Un museo puede interpretarse de muchas maneras. A la visión artística, histórica o antropológica, un dermatólogo puede aportar nuevos enfoques sobre patología, cosméticos, terapéutica, simbolismos, usos u otros aspectos de interés.
Las Tres Gracias (s. II d.C.) Escultura de mármol, procedente de Cirene Museo de Trípoli (Jamahiriya Museum) Trípoli (Libia)
Aunque para la mayoría, las Tres Gracias nos han llegado a través del cuadro de Rubens, los antecedentes artísticos de esta representación son numerosos y algunos de notable antigüedad. Vamos a repasar algunas de estas "tres gracias".
Relieve griego. 100 a.C.
Los orígenes de esta obra se deben buscar en la mitología griega, una temática muy habitual en el arte barroco. Las tres gracias eran las Carites, hijas de Zeus y la ninfa Eurínome. Sus nombres eran Eufrosine, Talía y Aglae (aunque muchos escriben Aglaya para referirse a esta última). Las tres hermanas siempre iban juntas y eran las diosas de la alegría, el hechizo y la belleza.
Mosaico Romano representando las Tres Gracias (s. III d.C). Museu Arqueològic de Barcelona.
No hay muchas fuentes clásicas que se refieran a ellas, aunque sabemos que se les atribuían sentimientos de jovialidad, buen gusto o esplendor. Estaban muy relacionadas con Afrodita, con quien a veces se les representa y con el dios Eros o Cupido (como puede verse en el cuadro de Rubens), por lo que no es difícil relacionarlas con el amor y el enamoramiento. Las Gracias concedían dones y regalos, como la alegría, la elocuencia o la sabiduría, por lo que se las relacionaba también con la amistad y la generosidad.
Fresco de Pompeya representando a las Tres Gracias.
Las Gracias eran las encargadas de presidir todos los acontecimientos en los que el placer fuese el principal ingrediente, como las buenas comidas o banquetes y los espectáculos de danza, entre otros. Acompañaban con frecuencia a las musas que solían bailar y divertirse al son de la música que tocaba Apolo. Bailaban tanto que a veces solían llevar la cabellera algo despeinada. Solían vestirse con una túnica, aunque muchas veces iban completamente desnudas.
Medallón de cuenco romano 200-260 d.C.
Eran muy jóvenes y bellas, pero nada engreídas ni presuntuosas. Las Carites eran extremadamente alegres y divertidas, lo que hacía que fueran muy apreciadas tanto en el mundo terrenal (por los hombres mortales) como en el Olimpo eterno, por los dioses inmortales.
Sarcófago paleocristiano de las Tres Gracias (Museo del Bardo, Túnez)
Las Tres Gracias siempre se representan juntas y nunca por separado, como tantas otras tríadas de dioses tan frecuentes en los pueblos indoeuropeos, donde el tres es un número mágico. Por esto, en la época paleocristiana se las tomaba para representar a las tres virtudes cardinales: Fe, Esperanza y Caridad, y así figuran en un sarcófago del Museo del Bardo, en Túnez.
Sandro Botticelli representó a las Tres Gracias a la izquierda de su cuadro "La Primavera". Uffizzi, Florencia
Rafael Sanzio: Las Tres Gracias.
Más cercano a Rubens es el cuadro pintado por Rafael Sanzio, y del que el artista flamenco realiza una personal reinterpretación, al parecer inspirada en una fuente de Siena.
Pero en el cuadro de Rafael, las tres hermanas se muestran castas y recatadas, con una actitud estática, mientras que en el cuadro de Rubens aparecen voluptuosas, alegres y llenas de vitalidad.
Para completar la entrada de hoy revisaremos la interpretación de este tema por parte de diversos autores, terminando con las interpretaciones posteriores a Rubens, como las de Canova y Picasso.
Lukas Cranach el Viejo
Tintoretto
Albert Dürer
Hans van Aachen
Fresco de Villa Farnesina. Roma.
J. Jacques Pradier (1790-1852)
Antonio Canova
Salvador Dalí
Pablo Picasso
Las tres Gracias: De la tradición mitológica a Rubens y a Picasso
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