jueves, 5 de marzo de 2020

Atarse el pene








Atleta griego ofreciendo 
sus armas a Atenea 
 (s. V-IV a.C.)

 Cerámica negra de figuras rojas   
Museo Arqueológico Nacional. Madrid




En esta ánfora griega de figuras rojas aparece un atleta depositando el casco y el escudo en el suelo. En las fiestas Panateneas, se realizaban carreras en las que los participantes corrían armados, llevando más de 40 Kg. de peso encima. El atleta vencedor, al fin de la carrera, ofrecía su armamento a la diosa Atenea, escena que probablemente es la que recoge la cerámica. 


Atleta recibiendo un premio,
mientras recoloca su cinodesma
El atleta, ya sin casco ni rodela, aparece desnudo. Pero llama la atención la curiosa curvatura de su pene, así como la cinta que lleva entorno a su cintura. ¿cuál es la causa?


En la Antigua Grecia, los atletas competían desnudos, lo que no les suscitaba ningún pudor. Sin embargo, mostrar el glande del pene descubierto se consideraba obsceno. Por eso tenían una curiosa costumbre: se ataban el prepucio.  Así impedían la "desnudez" del glande, que podía resultar impúdica y ofensiva. 

A esta práctica era conocida con el nombre de "nudo de perro" o cinodesma (κυνοδέσμη, de κύων "perro" y δεσμός "nudo"). Para llevarla a cabo usaban una tira de cuero, una estrecha cinta o un hilo, que anudaban en el akropóstion, la parte del prepucio que sobresale del pene. En griego antiguo usaban dos palabras para referirse al prepucio: el posté (ποσθἡ), que recubre el pene, incluido el glande, y el akropóstion (ἀκροπόσθιον), el extremo que sobresale. Por cierto que la palabra posté ha dado lugar al término médico postitis (inflamación del prepucio) y a balanopostitis (inflamación del glande y del prepucio).  A veces los médicos olvidamos de donde proceden los vocablos que usamos y es bueno refrescar la memoria de vez en cuando. 


     Atleta con una visible cinodesma con lazo          
La tira de cuero se podía atar alrededor del vientre, o bien sujetarse con un lazo a la base del pene, y en este caso quedaba curvado. Otra modalidad era sujetar el pene en curva hacia abajo, atando la cinodesma alrededor de la pierna. De esta manera se evitaba que durante el ejercicio quedara el glande a la vista.  

Algunos atletas llegaban incluso a perforarse el prepucio (infibulación) para poder sujetar más firmemente la púdica tira de cuero. Además del decoro, probablemente el cinodesma, al sujetar el pene les proporcionaba cierta "comodidad" durante los ejercicios, evitando el balanceo del miembro.  


La primera alusión a esta costumbre aparece en la literatura del s. V a.C., en la obra satírica Theoroi, de Esquilo, de la que se conserva una parte.  También disponemos de muchas cerámicas áticas con imágenes que documentan esta práctica. 

Relieve de atleta sosteniendo un aríbalo con aceite
antes de lavarse. Se observa un prepucio
con una notable fimosis. 
De todos modos, debemos aclarar que no todos los atletas recurrían al "nudo de perro". Ciertamente muchos atletas afectos de fimosis (estrechez del prepucio que impide la retracción del mismo) no necesitaban este pudoroso recurso. Por las representaciones que han llegado hasta nosotros la fimosis debía ser frecuente entre los griegos. 
A diferencia de otras culturas, como la judía o la egipcia, los griegos no practicaban la circuncisión, y en las imágenes que han llegado hasta nosotros pueden verse prepucios largos y siempre cubriendo el pene. 

Atleta procediendo al cinodesma antes de competir
   
Otra cuestión que muchas veces se plantea es la razón de que en las figuras masculinas griegas (tanto en esculturas como en cerámicas), los genitales aparecen de pequeño tamaño. Esta es una cuestión que más que desde el punto de vista anatómico debe abordarse desde la visión simbólica, que tanta importancia tenía en la Antigüedad y que solemos olvidar al contemplar las civilizaciones del pasado. Para los griegos el varón modelo era el hombre culto, refinado y espiritual, que sabía controlar sus instintos e impulsos sexuales, lo que se representaba reduciendo el tamaño de sus genitales. En cambio, cuando se trataba de sátiros, personajes bestiales caracterizados por su lascivia se representaban con grandes falos para evidenciar su descontrol, su incontinencia y su desenfreno sexual. 

Este valor queda de manifiesto en la obra Las nubes de Aristófanes cuando se enumeran los atributos ideales en un hombre modelo: 
«Pecho sano, 
anchos hombros, 
lengua corta, 
glúteos fuertes 
y miembro pequeño».


Cerámica que muestra a Hércules luchando contra unos egipcios. Hércules (a la izquierda) muestra el pene intacto, con prepucio. A la derecha, el egipcio que está en pie aparece mostrando el pene circuncidado. (Imagen facilitada por Jaume Ripoll)


Sátiro con un falo de enormes dimensiones, para poner de relieve su lascivia y su incontinencia sexual. Cerámica ática de figuras rojas. Altes Museum. Berlín. 


Cerámica que muestra a un atleta atándose el cinodesma





Bibliografía



Osbourne, Robin (2004). Greek History. Londres y New York: Routledge. p. 10. 

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