lunes, 18 de diciembre de 2017

La quemadura de Bernini






Gian Lorenzo Bernini 

San Lorenzo en la parrilla
(1617)

Mármol 66 x 108 cm
Colección Contini Bonacossi. 
Museo degli Uffizi. Florencia




La escultura de San Lorenzo en la parrilla es una obra juvenil de Bernini. No se sabe quien encargó al escultor la realización de esta obra, aunque sabemos que a principios del s. XVIII estaba en una villa romana propiedad de la familia Strozzi, de la que fue llevada posteriormente al Palazzo Strozzi de Florencia. De hecho, en la base de madera de la escultura aparece, en relieve, el escudo de la familia Strozzi. En 1935 pasó a formar parte de la Colección Contini Bonacossi, incorporándose en 1969 a los bienes del Estado Italiano. 

Autorretrato de Gian Lorenzo Bernini, 1623
San Lorenzo aparece representado durante el martirio, echado en una parrilla atravesada por lenguas de fuego. Elevando su vista a lo alto, el santo está pidiendo a Dios la protección de Roma  la ciudad de Roma. Su sufrimiento físico le lleva al éxtasis. 

El genial escultor Gian Lorenzo Bernini (1598-1680) estaba obsesionado por representar la expresión del rostro humano en diversas situaciones y emociones. A veces trasladaba a sus creaciones lo que él creía que vivían sus personajes. 

En el éxtasis de Santa Teresa de la iglesia romana de Santa Maria della Vittoria, por ejemplo, el escultor intentó representar en la cara de la santa el éxtasis que ella sentía. Pero Bernini, que no era un místico, no sabía muy exactamente lo que era un éxtasis, o sea que representó lo que a él se le antojó más parecido: el rostro de una mujer en pleno orgasmo. Eso sí que lo había visto bastantes veces.  

Éxtasis de Santa Teresa, de Bernini.
Iglesia de Santa Maria della Vittoria, Roma. 
Al genial escultor le gustaba experimentar en su propia carne, observándose al espejo para intentar captar con precisión los rasgos faciales ante diversas sensaciones. Desde luego, no hay nada mejor para plasmar una situación que vivirla en primera persona.

Según cuenta su propio hijo, Domenico, al ir a realizar la estatua de San Lorenzo en la parrilla, Bernini se planteó qué cara debía poner el santo mártir al sentir el dolor causado por las llamas sobre su piel. Decidió, como en otras ocasiones, experimentar él mismo. Así que se situó ante el espejo, cogió una brasa incandescente y la acercó a su propio muslo, intentando esbozar rápidamente en un papel sus propias facciones contraídas por el dolor. 

Con este tipo de experimentos, no es raro que Bernini consiguiera plasmar con sumo realismo la expresión que se dibuja en la cara de los protagonistas de sus esculturas ante las diversas vivencias. 


Gianlorenzo Bernini: 




Bernini. Arquitectura y escultura barroca italiana:



No hay comentarios: