jueves, 30 de enero de 2020

Las cataratas de Monet






Claude Monet 

El estanque de los nenúfares: 
Verde armonía
(1899)

Óleo sobre lienzo 89 x 93,5 cm
Musée d'Orsay. París






Claude Monet (París, 1840 - Giverny, 1926), fue un pintor francés, uno de los más importantes del movimiento impresionista. El impresionismo era un estilo pictórico que intentaba reflejar las sensaciones subjetivas, huyendo de la precisión de la línea y del volumen para centrarse en la apariencia de las cosas gracias a los efectos de luz y de color. El movimiento tomó su nombre precisamente del cuadro de Monet "Impresión, sol naciente" (1872). Es a partir de este momento cuando Monet abandona la pintura realista que había practicado hasta entonces para introducirse de pleno en esta nueva manera de pintar, junto con otros artistas como Degas, Renoir, Manet o Caillebotte. 

Entre los impresionistas, Monet fue el más firme partidario del plenairismo, es decir, de la pintura al aire libre (plein air) para captar directamente el paisaje que veían en el exterior y plasmarlo en sus lienzos. Fue entonces cuando comenzó a pintar sus famosas series: repetía diversas versiones del mismo paisaje en diferentes momentos, que le permitían observar como la realidad cambiaba con las variaciones de la iluminación. En 1883 se instala en la famosa casa de Giverny, donde crea su jardín e instala su estudio. A partir de entonces, Monet pinta obsesivamente su jardín desde diversos ángulos: el puente japonés sobre el estanque o los nenúfares le inspirarán continuamente, y les dedicará un gran número de obras.  

En el año 1908 comenzaron los primeros síntomas de su patología ocular. En 1911 enviudó de su segunda esposa, Alice. Un año más tarde, en 1912 le  diagnosticaron cataratas.  Las cataratas (esclerosis nuclear) se manifiestan por el amarilleamiento y oscurecimiento del cristalino y alteran considerablemente la percepción del color así como en la agudeza visual. Los médicos le recomendaron operar el ojo que estaba peor. En este momento, su agudeza visual no llegaba a un 20/50, por lo que no le planteaba dificultades ni para pintar ni para su vida cotidiana. Pero a Monet le aterraba la idea de operarse de cataratas, porque le preocupaba que su visión se viera alterada por la cirugía. Su amiga la pintora impresionista Mary Cassatt había tenido cataratas y alteración retiniana por diabetes, y tras ser intervenida quirúrgicamente había tenido complicaciones y había perdido la visión de un ojo.  

Alrededor de 1914-1915, los problemas en los ojos de Monet se fueron agravando. Según publica el Prof. M.F. Marmor en un artículo publicado en The Archives of Ophtalmology , todavía podía leer y escribir con cierto esfuerzo, por lo que estima que su agudeza visual estaba en torno a 20/100 (1918). Sin embargo, la coloración amarillenta del cristalino causaba mayores dificultades en su pintura por la falta de definición. Comienza a tener dificultades para distinguir los colores de sus tubos, que reconoce por las etiquetas y por la fuerza de la costumbre. 

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Claude Monet: La casa desde el jardín (1922)

El propio Monet comenta: 
“los colores ya no tenían la misma intensidad para mí (…) los rojos comenzaron a enfangarse (…) mi pintura se hacía cada vez más oscura.” 
Entre 1919 y 1922, Monet comienza a temer que no tendrá más remedio que dejar de pintar. Sólo pintaba a ciertas horas, cuando había una máxima iluminación, y va tomando conciencia de que los colores se apagaban por la falta de definición de su visión, que hizo que sus visiones del jardín fueran cada vez más monótonas. 


Claude Monet: el puente japonés de Giverny (pintado con cataratas, en 1922) 


En 1922, 10 años más tarde, la agudeza visual había descendido a 1/10 en el ojo derecho y a simple percepción luminosa en el izquierdo, por lo que se programó una cirugía de la catarata de su ojo derecho. En enero de 1923, cuando Monet tenía ya 82 años, el Dr. Charles Coutela realizó la intervención quirúrgica, practicando primero una iridectomía y 3 semanas más tarde una extracción extracapsular con aspiración de masas, que se complicó, requiriendo una tercera operación para realizar la sección de una membrana. 

El pintor tardó bastante tiempo en percibir bien los colores y nunca aceptó operar el ojo izquierdo, pero volvió a trabajar de lleno con ayuda de su gafa de afaquia. Al contrario que en la catarata, donde el cristalino opacificado dificulta la absorción de las pequeñas longitudes de onda, en la afaquia existe una discromatopsia que potencia el espectro azul produciendo una percepción azulada (cianopsia). Las obras de esta época tardía fueron realizadas con graves dificultades en la visión, como se puede observar en el último cuadro del puente japonés.



Claude Monet: el puente japonés de Giverny (pintado con afaquia, en 1926) 


Es cierto que en la pintura impresionista las formas se difuminan, ya que lo importante es la impresión que produce el conjunto. Pero es probable que en el caso de Monet, sus problemas visuales contribuyeron en buena parte a la evolución de las formas en su pintura.

Bibliografía

Álvarez-Suárez ML. Las cataratas de Monet. Arch Soc Esp Oftalmol vol.80 no.9  sep. 2005

Lanthony  P Cataract and the painting of Claude Monet.  Points de Vue 1993; 2912- 25

Marmor, MF. Ophthalmology and Art: Simulation of Monet's Cataracts and Degas' Retinal Disease. Arch Ophthalmol. 2006; 124(12): 1764-1769. doi:10.1001/archopht.124.12.1764

Ravin  JG. Monet's cataracts.  JAMA 1985; 254394- 399

Thiebault-Sisson F. Les Nymphéas de Claude Monet. La Revue de l’Art ancien et moderne. 1927; 52:41-52.

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