Eugène Brieux (1900 circa) |
La intriga de la obra es bastante simple, y expone el día a día de un gran número de enfermos franceses (recordemos que a principios de siglo la sífilis afectaba a alrededor de un 15% de los parisinos). Los enfermos de sífilis eran conocidos popularmente como los "avariés" (los tarados). En la obra, un joven afecto de sífilis, bajo el peso de las conveniencias sociales y a pesar de los consejos de su médico, no se decide a confesar a su prometida que está afecto de esta enfermedad "vergonzosa". Sin revelar su secreto, se casa con ella, le contagia la sífilis y la deja embarazada. Así llega al mundo una niña que muy pronto presentará los síntomas de una sífilis congénita.
Una edición de la obra "Les avariés" |
- "Yo le voy a dar la prueba que nuestra mayor enemiga es la ignorancia. Sabe usted?: la ignorancia"Para informarle adecuadamente sobre esta enfermedad, el doctor cita a tres enfermos sifilíticos: una obrera, un padre y una prostituta. Cada uno de los personajes le cuenta como entró en contacto con la enfermedad y como tiene que convivir cada día con ella. Los tres relatos son guiados por el médico, que les va planteando preguntas.
La primera a quien el doctor da la palabra es a la obrera. No puede venir a la consulta tan frecuentemente como sería conveniente ya que sus patronos le deducen sus ausencias de su salario. Fue contagiada por su marido, que había contraído la enfermedad desde los inicios de su matrimonio, cuando él prestaba el servicio militar. Desde entonces todos sus embarazos han acabado en abortos y no ha conseguido tener ningún hijo. Su marido perdió la cabeza, y despilfarró su dinero. Cuando murió, la dejó en la indigencia.
Otras ediciones de la obra "Les avariés". La de la izquierda, con la advertencia "Prohibida por la censura". La de la derecha, una traducción inglesa ("Damaged Goods")
Luego el doctor hace entrar a un padre. Su hijo se contagió a los 15 años, a la salida del colegio, con una prostituta. Por miedo de la reprimenda, no se atrevió a comentar su problema con sus padres. Fue a consultar a charlatanes y curanderos, que lo único que hicieron fue timarle. Así fue pasando el tiempo y el mal empeoró, apareciendo lesiones generalizadas.
Finalmente el médico hace entrar a una chica. Procedía del medio rural y llegó a París muy jovencita, donde encontró trabajo como sirvienta. El señor de la casa donde servía la violó, la dejó embarazada y luego la despidió. Carecía de ningún recurso, y no tuvo más remedio que prostituirse. Cuando nació el niño, lo abandonó en el torno de la inclusa (Les enfants trouvés). Más tarde se dio cuenta que se había contagiado. El mismo día se encontró con su antiguo señor. Decidió vengarse y se lo llevó a la cama, para contagiarle la sífilis. Luego, presa de una especie de rabia incontenible, se dedicó a fornicar con todos los que quisieron, tanto si le pagaban como si no.
La pieza se cierra con la esperanza de que en el futuro, las leyes permitirán al público una mayor información sobre la enfermedad.
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