lunes, 16 de abril de 2018

¡Respeta a la enfermera!






Respetad a la enfermera!
(1932-1936)

Papel impreso




Durante la II República Española se consolidó y se potenció la profesión de enfermería, mediante la creación del Cuerpo de Enfermeras Visitadoras (este nombre deriva de la influencia anglosajona de aquel momento).
Las enfermeras visitadoras sanitarias fueron concebidas como una de las piezas clave para poder llevar a cabo el importante programa de reformas sanitarias de la II República. Estaba concebido para efectuar una importante función didáctica y de divulgación sanitaria, especialmente en el medio rural. Si las maestras enseñaban letras y contribuían a la alfabetización de la población, las enfermeras, en colaboración con los médicos, enseñaban higiene, aconsejaban sobre prevención de la tuberculosis, promovían la lactancia materna, prestaban los cuidados necesarios a las mujeres durante su embarazo, y asistían los partos normales (en los pueblos pequeños). También ponían inyecciones, lavativas y cataplasmas y usaban el termómetro en casos de fiebre. 
La enfermera tenía pues una importante misión en el cambio social que se había propuesto llevar a cabo la República. La población española era en aquel tiempo muy atrasada e ignorante y el Cuerpo de enfermeras introdujo nuevas ideas 
- sobre alimentación ya que los jornaleros no creían en el poder alimenticio de las verduras, las patatas y las frutas; desconocían los beneficios de las vitaminas ya que para ellos sólo la carne, los embutidos y los vinos alimentaban y daban fuerza. 
sobre higiene general, insistiendo en la importancia de lavarse, de vestir, del cambio de ropa limpia. Las enfermeras lavaban la ropa de los enfermos contagiosos y limpiaban los retretes. También tuvieron que luchar contra costumbres inveteradas, como la de escupir en el suelo. 
Todo ello para mejorar la situación de un país, en aquel entonces, mayoritariamente rural y con un elevado índice de analfabetismo donde la higiene era casi desconocida para las clases más pobres. 

Los carteles que presentamos hoy se distribuyeron en los años de la República española (1931-1939). Llama la atención que uno de ellos solicita respetar a las enfermeras. La presencia de mujeres jóvenes en las actividades sanitarias no era todavía demasiado frecuente en la época y no siempre era bien comprendida por una sociedad mayoritariamente ignorante, zafia y machista, que con frecuencia consideraba a la mujer como inferior al hombre. No es de extrañar pues la advertencia de que la enfermera merecía el respeto de todos. 
Como ejemplo de la poca formación en materia sanitaria de aquellos años recordemos un párrafo de la coetánea Dra González Barrios:
"La existencia de los microbios es puesta en duda aun por gente de cierta cultura, y por eso no reparan en escupir en vías públicas y en besar a los niños; no toman precauciones frente a los enfermos de tuberculosis, coqueluche, tifoidea…. Se desconoce la acción vectora de los insectos y no se protegen lo suficiente contra las moscas, ni persiguen las pulgas, los chinches y otros parásitos”.  

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