jueves, 23 de abril de 2020

Epidemias y literatura (III): Los novios, de Manzoni.

Promessi sposi | Libellulidae




Francesco Gonin

Lucía
(1840)

Litografía sobre papel (Litografiado por Bernard) 

Ilustración para el libro I Promesi sposi 
de Alessandro Manzoni



Francesco Gonin (1808-1889) fue un pintor, grabador y escenógrafo italiano, encuadrado en el estilo artístico del romanticismo . 

Su obra más conocida fueron las litografías para ilustrar la primera edición de la obra I promesi sposi de Alessandro Manzoni en 1840, un gran clásico, muy leído en Italia. Para ello mantuvo una abundante correspondencia con Manzoni, referente a la ambientación de la época y diversos detalles de la escenografía. Posteriormente Gonin también ilustró otros libros como la Storia della colonna infame, también de Manzoni, y libros de poesías de Carlo Porta y Tommaso Grossi. En su ciudad natal, Turín pueden apreciarse algunos de los frescos que realizó en diversos edificios, entre los que destaca el del Teatro Regio.  
I promessi sposi - Wikiquote
Portada de la novela I promessi sposi, de Manzoni (1840)

La obra de Manzoni I promesi sposi (traducida al castellano como Los novios) está considerada como la primera novela italiana moderna (1842) y junto con la Divina Commedia de Dante Alighieri se enseña habitualmente en todas las escuelas italianas.
La acción transcurre en el s. XVII, durante la ocupación española de Lombardía y narra las peripecias de dos enamorados, Renzo y Lucía, que deben hacer frente a numerosos inconvenientes y cortapisas para salvar su amor.  La novela, en los cap. XXXIII y XXXIV describe minuciosamente la peste de Milán de 1630. Por una parte revela la fragilidad del ser humano, pero también cuestiona sus propios valores y normas de comportamiento. Es de destacar como Manzoni incide en las noticias verdaderas entremezcladas con bulos falsos y creencias infundadas que corren como la pólvora en tiempo de epidemia. También incide en la negligencia y en la falta de juicio de los gobernantes, que se resisten a creer que estén frente a una epidemia de peste, y lo toman con displicencia, perdiendo el tiempo en gestiones burocráticas. Algo que recuerda poderosamente las circunstancias que ahora estamos viviendo en plena pandemia de COVID19.Contemplemos algunos de los principales paralelismos entre la peste de I promesi sposi y el momento actual:  Subvaloración inicial de la epidemiaEn la obra de Manzoni, se describe una gran resistencia inicial a aceptar que los casos de una extraña enfermedad se trate de una epidemia de peste. El escepticismo afecta a amplias capas de la población que incluso se burlan de las insinuaciones de que se trate de una peligrosa epidemia. Y también las autoridades y altos cargos de la sanidad se muestran incrédulos. Algo que nos recuerda lo vivido hace poco, cuando el epidemiólogo Fernando Simón afirmaba alegremente en TV que se iba a tratar de una especie de gripe que causaría pocos contagios y que en ningún caso formas graves (sic). O cuando el primer ministro de Gran Bretaña se mostraba escéptico. La minimización del problema conllevó que se tomaran muy pocas medidas de prevención, que no se comprara material sanitario con tiempo y que el gobierno español se entestara cerrilmente en no confinar territorios, como Madrid (que en los primeros momentos concentraba la mayoría de los casos). Los madrileños pudieron salir libremente de su ciudad, propagando la infección a otras zonas. 
"Sulle piazze, nelle botteghe, nelle case, chi buttase là una parola del pericolo, chi motivasse peste, veniva accolto con beffe incredule, con disprezzo iracondo. La medesima miscredenza, la medesima, per dir meglio, cecità e fissazione prevaleva nel Senato, nel Consiglio de'decurioni, in ogni magistrato"



"En las plazas, en las tiendas, en las casas, quien dejase ir una palabra del peligro, quien insinuase peste, era acogido con burlas incrédulas y con desprecio iracundo. El mismo escepticismo, la misma, por decirlo mejor, ceguera y fijación prevalecía en el Senado, en el Consejo de los decuriones, en cada uno de los magistrados" 
Una coincidencia curiosa es que la peste de Manzoni comenzó en marzo, el mismo mes que se declaró la epidemia entre nosotros.
"Ma, sul finire in mese di marzo, cominciarono, prima nel borgo di porta Orientale, poi in ogni quartiere della città, a farsi frequenti le malattie, le morti, con accidenti strani di spasimi, di palpitazioni, di letargo, di delirio, con quelle insegne funeste di lividi e di bubboni; morti per lo più celeri, violente, che non di rado repentine, senza alcun indizio antecedente di malattia"
"Pero a finales de marzo empezaron, primero en el barrio de la puerta Oriental, y después en cualquier barrio de la ciudad a ser frecuentes los enfermos, los muertos, con accidentes extraños de espasmos, de palpitaciones, de letargo, de delirio, con aquellos signos funestos de lividez y de bubones; muertes rápidas, violentas, que no raramente eran repentinas, sin antecedente alguno de enfermedad"

La peste nei Promessi Sposi: riassunto e commento
El paciente cero
También en la novela de Los novios hay la descripción de la investigación sobre el caso inicial, el paciente cero que ha desencadenado la epidemia. La llegada de enfermos del exterior (casos importados) parece común a todas las epidemias. También el COVID19 fue llevado por viajeros de uno a otro país. 
"Dicono che fu un soldato italiano al servizio di Spagna... entrò questo fante sventurato e portator di sventura con un gran fagotto di vesti comprate o rubate a soldati alemanni; andò a fermarsi in casa di suoi parenti, nel borgo di porta orientale, vicino ai cappuccini; appena arrivato, si ammalò; fu portato allo spedale; dove un bubbone che gli si scoprì sotto una ascella, mise chi lo curava in sospetto di ciò chi era infatti; il quarto giorno morì" 

"Dicen que fue un soldado italiano al servicio de España... este infante desgraciado y portador de desgracia entró con un gran fardo de vestidos comprados o robados a soldados alemanes; se paró en casa de sus parientes, en el barrio de la puerta Oriental, cerca de los capuchinos; apenas llegó, enfermó; lo llevaron al hospital; donde un bubón que se le descubrió bajo una axila levantó sospechas  a quien lo curaba de la verdadera naturaleza del mal; al cuarto día murió" 
La propagación de la epidemiaEn días sucesivos, la epidemia se contagió a gran cantidad de personas. Aunque ni en el s. XVII ni en los tiempos en los que Manzoni escribió el libro, se conocían todavía las bacterias, ya se tenía una cierta idea de los mecanismos de contagio. La novela describe como muchos objetos como ropas, muebles o utensilios facilitaban el contacto, y debían ser quemados para evitar nuevos casos. También se alude a las medidas de confinamiento domiciliario, bastante estrictas y al necesario distanciamiento social. Y también a los intentos de burlar este confinamiento por parte de ciudadanos poco cívicos. Como ahora. 
La insuficiencia de los hospitalesTambién se describe el colapso de los hospitales y de los centros de atención. Se describe como se han de habilitar establecimientos sanitarios en pabellones de madera con techo de paja, capaces de cobijar a cuatro mil personas. Un pasaje que nos evoca en seguida los actuales hospitales de campaña establecidos en polideportivos y recintos feriales. 
"Nel lazzaretto, dove la popolazione, quantunque decimata ogni giorno, andava ogni giorno crescendo, era un 'altra ardua impresa quella di assicurare il servizio e la subordinazione, di conservar le separazioni prescritte..."
"En el hospital, donde la población, aunque era diezmada diariamente, iba creciendo de día en día. y era cada vez más difícil asegurar la asistencia y el orden, y de conservar la distancia prescrita..." 
La novela va comentando muchas vicisitudes que suenan a conocidas. La precariedad de médicos y de personal sanitario, las acuciantes necesidades de material, de víveres, de financiación son otros tantos paralelismos de la novela con la situación actual. También el problema de los masivos entierros de los muertos, y las fosas comunes rebosantes.
Procesiones y concentracionesEn su obra, Manzoni refiere la procesión que se organizó en Milán el 11 de junio de 1630, sin que hubiera  ninguna oposición por parte de las autoridades sanitarias. Una magna concentración humana que salió de la catedral y recorrió las calles de la ciudad, pasando por todos los barrios,  con la excusa de efectuar rogativas dirigidas al Cielo para obtener la gracia de que cesara el flagelo de la peste. Una idea tal vez piadosa, pero que tuvo desastrosos efectos epidemiológicos. El número de casos de los apestados aumentó considerablemente a los pocos días. Así encontramos descrito el aumento de casos tras la procesión:   
"Da quel giorno, la furia del contagio andò sempre crescendo: in poco tempo, non ci fu quasi più casa che non fosse toccata: in poco tempo la popolazione del lazzaretto, montò de due mila a dodici mila: più tardi a dir de quasi tutti, arrivò a sedicimila.Il 4 di luglio... la mortalità giornaliera oltrepassava i cinquecento"
"Desde aquel día, la furia del contagio fue creciendo constantemente: en poco tiempo, no hubo casi ninguna casa que no estuviese afectada: en poco tiempo los ingresados en el hospital pasaron de dos mil a doce mil, y maás tarde según dicen casi todos alcanzó los dieciséis mil. El 4 di julio... la mortalidad diaria pasaba de quinientos"
No podemos evitar recordar la manifestación del 8 de marzo en Madrid, el multitudinario mitin del partido político Vox, o el partido de fútbol de la Champions League que se celebró en Valencia que tuvieron lugar pocos días antes de la gran eclosión de casos de COVID19 en España. Los acontecimientos con asistencia multitudinaria, sean del signo que sean, son poco recomendables cuando hay peligro de epidemia.   

Bulos y curas milagrosasOtro aspecto que destaca Manzoni es la propagación de bulos, exageraciones, y noticias falsas. Algo que parece ser un rasgo común de las epidemias. En Los novios, los rumores se propagan de boca en boca. Hoy los encontramos en las redes sociales o en las televisiones. Pero es lo mismo. La propagación de rumores parece ser una constante de estas situaciones. La credulidad de las gentes parece aumentar en estos casos y se suele dar pábulo a remedios mágicos, milagros increíbles o extrañas pócimas que resuelven el problema inmediatamente. Antes y ahora este es un fenómeno habitual.  Como si se necesitara recuperar el pensamiento mágico que nos permite salir de una vez de la pesadilla que nos acosa. En la obra de Manzoni la conjunción de los astros para explicar el origen de la enfermedad o la aplicación de ungüentos mágicos que curan casi inmediatamente, nos traen enseguida a la memoria otras tantas patrañas que circulan impunemente por internet.
Chivos expiatoriosOtra constante en las epidemias es la necesidad de echarle la culpa a alguien, de construir un enemigo. Ya hemos comentado en otros lugares de este blog el caso de los leprosos o los judíos a quienes se les dio la culpa de envenenar los pozos y causar la peste. También en el cólera de 1837, en Madrid,  se culpó a los jesuítas, y se asaltó su convento. En la novela de Manzoni, se refiere como se daba la culpa a personas sospechosas de usar untos venenosos con los que emponzoñaban las casas, y la caza de brujas que esto desencadenó. Entre nosotros también hay quien busca culpables de la pandemia. Como vemos, la historia se repite o al menos tiene ciertos puntos en común. Vale la pena reflexionar sobre ello. Nihil novum sub sole.    (Traducción de los textos en italiano, Xavier Sierra)
BibliografiaManzoni A. I promesi sposi. Nuova Eri Edizioni Rai. Torino, 1989.    



  

2 comentarios:

Helena Corbellini dijo...

Excelente lectura de Manzoni, con recuperación del episodio histórico de la peste bubónica y lo mejor: el comparatismo con la covid 19.

Xavier Sierra Valentí dijo...

Celebro que le haya gustado. Muchas gracias por leer el blog. Saludos.