miércoles, 17 de octubre de 2018

De Eos a la eosina





Douris 

Eos sostiene el cuerpo de su hijo Memnon 
(490-480 a.C.)

Cerámica ática de figuras rojas 
Museo del Louvre. París.  



En la actualidad, no disponemos de muchas cerámicas áticas firmadas, pero esta que hoy comentamos es una excepción. La realizó un tal Douris en el s. V a.C. Representa un episodio de la guerra de Troya, que estaba glosado en un poema perdido, continuación de la Ilíada, llamado Aethiopis. En interior del recipiente cerámico podemos ver a la diosa alada Eos, sosteniendo a su hijo Memnon, rey de los etíopes, que ha sido abatido en el campo de batalla por Aquiles. La representación del cadáver de Memnon es notable, con los brazos caídos y la cabeza girada, totalmente inerme, en brazos de su solícita y apenada madre. Una notable pieza cerámica, que es conocida con el sobrenombre de "Piedad de Memnón", que inspiró las posteriores imágenes de la "Piedad" cristiana.


Eos representada en un cuadro titulado 
La Aurora (1881), del pintor francés
William-Adolphe Bouguereau. 
Eos, en la mitología griega, era la diosa titánica del amanecer (en griego, ἡ Ἠώς -Ēṓs-, gen. Ἠοῦς ‘aurora'). Era hermana de Helios (el sol) y Selene (la luna). Su equivalente en la mitología latina era la diosa Aurora, que tenía un templo en el Foro Boario de Roma. 

Según la el mito, Eos salía cada día de su morada, en medio del océano que rodeaba al mundo, para anunciar la aparición de su hermano Helios, el Sol. Su misión era abrir las puertas del cielo para permitir que Helios saliera conduciendo su carro solar para recorrer el firmamento, durante el día. 

En la Odisea se alude a ella como rhododáctila (ῥοδοδάκτυλος) "la de los dedos rosados", en referencia a las digitaciones rosadas que a veces pueden verse surcando el cielo al alba, antes de la salida del sol, y que sugerían la apertura de la puerta celestial por la mano de Eos.  



Eos en su carro volando sobre el mar,  crátera de figuras rojas.
Procede del sur de Italia
, 430–420 a. C.


La asociación de Eos con el color rojizo es lo que dio nombre a un colorante de intenso color rojo, la eosina, ya bien conocido desde principios del s. XIX. 


Tinción de hematoxilina-eosina en una biopsia
de un caso de mastocitosis
La eosina junto con la hematoxilina, un pigmento obtenido de la planta Hematoxylum campechianum L. o palo de Campeche, es muy usada para teñir tejidos en histología, constituyendo la tinción por excelencia. 

El color rosado proporcionado por la eosina contrasta con el tono violáceo de la hematoxilina, que pone de relieve los núcleos, confieriendo el oportuno contraste para poder distinguir nítidamente las células al microscopio.  

La eosina forma parte también de los colorantes de la tinción de May-Grünwald Giemsa, usada sobre todo para extensiones de sangre y de médula ósea. En esta tinción, podemos distinguir tres tipos de reacciones: 
- Basófila: los componentes celulares de naturaleza aniónica (ácida) se unen selectivamente a los tintes catiónicos tiñéndose en variados tonos de azul (ADN, mitocondrias, ribosomas y citoplasma de células ricas en ARN). 
Granulocitos neutrófilo (arriba) y eosinófilo (abajo) Imagen tomada de wikipedia
- Acidófila. Los componentes celulares de naturaleza catiónica (básicos) se unen selectivamente al tinte ácido eosina, tiñéndose en variados tonos de naranja y rojo. Es el caso de la hemoglobina y de un tipo de leucocitos que se denominan eosinófilos precisamente por su avidez en captar eosina. 
- Neutrófila: Los componentes celulares que tienen afinidad por ambos tipos de colorantes, se tiñen en variados tonos de violeta, como los neutrófilos, otro tipo de leucocitos que reciben este nombre por su comportamiento en la tinción.   
La eosina tiene muchas otras aplicaciones. En Medicina es usada en terapéutica en las lesiones de intertrigo o dermatitis de los pañales (solución acuosa al 2%), con excelentes resultados, si bien el intenso color que confiere a la piel y a la ropa hace que en ocasiones se restrinja su uso.  

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