jueves, 29 de octubre de 2020

Séneca: (II) La disnea del filósofo.

 





Busto de dos filósofos
(Sócrates y Séneca)
(s. I d.C.)

Doble busto de mármol. 28 cm alto. 
Pergamonmuseum. Berlín.
 









En otra entrada del blog me refería al filósofo Lucio Anneo Séneca (4 - 65 d.C.), y a una breve referencia a su vida y a su obra, especialmente a su filosofía, encuadrada en el movimiento estoicista. 

Asimismo, comentaba que uno de los retratos que más frecuentemente se asocian a Séneca no le representa a él, y que probablemente es un retrato de Hesíodo. 

En cambio el busto con el que encabezamos estas líneas es más verosímilmente su retrato, y así consta expresamente escrito sobre el busto, para disipar toda duda. Se trata de un busto doble, en el que por un lado aparece Séneca y por el otro Sócrates. Una unión de dos grandes filósofos, uno griego y otro romano. 




El busto doble, de perfil. Pergamonmuseum. Berlín.


También recomendaba en otra entrada del blog, las Cartas a Lucilio de Séneca, una lectura muy recomendable y que dos mil años después de ser escritas conservan plena vigencia en la actualidad. 

Precisamente en una de estas cartas, la LIV, Séneca comenta unos accesos de disnea (dificultad respiratoria): 
"Mi enfermedad me había dado una cierta tregua, pero me volvió a invadir de repente. Me preguntas qué clase de mal, y no es sin motivo, pues no hay ninguno que me sea desconocido. Tengo un mal, pero, al que parece que estoy destinado, el cual no sé nombrar con nombre griego, ya que se le podría llamár "suspirium" (cortedad de aliento). Su ataque es muy breve y parecido a una brusca tempestad ; se acaba en cosa de una hora, pues ¿quién tardaría más tiempo en expirar? Todas las molestias y peligros del cuerpo han pasado por mí, pero no encuentro ninguno más molesto que éste".

 


Monumento a Séneca, en Córdoba, su ciudad natal.
La cara del personaje es más cercana a la fisonomía del doble busto. 


 

Con esta descripción podemos establecer un diagnóstico de asma bronquial, como el mismo filósofo sugiere, aunque la destaca una sensación de muerte inminente:

"Porque todas las otras (molestias) hacen estar enfermo, ésta hace librar el alma. Por eso los médicos le llaman "aprendizaje de la muerte", ya que el asma hace al fin aquello que te ha hecho ensayar muchas veces".  

En esta carta, tras unas reflexiones sobre la muerte y la actitud que debe tenerse antes de morir, el estoico sigue diciendo: 

"...la respiración no me sale natural, sino que la siento un poco dificultosa y tardía. Que sea como fuere, mientras la angustia no me salga del alma..."  

Esta sensación de angustia, de muerte inminente, asociada con una disnea pasajera descrita por Séneca, es interpretada por otros autores como los síntomas de una angina de pecho (Mirko Grmek). 

Tanto el asma bronquial como la angina de pecho se suelen asociar a una constitución más bien obesa, como la del doble busto, que al físico enjuto del Pseudo-Séneca, por lo que probablemente éste sería más cercano a la realidad. 



Manuel Domínguez y Sánchez: La muerte de Séneca


Pero Séneca no murió a causa del asma, ni de una angina de pecho. Se suicidó cuando se enteró que se le acusaba de traición al emperador. Prefirió suicidarse antes que caer en manos de la guardia pretoriana que venía a prenderle. Según dicen se cortó las venas en una bañera, una forma de morir dulce y sin dolor, en la que uno se adormece. Así acabó Séneca: hablando de filosofía a sus discípulos, en la bañera. 


 Texto original (Epistolae morales, LIV): 

LIV. SENECA LUCILIO SUO SALUTEM

[1] Longum mihi commeatum dederat mala valetudo; repente me invasit. 'Quo genere?' inquis. Prorsus merito interrogas: adeo nullum mihi ignotum est. Uni tamen morbo quasi assignatus sum, quem quare Graeco nomine appellem nescio; satis enim apte dici suspirium potest. Brevis autem valde et procellae similis est impetus; intra horam fere desinit: quis enim diu exspirat? [2] Omnia corporis aut incommoda aut pericula per me transierunt: nullum mihi videtur molestius. Quidni? aliud enim quidquid est aegrotare est, hoc animam egerere. Itaque medici hanc 'meditationem mortis' vocant; facit enim aliquando spiritus ille quod saepe conatus est. Hilarem me putas haec tibi scribere quia effugi? [3] Tam ridicule facio, si hoc fine quasi bona valetudine delector, quam ille, quisquis vicisse se putat cum vadimonium distulit.

Ego vero et in ipsa suffocatione non desii cogitationibus laetis ac fortibus acquiescere. [4] 'Quid hoc est?' inquam 'tam saepe mors experitur me? Faciat: [at] ego illam diu expertus sum.' 'Quando?' inquis. Antequam nascerer. Mors est non esse. Id quale sit iam scio: hoc erit post me quod ante me fuit. Si quid in hac re tormenti est, necesse est et fuisse, antequam prodiremus in lucem; atqui nullam sensimus tunc vexationem. [5] Rogo, non stultissimum dicas si quis existimet lucernae peius esse cum exstincta est quam antequam accenditur? Nos quoque et exstinguimur et accendimur: medio illo tempore aliquid patimur, utrimque vero alta securitas est. In hoc enim, mi Lucili, nisi fallor, erramus, quod mortem iudicamus sequi, cum illa et praecesserit et secutura sit. Quidquid ante nos fuit mors est; quid enim refert non incipias an desinas, cum utriusque rei hic sit effectus, non esse?

[6] His et eiusmodi exhortationibus - tacitis scilicet, nam verbis locus non erat - alloqui me non desii; deinde paulatim suspirium illud, quod esse iam anhelitus coeperat, intervalla maiora fecit et retardatum est. At remansit, nec adhuc, quamvis desierit, ex natura fluit spiritus; sentio haesitationem quandam eius et moram. Quomodo volet, dummodo non ex animo suspirem. [7] Hoc tibi de me recipe: non trepidabo ad extrema, iam praeparatus sum, nihil cogito de die toto. Illum tu lauda et imitare quem non piget mori, cum iuvet vivere: quae est enim virtus, cum eiciaris, exire? Tamen est et hic virtus: eicior quidem, sed tamquam exeam. Et ideo numquam eicitur sapiens quia eici est inde expelli unde invitus recedas: nihil invitus facit sapiens; necessitatem effugit, quia vult quod coactura est. Vale.

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