martes, 9 de octubre de 2018

Las enfermedades de Napoleón (VIII): Cáncer gástrico






William Quiller Orchardson

Santa Elena 1816: Napoleón dictando al conde Las Cases el relato de sus campañas
(1892)

National Museums Liverpool 



En una entrada anterior tratábamos de algunas enfermedades que afectaron a Napoleón durante su exilio en Santa Elena (colelitiasis, colitis, cistitis...). Hoy nos referiremos a una de las patologías que más comentarios han merecido por parte de los historiadores. 

El 23 de septiembre de 1819, el Dr. Antommarchi realiza una exploración completa de Napoleón y refmiere encontrar "una región epigástrica endurecida, extremadamente dolorosa a la presión", lo que atribuye a una hipertrofia aislada del lóbulo hepático. El resto de la sintomatología era la habitual. 

Desde septiembre de 1820 (un año después) la salud del emperador se degrada de forma visible. Hasta el punto que su médico afirma, refioriéndose a sus piernas: "se ha quedado en nada, es como un esqueleto". En efecto, desde que ha llegado a Santa Elena, Bonaparte ha adelgazado considerablemente, hasta el punto que en volumen es como una cuarta parte de lo que era antes. 

Muchos de sus síntomas encajan bien en el diagnóstico de cáncer gástrico: crisis de hipo, epigastralgia, anaorexia, vómitos, adelgazamiento excesivo, debilidad extrema... Pero no todos. Napoleón presenta también disuria, fiebre, sudoración excesiva, letargia, transtornos circulatorios. Y también estreñimiento alternado con episodios diarreicos...  En esta compleja sintomatología se entremezclan la patología biliar, la digestiva y la pulmonar, de la que ya hemos hablado en otras ocasiones. Esta mescolanza de síntomas diversos será la norma entre 1817 y 1820. 


Franz-Josef Sandmann: Napoleón en Santa Elena (circa 1820).
Litografía a partir de acuarela

El diagnóstico de cáncer se hará cada vez más evidente a partir de 1820. Los vómitos tras la ingesta serán cada vez más habituales, hasta llegar a una intolerancia gástrica casi total. El 25 de abril los vómitos son negruzcos, probablemente una hematemesis. Es previsible que se estuviera desarrollando una proliferación tumoral gástrica prepilórica, infiltrando la región antral. A partir de este momento se dificulta el vómito, y cada vez son más frecuentes las hemorragias. 

En una próxima entrada abordaremos el tema de la muerte del emperador, tema que ha sido motivo de diversas controversias. 




Bibliografía

Lugli A, Zlobec I, Singer G, Kopp Lugli A, Terracciano LM, Genta RM: Napoleon Bonaparte's gastric cancer: a clinicopathologic approach to staging, pathogenesis, and etiologyNature Reviews Gastroenterology and Hepatologyno 4,‎ p. 52-57




Serie de las enfermedades de Napoleón: 







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