Xavier Sierra Valentí
En la Reial Acadèmia de Medicina de Catalunya
Anfiteatro anatómico
Reial Acadèmia de Medicina de Catalunya Barcelona |
El pasado 5 de febrero de 2019 los Muy Ilustres Académicos de la Reial Acadèmia de Medicina de Catalunya (RAMC) votaron para cubrir las vacantes de académicos correspondientes. En esta votación tuvieron a bien elegirme para ocupar una plaza en la Sección cuarta de esta entidad, dedicada a Medicina Social e Historia. Es para mí un honor la confianza que los académicos han depositado en mí, lo que les agradezco profundamente y a partir de ahora procuraré contribuir lo mejor que pueda a los objetivos y finalidades de esta histórica y venerable entidad.
Busto del fundador del Colegio de Cirugía, Pere Virgili, en el anfiteatro anatómico de la RAMC |
Francisco de Goya: El arquitecto Ventura Rodríguez. Óleo sobre lienzo. Nationalmuseum, Estocolmo |
Como que en aquel tiempo, médicos y cirujanos eran profesiones separadas, la fundación del Real Colegio de Cirugía, presidido por una personalidad con tanto prestigio como Pere Virgili (1699-1776), fue una forma de evitar la pérdida del nivel científico sanitario en la ciudad. Pere Virgili aplicó los criterios que ya había seguido al crear el Real Colegio de Cirugía de Cádiz, es decir fundar una institución dedicada sobre todo a la formación de cirujanos de la Marina y dirigió las obras del edificio junto con el arquitecto Ventura Rodríguez (1717-1785). Una pintura de Francisco de Goya nos ha legado el retrato del arquitecto ante el plano del edificio.
Busto de Antonio de Gimbernat en el anfiteatro de la RAMC |
Pronto el Colegio de Cirugía se equiparó a un centro universitario. Un discípulo de Virgili, el cirujano y anatomista Antoni de Gimbernat (1734-1816) dio un gran impulso al estudio de la anatomía humana, y contribuyó al conocimiento anatómico del canal inguinal describiendo el ligamento que lleva su nombre y a la cirugía de la hernia inguinal. En esa época los nuevos cirujanos, salidos de los centros académicos, se diferenciaron de los antiguos cirujanos-barberos, con escasa formación académica, que practicaban sangrías, cortaban el pelo, aplicaban sanguijuelas y sacaban dientes. Los nuevos académicos decían estar preparados para curar. Si los médicos que salían de la Universidad de Cervera no habían visto ninguna demostración anatómica con cadáveres, los cirujanos del Colegio barcelonés realizaban disecciones que les permitían tener un alto nivel de conocimiento anatómico. Por este motivo la sala principal del Colegio era, precisamente el anfiteatro anatómico.
Busto de Carlos III en el anfiteatro de la RAMC |
En 1770 se constituyó la Academia Médico Práctica de Barcelona, presidida por Pere Güell y dirigida a la formación de los médicos. En 1785, bajo el reinado de Carlos III (1759-1788) un monarca ilustrado, gran impulsor de sociedades científicas, se le otorgó el título de "Real".
En 1843 la Facultad de Medicina regresó a Barcelona conviviendo en el mismo edificio con la Real Academia de Medicina hasta 1906. En esta etapa se realizaron también importantes aportaciones científicas. Fue aquí donde Ramón y Cajal -que fue catedrático de Barcelona de 1887 a 1892- descubrió la neurona, lo que le valió el Premio Nobel en 1906.
La araña monumental de cristal de Murano, donada por el rey Alfonso XIII |
Durante unos años el edificio de Ventura Rodríguez fue abandonado por todas las instituciones médicas. Durante un tiempo fue Escuela de Magisterio hasta que en 1929 la Reial Academia de Medicina de Barcelona estableció nuevamente su sede, con un acto presidido por el rey Alfonso XIII que como recuerdo hizo donación de la gran lámpara que preside el anfiteatro: una araña de grandes dimensiones, de cristal de Murano, dotada de un sistema de poleas para subirla y bajarla (ya que originalmente estaba dotada de bujías que debían encenderse y apagarse manualmente). Más adelante se modificó para poder iluminar mediante energía eléctrica.
Emblema de la RAMC |
Como que el ámbito de la institución abarca toda Catalunya, en el pleno de 10 de diciembre de 1991 los muy ilustres académicos acordaron cambiar el nombre de la sociedad por el de Real Academia de Medicina de Catalunya ( RAMC ).
Visión del anfiteatro anatómico de la RAMC desde la cúpula. En el centro, la mesa de mármol donde se practicaban las disecciones de cadáveres. |
La RAMC se compone de 60 académicos numerarios elegidos per votación entre los propios miembros; 15 académicos de honor; 120 académicos nacionales por elección o por premio y académicos correspondientes extranjeros sin limitación de número. Acoge médicos y profesionales sanitarios de ciencias afines (farmacéuticos, veterinarios, biólogos…). La Academia se divide en cuatro secciones: Sección Primera: Ciencias básicas, diagnósticas y terapéuticas; Sección Segunda: Medicina; Sección Tercera: Cirugía y Sección Cuarta: Medicina Social e HIstoria.
Las principales funciones de la Academia son:
- Hacer de órgano consultivo de las administraciones sanitaria y de justicia
- Impulsar los estudios sobre Historia de la Medicina Catalana y llevar a cabo la organización del Congreso de Historia de la Medicina Catalana.
- Impulsar los debates sobre cuestiones sanitarias de actualidad.
Acto de ingreso de un académico numerario en la RAMC (Dr. Francesc Cardellach, 27 de novembre de 2011) |
Desde 1986 la Academia publica la Revista de la Reial Acadèmia de Medicina de Catalunya, que substituye a publicaciones anteriores que se editaron con otros títulos, como Memorias de la Reial Academia Médico Práctica de Barcelona (1798), El Compilador Médico (1865), Anales de Medicina y Cirugía (1915) y Boletín Informativo (1964)
Recuerdo ahora cuando realicé mi primera comunicación médica, hace muchos años, cuando me acababa de licenciar en Medicina en la UAB y comenzaba a trabajar en el equipo del Prof. J. Cabré, que era académico de la Real Academia de Medicina de Cádiz. Por este motivo tuve entonces la oportunidad de exponer oralmente dos casos clínicos en la RAMC. Han pasado los años y ahora, tras toda una vida profesional, el destino me dirige otra vez a la RAMC. Se cierra un círculo. A partir de ahora permaneceré vinculado a esta venerable institución, y dedicaré todos mis esfuerzos a contribuir a sus actividades y objetivos.
Fachada del edificio de la Real Academia de Medicina de Catalunya, en la calle del Carme de Barcelona. |
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