que se muestra en primer término un sexo femenino. Algunos críticos opinan que representa - por signos indirectos - el momento que sigue al orgasmo. Si tenemos en cuenta el tabú que durante mucho tiempo pesó sobre el pubis femenino (desapareció totalmente de las representaciones pictóricas desde el s. XVI hasta principios del XIX, reapareciendo, tímidamente en la Maja desnuda de Goya), la provocación de Courbet debió ser descomunal. 

En el momento actual, ya nadie se escandaliza por eso, aunque casi sorprende ver un pubis femenino con tanta exhuberancia de vello. Cada vez está más extendida la costumbre de depilarse o afeitarse esta zona corporal, total o parcialmente. Y esto sucede tanto en hombres como en mujeres.  

Recientemente, un estudio de la revista JAMA Dermatology recoge los hábitos de las mujeres en relación al pelo púbico. Una muestra de 3.316 encuestadas de los Estados Unidos revela que el 83,8% de las mujeres “se arreglan” el pelo de sus zonas íntimas, bien sea depilándose totalmente la zona o perfilando sus límites. Solamente un 16,2% confesaron no haberlo hecho nunca. La frecuencia de la depilación era más variable: las que lo hacían con más frecuencia lo hacían diariamente (5%) y las que menos, solamente una vez al año (3%).

Según los autores de la investigación, esta práctica puede tener efectos beneficiosos para la salud pública y individual. Por ejemplo, reduce la presencia de ladillas (Phtirius inguinalis) y de enfermedades de transmisión sexual (ETS). 

Pero también tiene algunas consecuencias negativas, como la de producir irritaciones o pequeñas heridas al realizar la depilación, especialmente si se hace de forma manual (el método más usado, según esta estadística es el de la cuchilla (73%), seguido por las tijeras (17,5%), la maquinilla eléctrica y la depilación a la cera (4,6%). La mayoría de las encuestadas declararon que realizaban ellas mismas esta operación (92,8%), frente a las que eran ayudadas por su pareja (8%) o por un profesional (6,7%).

La encuesta también ha permitido saber que la depilación genital es 5 veces más frecuente en mujeres de 18 a 24 años que entre las de 45-55 años, y que parece asociarse a mayores niveles de educación (diplomadas) y a personas  de raza blanca, siendo menos frecuentes en otros grupos étnicos. Pero no se han encontrado distinciones significativas según los niveles de ingresos. La frecuencia de este hábito está relacionado directamente con una mayor frecuencia de parejas sexuales y con la práctica de sexo oral receptivo, pero - contrariamente a lo que en principio pueda parecer - tampoco está ligada a prácticas sexuales especiales (sadismo, masoquismo...) 


Otra de las cuestiones destacadas del estudio es el motivo que lleva a las mujeres a la depilación de las zonas íntimas. Un 59% alegaba motivos de higiene; 45% por "rutina"; un 31% por motivos estéticos. El 21,1% confiesa hacerlo porque sus parejas así lo quieren y un 20% indican que así se facilita el sexo oral. La motivación que pesa más para depilarse es el sexo (55%), seguido por las vacaciones (45%) y las visitas al médico (40%), aunque  se señalaron muchas otras posibilidades. 

Tami Rowen, ginecóloga de la Universidad de California en San Francisco y autora principal de este artículo, comenta que, sorprendentemente,  muchas mujeres que consultan al médico por presentar irritaciones o infecciones en el área púbica, casi nunca piensan en la depilación del pelo púbico como causa de sus molestias en la zona vaginal.

El estudio es un interesante documento sobre las costumbres  de la población femenina en un lugar (Estados Unidos) y un tiempo determinado, que constata un cambio de hábitos manifiesto en una parte importante de la población. Seguramente será un análisis a tener en cuenta por los historiadores del futuro, que tendrán que tenerlo en cuenta para comprender como se han modificado las prácticas higiénicas privadas en la segunda década del s. XXI. Por decirlo así, en 150 años se ha pasado de los pubis peludos de la época de Courbet a los pubis pelados actuales. 



Bibliografía

Rowen T et coll.: Pubic hair grooming prevalence and motivation among women in the United States. JAMA Dermatogy 2016; doi: 10. 1001/jamadermatol.2016.2154.

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