lunes, 1 de marzo de 2021

San Fiacre, patrón de los jardineros... y de las hemorroides

 





San Fiacre 
(circa 1642) 

Miniatura. Libro de horas de la 
Biblioteca Simon de Varies. 
Países Bajos. 



En esta miniatura del Libro de horas de Simon de Varies, un maravilloso libro iluminado y manuscrito del s. XV, encontramos esta imagen de San Fiacre, empuñando su atributo característico: una pala de jardinero. 

La biografía de San Fiacre (o Fiacro) contiene más elementos legendarios que históricos. Al parecer era de origen celta (Fiachra), y aunque algunos sostienen que era hijo de un rey escocés, la versión más extendida (Enciclopedia Católica) cree que nació en Irlanda en el s. VII.  Fiacre se inició en la vida eremítica, en el condado de Kilkeny (la actual Kilfiachra). Era un buen conocedor de hierbas y plantas medicinales, y pronto se corrió la voz de que podía curar enfermedades y su ermita estaba cada vez más concurrida de visitantes. 

Tal vez por eso, Fiacre decidió pasar a Francia. En Meaux, una localidad al noroeste de París, el obispo del lugar, Faro, era de origen irlandés, y según la leyenda, le ofreció fundar un monasterio en Breuil (Brie), para lo cual se comprometía a entregarle todo el terreno que pudiera desbrozar en un día, dejándolo libre de matorrales y malas hierbas. Fiacre, con la sola ayuda de su bastón de ermitaño dejó limpia una buena porción de terreno en una sola jornada. 


San Fiacre y Becnaude. Miniatura de Lieven van Lathern.
Getty Museum. Los Ángeles 

Una vez conseguida la donación del terreno, fundó allí su monasterio, donde siguió cultivando plantas medicinales y cuidando el jardín, por lo que es considerado patrón de los jardineros. 

Pero una mujer envidiosa, llamada Becnaude, sorprendida del prodigio que había realizado al desbrozar tanto terreno él solo, le fue a acusar al obispo diciendo que solamente podía ser obra del demonio. 

Dicen que el santo, al saber la calumnia que propagaba Becnaude, se sentó entristecido en una piedra, que se reblandeció con su peso y que con el tiempo adquirió la reputación de que curaba el mal de hemorroides de quien se sentara en ella. Por este motivo el santo es considerado también como abogado de las enfermedades del ano, chancros y toda la patología de la zona perianal y de la proctología en general. En algunos lugares incluso se designan las hemorroides como el "mal de San Fiacre". 




Tumba de San Fiacre



La piedra de San Fiacre, a los pies de la tumba del santo


Al morir, fue enterrado en la iglesia de su nombre cerca de Villemareuil. Su tumba y la piedra reputada de milagrosa para las hemorroides fueron pronto lugares de peregrinación y entre otros ilustres visitantes acudieron Luis XIV (1683), la reina Ana de Austria acudiómpara pedir que le fuera concedido un heredero para el trono de Francia, tras 18 años de matrimonio. Bossuet, que fue obispo de Meaux, oró ante la tumba de San Fiacre durante la famosa intervención de fístula anal de Luis XIV (1689). 

La fama del santo fue tanta que el cardenal Richelieu, que sufría graves crisis hemorroidales, llevaba siempre consigo el relicario de San Fiacre. Incluso dicen que cuando el cirujano le abría algun absceso perianal aplicaba un poco de polvo del hueso del santo en la herida. 


Relicario de San Fiacre. The Metropolitan Museum of Art 


En Bretaña, San Fiacre es invocado para la curación de abscesos y forúnculos (Rohan, Morbihan).                          

Por cierto que San Fiacre también es considerado por algunos como el patrón de los taxistas. Esta curiosa relación se debe al hecho de que los cocheros de París tenían su mayor parada cerca del "Hôtel Saint-Fiacre". Por este motivo, en francés, la palabra "fiacre" pasó pronto a popularizarse para referirse a un carruaje de alquiler, de un solo caballo, con cochero, que se alquilaba por horas o por carrera. En Viena, una ciudad donde tan tradicional era este tipo de transporte, también se introdujo la palabra "fiaker" (tomada del francés) a partir de 1720, para designar a los carruajes que hasta entonces eran llamados "Janschky-Wagen". Incluso en Italia, hasta el comienzo del siglo XX, a los conductores de carruajes destinados al servicio público los llamaban "fiaccherini".

O sea que ya sabéis. Fiacre, el monje irlandés aficionado a la fitoterapia, es invocado por jardineros, taxistas y pacientes con almorranas. 


Constantin Guys: Chicas y marineros en un fiacre.
Dibujo sobre papel (circa 1870-1880). Musée Carnavalet. París. 




Bibliografía

Mira Picó D. San Fiacro, patrono de la proctología. 
http://www.desideriomira.com/san-fiacro-patrono-de-la-proctologia/

The Gardens Trust. St Fiacre. https://thegardenstrust.blog/2018/09/01/st-fiacre/

Sur les traces de Saint Fiacre. Entre Marne et Grand-Morin 
http://www.emegm.com/spip.php?article6

Gancel H. Les saints qui guérissent en Bretagne. Ed. Ouest-France. Cambray-les-Tours, 2010

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