viernes, 29 de enero de 2021

La marca de la oración del Islam






Mariano Fortuny 

El rezo del árabe
 
(1868)

Acuarela sobre papel 18x26 cm 




En otra entrada del blog comentamos las alteraciones que podían presentar las rodillas a causa de estar mucho tiempo arrodillado. La posición de rodillas es habitual en los oradores cristianos.

Aunque no siempre ha sido así. Los primitivos cristianos oraban cubriéndose la cabeza y extendiendo las manos, como aparece en algunas escenas de arte paleocristiano. Una postura probablemente tomada del judaísmo. Entre los judíos se distingue la oración que suele hacerse de pie, de la súplica, en la que se imploraba por algún don urgente, que se efectuaba de rodillas. Los varones siempre deben cubrirse la cabeza, y por eso la kippah es preceptiva en las sinagogas o recintos sagrados. 

Rezar con la cabeza cubierta era también una costumbre practicada por los paganos, que solían poner un pliegue de la toga sobre su cabeza. Así aparece por ejemplo en la estatua de Augusto de Via Labicana, en la que sostiene una pátera de ofrendas en una mano y lleva la cabeza ligeramente cubierta con su manto. 

Archivo:Augusto di via labicana 06.JPG - Wikipedia, la enciclopedia libre

Detalle de la estatua de Augusto de Via Labicana, con la cabeza cubierta por el manto, disponiéndose a la oración. Palazzo Massimo. Roma


En otras culturas, la comunicación con la divinidad adopta otras posiciones. En los relieves y pinturas del antiguo Egipto, la oración aparece generalmente representada de pie, con un pie avanzado y ofreciendo incienso al dios que se invocaba. Entre los budistas es conocida la postura del loto, sentado con las piernas cruzadas, una posición en la que el cuerpo se repliega sobre sí mismo, propiciando la meditación. 

Buddha y sus distintos significados: un viaje por la iconografía del budismo  | Ministerio de Cultura

Siddhartha Gautama, el Buda, meditando en la posición del loto. Museo Nacional de Arte Oriental. Buenos Aires. 

En el Imperio bizantino, el acatamiento y sumisión al emperador se exteriorizaba mediante la prosternación, posición arrodillada con el cuerpo en decúbito prono con la frente tocando al suelo y los brazos extendidos hacia adelante. Esta posición de acatamiento y sumisión se adoptó también para rezar en las grandes basílicas bizantinas, como símbolo de acatamiento total a la voluntad de Dios. El nombre de prosternación deriva del latín prosternere, palabra formada con pro, "delante" y sternere, "extender o expandir".



El emperador bizantino Basilios II Bulgaróctonos (958-1025), coronado por Jesucristo y los ángeles, ante sus vasallos, prosternados ante él. (Miniatura, s. XI)



El Islam tomó de Bizancio esta posición de prosternación para rezar. La oración musulmana comienza con las manos extendidas hacia delante, contemplándolas y recibiendo los dones de Allah. Según una leyenda musulmana, los pliegues de la mano se disponen en un dibujo que recuerda el 81 (٨١) en la mano izquierda y el 18 (١٨) en la derecha. La suma es 99: los 99 nombres de Dios según el Corán. 

La plegaria sigue de rodillas primero y prosternándose después. En esta posición la frente se abate contra el suelo (sobre la alfombra de oración). La plegaria se repite preceptivamente, cinco veces al día.

Merits of Prostration in Prayer

Prostración, durante la plegaria musulmana. La frente presiona repetidamente el suelo, lo que puede ocasionar una liquenificación. 

En los países de mayoría musulmana, es frecuente observar en medio de la frente de muchas personas (generalmente varones) una zona oscura. Es la llamada izbiba “uva pasa” o llamat el salah “marca de la oración”. Se trata de una liquenificación cutánea, producida por un roce repetido contra la alfombra de oración, efectuada con mayor ahinco en las personas más piadosas. En el acervo popular, esta marca oscura se vincula con una aleya de la azora coránica de "La victoria", en la que se asegura que a los creyentes musulmanes "se les ve inclinados o postrados, buscando el favor de Dios y satisfacerle. Se les nota en el rostro que se prosternan". Este versículo se interpreta popularmente como que al buen musulmán se le debe conocer por el rostro, y la marca de la izbiba se convierte, en este caso, en una señal inconfundible.

Según mi experiencia personal, la marca de este callo es más frecuente en Egipto, en donde lo he visto en mucha gente. Mi interpretación es que Egipto es un país muy pío, que llama la atención por la gran religiosidad de sus habitantes. 

También hay que decir que la formación de la liquenificación oscura es más fácil si tenemos en cuenta la tonalidad cutánea de los egipcios, en los que predominan los fototipos altos. Efectivamente, las liquenificaciones, en personas de piel oscura aparecen mucho más pigmentadas, casi negruzcas, y con la piel engrosada característica. 

Por eso, en muchas personas puede verse a simple vista el grado de devoción y de religiosidad que profesan. 

La "pasa" islámica es pues, un equivalente a nivel frontal de las “beatas”, que se veían hace algunas décadas con frecuencia en las rodillas de los cristianos muy piadosos.  


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