jueves, 1 de junio de 2017

Sátira medieval de los médicos







Anónimo

Apología de la Medicina
(circa 1300)

Pintura al temple sobre tabla
procedente del Palacio de la Almudaina (Palma) 
Museo de Mallorca. Palma. 



Estas pinturas ornamentales proceden del  proceden del rico artesonado del Palacio de la Almudaina, en Palma, que en la Edad Media fue residencia real. Datan del reinado de Jaume II, hijo de Jaime I y primer rey de la dinastía privativa del Reino de Mallorca, que comprendía el Rosellón y la mayor de las Baleares. 


Jaime II jura los Privilegios del reino de
Mallorca  ante su padre, el rey Jaime I
Tras la conquista de Jaime I (1229), realizada exclusivamente por catalanes, sin participación de aragoneses, Mallorca se constituyó en reino. Junto con Catalunya, Valencia y Aragón y el pequeño enclave de Montpellier constituían los territorios regidos por este monarca. A la muerte del rey Jaime I (1276), los reinos, por disposición del soberano se repartieron entre sus hijos: al mayor, Pedro, le correspondió Catalunya, Aragón y Valencia; al segundo, Jaime, los territorios al Norte del Pirineo (condado del Rosellón) y el Reino de Mallorca; al tercero, Sancho, unos castillos y pequeños territorios feudales. 

El reino de Mallorca pues, tuvo una vida política independiente desde  1276 hasta 1343, fecha en la que fue anexionado nuevamente a los territorios de la Corona de Aragón bajo la soberanía del rey Pedro el Ceremonioso. Aunque el nombre del Reino fue el de Mallorca, los soberanos generalmente residían en el continente (Perpinyà). En Palma, el rey Jaime II reconstruyó el antiguo alcázar o Zuda del rey musulmán de Medina Mayurka (anterior a la conquista) siguiendo el modelo del Palacio de los Reyes de Mallorca en Perpinyà. Un bello edificio gótico, ricamente ornamentado como corresponde a las residencias reales. 


Aguafuerte de Goya ¿De qué mal morirá? 
Parte de esta preciada ornamentación son las tablas procedentes del artesonado que encabezan hoy esta entrada. Actualmente se pueden admirar en el Museo de Mallorca, donde se exhiben al lado de otras que representan escenas de caza y torneos. Pero hoy traemos aquí las que se refieren exclusivamente a escenas médicas. 

Es evidente que la escena que se representa es altamente satírica. En una de las tablas (la que encabeza esta entrada) un burro-médico, que debe de ostentar una alta dignidad a juzgar por su bastón, examina la orina de un paciente en un frasco de uroscopia y parece discutir el diagnóstico con un felino (un gato? una pantera?). 

La escasa inteligencia otorgada al burro es proverbial. En este aspecto recuerda uno de los aguafuertes de Goya, en los que un burro toma el pulso a un enfermo, preguntándose ¿De qué mal morirá?. En uno y otro caso, como en las comedias de Molière, se achaca al médico escasas luces o ignorancia de su oficio, que no le permite la curación de los enfermos. 


Escena médica en el artesonado de la Almudaina.
Un oso, con la toga de médico  
En otra tabla del artesonado aparece una escena similar. Un oso aparece solemnemente vestido con la toga que era habitual en los médicos de la época. Sentado en una cátedra parece realizar una acción similar (uroscopia), o tal vez está entregando una redoma con una pócima a un enfermo (una cabra). Esta segunda opción nos parece más probable, habida cuenta del pequeño tamaño del recipiente. 

Finalmente la tercera tabla de la serie representa un animal de difícil interpretación frente a un armario de farmacia, en el que se ven alineados diversos albarelos conteniendo fármacos y drogas. Se trata pues, presumiblemente, de la representación satírica de un boticario sea cual sea su encarnación animal.

En todo caso, se trata de una muestra más de las chanzas y burlas a los que se ha sometido a los médicos en todas las épocas. El hecho de poder decidir sobre temas tan delicados como la vida y la muerte, la posibilidad (no siempre reconocida) de errar o de verse impotentes para evitar los fatales desenlaces y un cierto engreimiento profesional bastante extendido han sido probablemente las causas de estas sátiras. 



El Palacio Real de la Almudaina:  


















No hay comentarios: