viernes, 10 de mayo de 2019

Escorpiones (II): De la mitología a la astronomía

Representación del escorpión en el templo de Dendera. Una figura con cola de escorpión y la tiara blanca precede a la representación del animal. 






Estatuilla de la diosa Serket
Selket

(Dinastía XIX)

Escultura de bronce
Vestíbulo de la tumba de Nefertari
Valle de las reinas (Egipto)  





En una entrada anterior comentábamos el mito del dios Mitra y el simbolismo del escorpión presente en la tauroctonía. Aunque no es este el único mito en el que aparecen alacranes. Los escorpiones han tenido un gran simbolismo cultural desde tiempos antiguos. Desde la epopeya de Gilgamesh a la mitología egipcia han formado parte de gran cantidad de mitos y leyendas.


La diosa Serket, con un escorpión en la cabeza,
en una  pintura mural egipcia
En Egipto, numerosos escorpiones habitaban bajo las piedras del desierto. Tenemos constancia de diversas divinidades, como Harpócrates, que eran invocadas en caso de sufrir picaduras de estos artrópodos, que debía ser un accidente cotidiano. No es pues raro que ocuparan un lugar destacado en los mitos y leyendas de los Reinos de los faraones. La diosa Isis, por ejemplo, era escoltada por una escuadra de siete escorpiones.  

Pero la divinidad que por excelencia se identificaba con el escorpión era la diosa protectora egipcia Serket o Selket (en griego Selkis) cuya imagen podía identificarse, por llevar un escorpión sobre su cabeza, a modo de corona. Serket había cuidado a Quebernesuf, uno de los cuatro hijos de Horus, que figuraba en los vasos canópicos como protector de los intestinos, por lo que muchas veces se encuentra a Serket protegiendo la naos donde estaban depositados estos vasos. 

La escultura que encabeza este artículo se encontró en la tumba de la reina Nefertari, con la siguiente inscripción: 

Figura de la diosa Serket o Selket
protegiendo el armario de vasos canópicos
de la tumba del faraón Tutankamon.
Museo Egipcio. El Cairo. 






"Así habla Serket, amante del cielo y dama de todos los dioses. He venido ante ti [oh] gran esposa del rey, dueña de las dos tierras, señora del Alto y Bajo Egipto, Nefertari, amada de Mut, justificada ante Osiris, quien reside en Abydos, y te he otorgado un lugar en la tierra sagrada, para que puedas aparecer gloriosamente en el cielo como Ra ".






El escorpión también aparece representado en el techo del templo dedicado a la diosa Hathor en Dendera, donde aparece entre las constelaciones celestes. El zodíaco de Dendera es el más antiguo que se conoce, aunque probablemente era fruto de una influencia babilónica previa. 







Sección de una de las estelas de las tablillas
babilónicas, en la que se ve la representación del
hombre-escorpión, guardián del inframundo.
Porque el escorpión era también un animal mítico en Babilonia. Figura entre los seres monstruosos del ejército de Tiamat, uno de los seres primigenios, en los mitos de creación del universo. También encontramos la figura del hombre escorpión como guardián de las puertas de los infiernos del inframundo. En algunas tablillas babilónicas se le puede ver representado de forma similar a un centauro, hombre en la parte superior y alacrán en la inferior, y blandiendo un arco con cara huraña y amenazante.  El escorpión era también uno de los símbolos de la diosa Ishtar, y los hombres-escorpión aparecen en la epopeya de Gilgamesh como los guardianes de los montes por donde sale el sol. 

En astronomía, los mitos sobre el escorpión dieron el nombre a la constelación de Escorpio. Según una leyenda griega, Orión era un gigante famoso por su belleza y su enorme fortaleza, hijo de la Tierra y de Poseidón. Su estatura le permitía caminar por el fondo del mar conservando la cabeza fuera del agua. Un día mientras cazaba con Ártemis, la diosa de los bosques, se jactó de que él podía matar a todos los animales y bestias de la Tierra. Esto alarmó mucho a Gea, la madre Tierra, que temiendo que se despoblara el mundo de vida animal, le envió un escorpión gigante para dar fin a la vida del jactancioso cazador. Luego, agradecida al alacrán, le hizo un lugar en el cielo. 

Según otra versión del mito, Orión intentó seducir (o violar) a Ártemis Pero Ártemis era una divinidad casta, muy celosa de su virginidad, y para defenderse reclamó la ayuda de un alacrán. El escorpión picó al gigante mortalmente y la liberó.

El caso es que Escorpio aparece en el cielo, justo en el lado opuesto de la constelación de Orión. La constelación de Escorpio es una constelación de verano: Orión brilla en las noches de invierno, pero cuando ve aparecer a 
la constelación de Escorpio, huye, disminuyendo su brillo y ocultándose definitivamente más tarde.


Constelación de Scorpio

La estrella más destacada de la constelación de Escorpio es Antares (α Scorpii), también llamada por los romanos Cor Scorpii, el corazón del escorpión, por su situación en referencia al dibujo ideal del escorpión de la constelación. Antares es una de las estrellas más brillantes del cielo. Tal vez por eso, muchos templos egipcios estaban orientados de manera que la luz de Antares tuviera un papel relevante en las ceremonias que allí se representaban.

Antares es un gigante de clase, con un radio equivalente a la distancia entre Marte y el Sol y situada a unos 520 años luz del Sistema Solar. Tiene una coloración rojiza, como Marte, y de ahí viene su nombre: ανταρης "enfrentado a Ares" (es decir, enfrentada a Marte). 

En la "cola del escorpión" aparecen dos estrellas destacadas: Shaula y Lesath, que emergen muy juntas y casi en paralelo, por lo que también se conocen como "los ojos de Santa Lucía"



Naos donde se guardaban los vasos canopos de Tutankhamon.
Las diosas protectoras Isis (izquierda) y Serket (derecha)
lo abrazan en un gesto de protección.
Nótese el escorpión sobre la cabeza de Serket











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