Lew Kerbel
Monumento a Karl Marx
"La Cabeza" (1971)
Escultura en bronce 7'1 m
Brückenstraße, Chemnitz (Sajonia, Alemania) |
La cabeza tiene unas proporciones enormes (7'10 metros, aproximadamente 40 toneladas, y fue fundida en 93 piezas). Reposa sobre un pedestal de 13 m de altura de granito de Korninski (Ucrania). Tras ella un gran muro con la frase: "Proletarios de todos los países, uníos" repetida múltiples veces y escrita en alemán, francés, inglés y ruso. Es una de las cabezas colosales de bulto redondo mayores del mundo, después de la Esfinge de Gizeh (Egipto) y la cabeza de Lenin en Ulan-Ude (Siberia). Situada delante de la sede del Partido Socialista Alemán, fue inaugurada en 1971, y presidía lo que entonces se llamaba la avenida de Karl Marx (hoy Brückenstraße). La gente la conoce por el apodo de Nischel (que en alemán central es algo así como Cabeza o Cráneo).
Su autor es Lew Efimovich Kerbel (Лев Ефимович Кербель, 1917-2003) un escultor ruso que entre 1950 a 1970 se especializó en monumentos a líderes comunistas y de algunos intelectuales. La ciudad de Chemnitz, tras cambiar su nombre a Ciudad-Karl-Marx (Karl-Marx-Stadt,1953) decidió encargarle esta emblemática escultura colosal. Tras la caída del bloque socialista en la última década del pasado siglo, muchas de las esculturas de Kerbel fueron derribadas y destruídas. También se proyectó eliminar este monumento, que incluso tuvo algunas ofertas de compra. Sin embargo, tras un intenso debate, se decidió preservar la Cabeza de Chemnitz clasificándolo como bien cultural.
Karl Marx (1818-1883) fue un filósofo, intelectual y militante comunista alemán. Junto con Friederich Engels (1820-1895) es considerado el padre del socialismo científico, del materialismo histórico, y del marxismo o comunismo. De origen judío, Karl Marx nació en Tréveris (por aquel entonces, Reino de Prusia). Estudió en Bonn y Berlin, y vivió en París, Bélgica y Londres. Autor de múltiples escritos, destacan el Manifiesto Comunista y El Capital, en los que sostenía que las sociedades avanzan mediante la dialéctica de la lucha de clases que llevaría a la revolución y acabaría imponiendo la dictadura del proletariado. Estas ideas influyeron considerablemente en las doctrinas socialistas de los s. XIX y XX.
Karl Marx sufría de hidrosadenitis supurativa, enfermedad conocida popularmente como golondrinos y que es una infección profunda de las glándulas sudoríparas apocrinas. Al parecer, le sobrevenían episodios repetidos que afectaban las axilas, las ingles y la zona perianal, provocándole dolorosos abscesos, que en ocasiones requerían ser desbridados. La supuración de estas lesiones se acompañaba de un desagradable olor, que incluso llegó a provocarle cierta marginación social y una vida solitaria. Tal vez por eso tuvo tiempo suficiente para pensar y para escribir El Capital...
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