lunes, 18 de mayo de 2020

El correcto uso de las mascarillas







Zheng Fanzhi


Tríptico del Hospital nº 1

(1991)


Óleo sobre lienzo 180 x150 cm
Panel central de un tríptico 
Colección particular




Zheng Fanzhi (1964) es un pintor chino contemporáneo. En 1991-92 pintó un tríptico donde se representa la actividad médica en los hospitales de su país (Tríptico del Hospital nº1). En el panel central, unos médicos se preparan para una intervención quirúrgica. Médicos y enfermeras, iluminados por la gran luz de quirófano, están preparando la operación. Uno de ellos lleva el instrumental quirúrgico. Algunos se están arreglando sus cofias y mascarillas. El cirujano jefe está comentando el modo en el que se va a proceder. Todos llevan la indumentaria preceptiva:  batas,  gorros, mascarillas. Un buen testimonio de la cirugía a finales del s. XX. 



Zheng Fanzhi Tríptico del Hospital num. 1 (visión completa) 


Precisamente de las mascarillas vamos a ocuparnos, ya que en la actual pandemia las mascarillas no solamente se usan en los hospitales, sino que se han convertido en un elemento de protección cotidiano para la población. Y hay que usarlas correctamente. Si en una entrada anterior nos ocupamos del adecuado uso de los guantes sanitarios, hoy lo haremos de las mascarillas. 


Las mascarillas deben colocarse intentando tocar lo menos posible la cara. Si también llevamos guantes nos pondremos la mascarilla después, con los guantes limpios que nos acabamos de poner (excepto si son guantes estériles). Y no andar quitándola y poniéndola de nuevo. Como recuerda Shan Soe-Lin, catedrática del Instituto Jackson para asuntos globales de la Universidad de Yale:

“Si estás en la calle, definitivamente no debes quitarte la mascarilla ni volver a ponerla. Si te estás tomando la molestia de usar una mascarilla, déjatela puesta”.
No tiene sentido no colocarse bien la mascarilla, ya que pierde toda la función protectora. La mascarilla debe cubrir bien la boca y la nariz (y en ambientes de hospital también deben cubrirse los ojos con gafas protectoras). 

A evitar: 
  • Ir por la calle, tiendas o transporte público sin mascarilla.
  • Colocarse la mascarilla tapando la boca pero dejando descubierta la nariz
  • Llevar la mascarilla como una barba postiza, por debajo de la barbilla dejando descubierta nariz y boca
  • Llevarla en la mano o colgando de una oreja.  
  • No contestar el móvil con la mascarilla puesta, ni quitarla en plena calle para ir hablando por teléfono-. El móvil puede esperar. 
En todos estos casos el uso de la mascarilla no es protector, sino que se convierte fácilmente en un elemento séptico. 

Formas incorrectas de llevar la mascarilla: 


No dejes descubierta la nariz
No dejes la mascarilla floja,
con bolsas a los lados.
     


No dejes descubierta la barbilla
No lleves la mascarilla de forma
que solamente te cubra
la punta de la nariz



No lleves la mascarilla como si fuera
una barba postiza, colgando por
debajo de la barbilla
                     

Forma correcta de llevar la mascarilla:        


La mascarilla debe cubrir, por arriba hasta
el puente de la nariz; y hacia abajo, por debajo
de la barbilla. Hay que apretarla para que quede
 pegada a la cara, sin dejar espacios libres.

Recordemos que el uso de la mascarilla nos protege parcialmente, pero que sobre todo su finalidad principal es evitar que contagiemos a otros con las gotas de Flügge infectantes en  el aerosol generado por nuestro aliento. El gran problema de los contagios de COVID19 es el gran número de portadores asintomáticos. 

Con la mascarilla y guantes sucede algo similar que lo que pasaba con los protectores solares. Muchas personas creían que por el hecho de usar una crema protectora (una sola vez) podían tomar el sol tanto como querían. Era un error. Las cremas solares solamente protegen del sol si se aplican regularmente y si además la exposición solar es moderada, evitando las horas centrales del día. Lo mismo sucede con las mascarillas o con los guantes sanitarios: pueden producir una falsa sensación de seguridad. 

Pero hemos de recordar que la seguridad (parcial) que nos proporcionan estos elementos solamente será cierta si los usamos correctamente. Y esto es válido tanto para el gran público como para los profesionales sanitarios de los hospitales, ya que no todos lo hacen correctamente. Todavía se ven infecciones bacterianas intra-hospitalarias favorecidas por la falta de una adecuada y estricta higiene de los sanitarios. 





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