Gill Caricatura del Dr. Philippe Ricord, rodeado de muchos amorcillos tullidos (1876 circa) Publicación periódica ("La Lune"). Papel impreso.
Colección privada.
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La caricatura de Gill no dejaba lugar a dudas: Ricord, provisto de una lanceta, atendía a multitud de amorcillos tullidos. La multitud de pequeños amores enfermos a causa de la sífilis, enfermedad de transmisión sexual a la que Ricord dedicó su actividad profesional como médico.
Del Dr. Ricord y su consulta de enfermedades venéreas se contaban numerosas anécdotas, que solían comentarse jocosamente en los círculos mundanos de París.
Del Dr. Ricord y su consulta de enfermedades venéreas se contaban numerosas anécdotas, que solían comentarse jocosamente en los círculos mundanos de París.
Un día, un octogenario acudió a la consulta de Ricord (que solamente atendía enfermedades contraídas sexualmente). Al verle, Ricord se dirigió a él en tono jovial:
Una conocida soprano había adquirido una sífilis con afectación de la garganta, y Ricord la había tratado con ioduro potásico. Al cabo de poco tiempo, el médico acudió a uno de sus conciertos, acompañado de un amigo. Al final de cada aria, Ricord aplaudía de forma exagerada, con gran entusiasmo:
- Ante todo, señor, permita que le felicite... A su edad contraer una de las enfermedades que aquí se tratan es todo un éxito!
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Una conocida soprano había adquirido una sífilis con afectación de la garganta, y Ricord la había tratado con ioduro potásico. Al cabo de poco tiempo, el médico acudió a uno de sus conciertos, acompañado de un amigo. Al final de cada aria, Ricord aplaudía de forma exagerada, con gran entusiasmo:
- Parece que te gusta como canta - le dijo su amigo.
- No es a ella. Aplaudo al efecto del ioduro potásico - le contestó el cáustico venereólogo.
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En otra ocasión llegó a la consulta un paciente que desde hacía tiempo venía a tratarse por las estenosis uretrales ocasionadas por una blenorragia. Cuando el enfermo entró, uno de los jóvenes médicos que se estaban formando con Ricord, le preguntó amablemente:
- ¿Qué tal, señor X? ¿Cómo anda?Ricord, irónico como siempre. le corrigió:
- En este caso, más bien debería preguntarle usted cómo orina.
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Así era Ricord. Jovial, dotado de una fina ironía y de gran sentido del humor, que contribuía a desdramatizar los estragos de la sífilis en sus pacientes.
Ph. Ricord: Traité Complet des Maladies Vénériennes.Clinique iconographique de l'Hopital des Vénériens (1851) |
Bibliografía:
- Sierra X. Anécdotas de Ricord. En: Sierra X. Dermis y Cronos. La Dermatología en la Historia. Ed. Planeta De Agostini. Barcelona, 1995 (págs: 67-73)
- Crissey JT, Parish LC. The Dermatology and Syphiliology of the Nineteenth Century. Praeguer Pub. New York, 1981.
- Sierra X. Historia de la Dermatología. Mra. Barcelona, 1994.
- Tillès G. Les hommes qui ont fait la Dermatologie. Philippe Ricord (1800-1889) Bull Est Dermatol Cosm 1993, 1, 139-145.
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