miércoles, 7 de noviembre de 2018

Vuelven los piojos






Jules Pascin

Toilette
(1924)

Óleo sobre lienzo. 
Colección privada



Cada año, al volver a la escuela, los niños se encuentran con nuevos libros, viejos compañeros, diversas materias nuevas par a ampliar conocimientos y… los piojos! Unos parásitos que indefectiblemente vuelven, misteriosamente, y que van pasando de cabeza en cabeza de los indefensos escolares, con gran alarma de las madres y de los preocupados familiares.

Aunque hay diversos tipos de piojos, solo tres especies son parásitos de los humanos: los piojos de la cabeza (Pediculus capitis), los del cuerpo (Pediculus humanus corporis) y las ladillas (Phtirus pubis) que parasitan las zonas genitales, axilas y (ocasionalmente) pestañas. 

Pero hoy nos centraremos en los piojos de la cabeza (Pediculus capitis) que son los que preocupan a los escolares. Una especie que salta de una cabeza a otra con gran facilidad, pero que se mantiene exclusivamente en este territorio: aferrado a los cabellos con sus seis patas y chupando la sangre de las víctimas con sus picaduras, que causan intenso prurito.

Los piojos de la cabeza son insectos de unos dos milímetros de longitud y color grisáceo, lo que hace que a veces puedan confundirse con caspa. Son más fáciles de detectar en la zona retroauricular o en el cuello. Su saliva es irritante, y es la causa del intenso escozor que acompaña a la picadura. Afortunadamente no transmiten otras enfermedades.

Los piojos adultos pueden vivir hasta treinta días en la cabeza de su huésped. Durante este tiempo se van reproduciendo: cada hembra pone entre 100 y 300 huevos que se llaman liendres y que se adhieren fuertemente a l a base del pelo, incubándose hasta que eclosionan al cabo de 7-10 días. 
  
Los piojos se pueden tratar con sustancias pediculicidas. Las liendres están protegidas por una cutícula de quitina que impide que los productos aplicados los eliminen. Por eso hace falta aplicarlos de forma repetida (por lo menos repetir la aplicación a los 7-10 días, para eliminar los insectos adultos). Es oportuno lavar los cabellos con champús idóneos y aclarar-los con agua con vinagre. El ácido acético del vinagre ayuda a disolver la quitina de la liendre. Después hay que peinar el cabello con la liendrera, un peine de púas muy finas y apretadas, para intentar arrastrar las liendres.  Algunas liendreras tienen púas microacanaladas, para aumentar la eficacia.

Entre los pediculicidas más usados destacaremos:

1.     Permetrina. Considerado el pediculicida de elección por la OMS. A veces se combina con butóxido de piperonilo que incrementa su eficacia. Pero los piojos han comenzado a volverse resistentes. La concentración de 1% a veces no es suficiente y hay que aumentarla al 5%.

2.     Dimeticona y ciclometicona. Son siliconas que asfixian los piojos, impidiendo que respiren. Muy indicados en pieles sensibles o atópicas y en alérgicos.

3.     Alcohol bencílico y aceite mineral. Actúan conjuntamente. El alcohol bencílico dilata las tráqueas del insecto, permitiendo que entre el aceite mineral y lo asfixie, causando su muerte. 

4.     Aceite del árbol del té. Tiene fama por tratarse de un producto natural, pero es muy poco eficaz. No debe usarse en niños menores de 3 años.


5.     Ivermectina. En casos desesperados los piojos se pueden tratar por vía oral, administrando ivermectina. Debe ser por estricta prescripción mèdica.

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