domingo, 23 de julio de 2017

Alibert (II): el Hospital de Saint-Louis de París





Claude Chastillon

Hôpital Saint-Louis 
(1608)

Grabado
Biblioteca Henri Feulard. Hospital de Saint-Louis, París. 



En el momento de llegar Alibert al Hospital de Saint-Louis, éste era el segundo centro hospitalario de Francia. El viejo hospital se había fundado en 1607. Había sido concebido en sus inicios como hospital de apestados, con el fin de aislar a estos enfermos de los afectados por otras dolencias, que permanecían en el Hôtel-Dieu de París. Su mismo nombre hacía alusión al santo rey francés muerto de peste ante el sitio de Túnez, en 1270. Por este motivo, su decreto fundacional, firmado por Enrique IV, había previsto su construcción en un paraje situado en las afueras de la capital, "lejos de las barriadas del lado de Saint-Denis".


Patio central del hospital Saint-Louis. Bajo uno de estos árboles, Alibert impartía sus lecciones a sus discípulos , a los que él llamaba los "hijos del método natural"

Tras el fin de las epidemias de peste del s.XVII, el hospital alojó en varias ocasiones enfermos de escorbuto y otras dolencias crónicas. En efecto su lejanía fue motivo de que sólo esporádicamente fuera visitado por los médicos, lo que hizo que poco a poco tomase un aspecto similar al de un asilo de incurables.

En 1801, el Consejo de Administración de los Hospicios oficializó esta situación, haciendo de Saint-Louis un reducto de afecciones cutáneas:

       "...enfermedades crónicas, sea contagiosas como la sarna y la tiña, sea rebeldes y caquécticas como los dartros, el escorbuto, las úlceras, las escrófulas" 

Los médicos parisinos lo conocían como "hospital de los ulcerosos", en donde se atendían las enfermedades crónicas: escorbuto, sarna, lupus vulgar, escrófulas, micosis, sífilis, lepra, etc... En el París de los años del terror y de la revolución, con una población acosada por el hambre y la miseria, eran frecuentes estas dermatosis, no bien diferenciadas entre sí, y consideradas incurables. La extraordinaria abundancia de afecciones cutáneas provocaba una gran escasez de camas, asignándose con frecuencia un sólo lecho para cada dos pacientes. En estas circunstancias no es de extrañar pues que el pueblo conociera el hospital como "la casa de los horrores" o "la cámara del terror"  El propio Alibert la juzgó como "la cloaca de todos los países del mundo".

Durante el "Antiguo Régimen", los hospitales se entendían como instituciones de caridad, que tenían más de asilos de menesterosos que de centros de diagnóstico y tratamiento. Considerados como último recurso, nadie esperaba de ellos ni tratamiento ni curación. La muerte era el fin lógico de todo internamiento. Las visitas de los médicos, escasas, y consideradas "acciones caritativas" se alternaban con la de los clérigos. La comida era escasísima y menos del 3 % del presupuesto se dedicaba a la compra de medicamentos. La ideología de la Revolución cambió de raíz estos planteamientos otorgando a la salud rango de derecho ciudadano. En 1790, tras la Restauración se encomendó a la profesión médica la tarea de velar por la salud ciudadana. Es en esta etapa donde se asiste a un gran florecimiento de los hospitales y escuelas de Medicina, intentando por vez primera la especialización.

En el París de la época, Corvisart creaba por aquel entonces la primera clínica de Medicina Interna en el hospital de la Charité, y Desault, en el Hôtel-Dieu, la de Cirugía. Jean Louis Alibert llega a Saint-Louis en el momento de la reorganización, dedicándose concienzudamente a la difícil empresa de la clasificación y diferenciación de las dermatosis, haciendo gala de un espíritu de observación poco común.


Bibliografía

Dogny, M. "Histoire de l'hôpital de Saint-Louis depuis sa fondation jusqu'au XIX siècle." Ed. B. Baillière, Paris 1911

Sierra X. Historia de la Dermatología. Mra ed. Barcelona 1994
    

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