Exvotos
Tablas pintadas
Museu Etnològic. Barcelona.
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En otras entradas de este blog nos hemos referido ya a los exvotos, ofrendas de agradecimiento a la divinidad por los favores recibidos, especialmente cuando hacen referencia a la curación de alguna enfermedad o problema sanitario. Una práctica devota muy antigua, que se remonta a tiempos anteriores al catolicismo y que puede verse en templos de sanación de diversas creencias precristianas.
En la cultura cristiana los exvotos han ocupado siempre un lugar relevante y todavía se pueden ver hoy en ermitas y santuarios de la Virgen o de santos con fama de obrar milagros y de restablecer la salud.
Tal vez los más conocidos son los que representan miembros enfermos sanados (brazos, piernas, pies) o órganos (corazón, riñón) representando el órgano o la parte del cuerpo que recuperó la salud de forma milagrosa.
Otras veces, son cuadros pintados en estilo popular, un poco naïf, en los que se representan las escenas que evocan la curación (o el salvamento de un accidente o un naufragio) y el santo o la Virgen que obró el favor taumatúrgico.
Esta vez aportamos dos ejemplos de exvotos pintados del Museo Etnológico de Barcelona. Ambos tienen en común representar la curación de sendas úlceras de pierna, que aparecen en ambos casos en trance de ser vendadas. En uno de estos cuadros se representa, a la derecha, la aparición de S. Antonio de Padua al protagonista, santo considerado milagrero y que sin duda es el que obra la prodigiosa curación en este caso. Es evidente que lo que quiere transmitir el cuadro es la gran devoción que profesaba a S. Antonio el oferente del exvoto.
A la izquierda, el protagonista sufre una úlcera de pierna, que recibe los cuidados de una monja. Pero ya se intuye el final de la historia: la úlcera cura, y el paciente agradecido ofrece el exvoto a su santo patrón.
Exvoto popular en el que un hombre venda la pierna de una mujer |
En definitiva, dos ejemplos más de este culto a los santos protectores y de las acciones de gracias en la Catalunya del s. XVIII.
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