martes, 13 de enero de 2015

Murillo : Vieja despiojando a un niño


Murillo: Vieja despiojando a un niño




Bartolomé Esteban Murillo 

Vieja despiojando a un niño 
(1660 circa)

Óleo sobre tela 147,5 x 113 cm
Alte Pinakothek, Munich. 





Aunque es muy conocido por sus cuadros de temática religiosa, Bartolomé Esteban Murillo (Sevilla, 1617-1682)
cultivó también la pintura costumbrista, ya que era muy demandada por los comerciantes y banqueros flamencos que habitaban en Sevilla, que en aquel momento era una ciudad de gran pujanza económica, ya que allá llegaba el oro que venía de América. 

A mediados del s. XVII diferentes ciudades andaluzas, entre ellas Sevilla, sufrieron diferentes epidemias de peste que diezmaron a la población. Como consecuencia, empeoraron las condiciones de vida de la población y la higiene fue todavía más precaria, lo que contribuyó a aumentar las enfermedades infecciosas y parasitarias. 

En este cuadro la composición se desarrolla en un interior. las figuras, iluminadas por la luz potente que entra por la ventana, se recortan sobre un fondo neutro. El niño, se muestra indiferente y tranquilo, mordisqueando un trozo de pan mientras acaricia al perrillo. La mujer ha abandonado por un momento sus instrumentos de hilado, que aparecen sobre la banqueta de la derecha y concentra su atención en buscar los piojos de la cabeza del niño.

Al fondo podemos contemplar una mesa que solamente tiene encima de ella jarra y un cántaro, lo que nos indica la baja clase social de la familia y de sus escasos recursos económicos.  Los vestidos también son humildes, aunque no presentan los jirones de otros cuadros de mendigos o pilletes del propio Murillo (Niños jugando a los dados, o Joven mendigo )


Aquí vemos pues una escena cotidiana en la época: el despiojamiento de los niños. La infestación por Pediculus capitis debía ser muy habitual como podemos observar en otros cuadros coetáneos: El deber de una madre, de Pieter de Hooch ; Buscando piojos, de Gerard ter Borch



        

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