Tanagra griega con manto y petaso
(s. III d.n.e.)
Terracota
Museo Marès, Barcelona |
Tanagra (Τανάγρα) era una ciudad griega, a 20 Km al sudeste de Tebas, donde a partir de 1870 se encontraron un gran número de pequeñas figuras de terracota. Algunas presentaban restos de policromía. Muchas de ellas eran probablemente ofrendadas en los santuarios, como presentes votivos o de acción de gracias.
Estas figurillas alcanzaron pronto una gran popularidad, hasta el punto que pasaron a designarse con el nombre de tanagras o tanagrinas.
Las tanagras solían representar personajes de la vida cotidiana, por lo que nos proporcionan una gran información de la vida de los griegos entre el s. IV a.n.e y el III d.n.e. Sobre su indumentaria habitual, por ejemplo. Las figuras de los dioses griegos suelen estar desnudas. Es cierto que esto no es extensivo a las diosas (solamente Afrodita, la diosa del amor y del erotismo aparece total o parcialmente desnuda, las demás suelen ir vestidas), pero sus ropajes no suelen incluir mantos ni velos, como era habitual en las griegas de carne y hueso cuando iban por la calle en sus habituales menesteres. Las humanas - a diferencia de las diosas - necesitaban protegerse de las inclemencias del tiempo.
Así conocemos las principales piezas de indumentaria griega. El chitón era una especie de blusa larga, sin mangas, recogida en la cintura por medio de un cinturón, que llegaba sin embargo a la rodilla y muy a menudo a los pies. El himatión era una larga capa formada de una sola pieza de tela que se envolvía al cuerpo. Los jóvenes llevaban de preferencia una especie de esclavina o capa corta sujeta al cuello, llamada clámide. Las mujeres siempre cubrían sus cabezas con un velo y solían envolverse con un manto.
Grecia es un país mediterráneo, con una gran exposición solar y que en verano suele alcanzar altas temperaturas. Por eso era habitual el uso de abanicos y también de un sombrero de fieltro y ala ancha, llamado petaso, que a veces se echaba para atrás hasta casi tocar la espalda.
No es habitual representar a los dioses con petaso (ellos probablemente no tenían necesidad de protegerse del sol) con la única excepción de Hermes, el mensajero de los dioses (al que los romanos llamaron Mercurio). Entre los atributos de Hermes figuraba precisamente un petaso alado, que junto con las alas en sus pies y el caduceo con dos serpientes permite identificarlo con facilidad. Las alas símbolizan en este caso la rapidez con la que Hermes transmitía sus mensajes.
Estas figurillas alcanzaron pronto una gran popularidad, hasta el punto que pasaron a designarse con el nombre de tanagras o tanagrinas.
Tanagra representando a una mujer con manto, abanico y petaso. Altes Museum, Berlín. |
Las tanagras solían representar personajes de la vida cotidiana, por lo que nos proporcionan una gran información de la vida de los griegos entre el s. IV a.n.e y el III d.n.e. Sobre su indumentaria habitual, por ejemplo. Las figuras de los dioses griegos suelen estar desnudas. Es cierto que esto no es extensivo a las diosas (solamente Afrodita, la diosa del amor y del erotismo aparece total o parcialmente desnuda, las demás suelen ir vestidas), pero sus ropajes no suelen incluir mantos ni velos, como era habitual en las griegas de carne y hueso cuando iban por la calle en sus habituales menesteres. Las humanas - a diferencia de las diosas - necesitaban protegerse de las inclemencias del tiempo.
Así conocemos las principales piezas de indumentaria griega. El chitón era una especie de blusa larga, sin mangas, recogida en la cintura por medio de un cinturón, que llegaba sin embargo a la rodilla y muy a menudo a los pies. El himatión era una larga capa formada de una sola pieza de tela que se envolvía al cuerpo. Los jóvenes llevaban de preferencia una especie de esclavina o capa corta sujeta al cuello, llamada clámide. Las mujeres siempre cubrían sus cabezas con un velo y solían envolverse con un manto.
Edipo (con petaso en la cabeza) y la esfinge |
Grecia es un país mediterráneo, con una gran exposición solar y que en verano suele alcanzar altas temperaturas. Por eso era habitual el uso de abanicos y también de un sombrero de fieltro y ala ancha, llamado petaso, que a veces se echaba para atrás hasta casi tocar la espalda.
Hermes, tocado con el petaso alado y portando el caduceo. Pergamonmuseum, Berlín. |
No es habitual representar a los dioses con petaso (ellos probablemente no tenían necesidad de protegerse del sol) con la única excepción de Hermes, el mensajero de los dioses (al que los romanos llamaron Mercurio). Entre los atributos de Hermes figuraba precisamente un petaso alado, que junto con las alas en sus pies y el caduceo con dos serpientes permite identificarlo con facilidad. Las alas símbolizan en este caso la rapidez con la que Hermes transmitía sus mensajes.
Figura funeraria, con la cara cubierta completamente por un velo. Museo de Cirene (Libia) |
Figura funeraria con la cabeza cubierta por un velo. Museo de Cirene (Libia). |
Pero está claro que los mortales usaban el petaso para protegerse del sol. Las mujeres, aunque también usaban el sombrero (como puede verse en la tanagra que preside este post) se valían también de velos y del extremo del manto que ponían sobre la cabeza. En algunas figuras funerarias, como las que pueden verse en el museo de Cirene (Libia), la cara queda casi totalmente cubierta por el velo. Aunque debemos interpretar este hecho como un simbolismo metafísico (el cuerpo después de la muerte se oculta, como la cara, pero permanece la presencia, el recuerdo), es probable que esta ocultación del rostro fuera practicada en la vida cotidiana como medida protectora.
Ancient Greek Fashion:
Ancient Greek Fashion:
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