martes, 30 de enero de 2018

Marilyn Monroe (III): Estrella de Hollywood






Cartel de la película "Niagara"

(Distribuido en Italia, 1953) 

Papel impreso
Museo Nazionale del Cinema. Turín. 




En anteriores artículos comentábamos la gran popularidad que alcanzó la imagen de Marilyn Monroe con su característica cabellera rubia y su lunar, así como sus difíciles comienzos como modelo y como actriz

A partir de 1950  Marilyn aparece ya en papeles destacados en muchas películas de referencia: 

  • La jungla de asfalto, de John Houston (The Asphalt Jungle, 1950) 
  • Eva al desnudo, de Joseph L. Manckiewitz (All About Eve, 1950) 
  • Encuentros en la noche de Fritz Lang (Clash by night, 1952)
  • No estamos casados de Edmund Goulding (We're not married, 1952)
  • Cuatro páginas de una vida parte dirigida por H. Koster (O´Henry's Full House, 1952) 
  • Niebla en el alma de Roy Ward Baker (Don´t bother to knock, 1952)
  • Me siento rejuvenecer de Howard Hawks (Monkey Business, 1952) 


En 1953 llegaron los éxitos más relevantes, en las que ya se le encargaron papeles de protagonista: 
  • Niágara de Henry Hataway (1953)
  • Los caballeros las prefieren rubias de Howard Hawks (Gentlemen prefer blondes, 1953)
  • Cómo casarse con un millonario  de Jean Negulesco (How to marry a millionaire, 1953)

Convertida en menos de un año en una de las estrellas más rutilantes de Hollywood, en 1954 se casó con el popular jugador de béisbol Joe DiMaggio. La boda fue un clamoroso acontecimiento social, aunque pocos meses más tarde se divorciaron, a pesar de que Marilyn siempre afirmó que de los tres maridos que tuvo a quien más quiso fue a Joe. 

Cinematográficamente este año tampoco fue muy brillante: 
  • Río sin retorno de Otto Preminger (River of no return, 1954)
  • Luces de candilejas de Fritz Lang (There's no business like show business, 1954)

Fotógrafo desconocido. Marilyn Monroe en "Bus Stop" (1956)
Acrílico sobre gelatina de bromuro de plata sobre papel
The Andy Warhol Museum. Pittsburg


En la mayoría de las películas, Marilyn representaba papeles de una chica ingenua y muy atractiva, un verdadero sex-symbol, que no se correspondía con los sentimientos reales de la actriz, relativamente tímida y que se sentía además muy desgraciada en su vida sentimental. Marilyn, que tenía un gran complejo de inferioridad intelectual (probablemente causado por haber abandonado muy pronto sus estudios) seguía tomando clases de arte dramático con Lee Strasberg e incluso estudió el psicoanálisis con la finalidad de conocerse más a sí misma y hacer aflorar su potencial interpretativo. Asimismo, participó en algunas piezas de teatro intentando mejorar sus capacidades interpretativas. Pero todos esos esfuerzos suscitaban sonrisas burlonas en Hollywood que le había colgado el cliché de "rubia y guapa pero tonta" y la seguía viendo como una chica con el único mérito de su irresistible atractivo sexual. 



En 1955 Marilyn realizó dos actuaciones intachables, aunque no consiguió borrar la idea que se tenía de ella y todavía la encasillaron más: 
  • La tentación vive arriba de Billy Wilder (The seven year itch, 1955)
  • Bus Stop de Joshua Logan (1956) 

Los periodistas que la entrevistaban nunca se interesaban  por sus dotes interpretativas sino que solamente preguntaban por burdas cuestiones de tocador. Algunas de las respuestas de la actriz se hicieron famosas (como cuando declaró que no llevaba ropa interior o la de dormir solamente con dos gotas de Chanel num. 5), pero contribuyeron a acuñar cada vez más su papel de sex-symbol. Tal vez fuera esta presión social junto con su complejo de inferioridad intelectual lo que hizo que su comportamiento en los rodajes fuera bastante problemático. Era muy impuntual, ponía frecuentes excusas para intempestivas ausencias y su relación con actores y técnicos solía ser conflictiva. Comenzó a tomarse períodos de descanso en clínicas debido a las depresiones que la aquejaban con frecuencia.

En 1956 se casó nuevamente. Esta vez con el dramaturgo judío Arthur Miller, para lo que tuvo que convertirse previamente al judaísmo. Este enlace todavía suscitó más expectación que su anterior boda con DiMaggio. Miller, que era un escritor y dramaturgo serio, que pertenecía a la élite intelectual judía, y de ideología izquierdista, se casaba con una mujer que encarnaba su antítesis: superficial, frívola, sin ideas propias y que aparecía con frecuencia en las portadas de la prensa amarilla. En este caso los agoreros acertaron: Marilyn no encajó bien en el exclusivo círculo de intelectuales con los que Miller se relacionaba y la pareja se distanció, aunque no se divorciaron hasta 1961. El tercer matrimonio de Marilyn fue su tercer fracaso personal. 

  • El príncipe y la corista, de Lawrence Olivier (The Prince and the Showgirl, 1957)


Salas del Museo Marilyn Monroe de Sant Cugat del Vallés (Catalunya)
El único museo monográfico dedicado a la actriz 

Marilyn se enfrentaba ahora a sus inseguridades; a un matrimonio que ya no funcionaba;, a unos estudios cada vez más reticentes a contratarla, a pesar de su inmensa popularidad. Todo esto se tradujo en nuevas depresiones y nuevas estancias en sanatorios.  Y entonces aparecieron dos peligrosas adicciones: el alcohol y los barbitúricos.

  • Con faldas y a lo loco de Billy Wilder (Some like it hot, 1959)
  • El multimillonario de George Cukor (Let´s make love, 1960)


En esta última película trabajó con el actor francés Yves Montand. Durante el rodaje, Monroe y Montand tuvieron un romance poco duradero. Marilyn se enamoró del actor, pero para Montand no era más que una aventura. Una vez más, la mujer más deseada del mundo tenía dificultades para conservar un amor.
  • Vidas rebeldes de John Houston (The Misfits, 1961) 
En esta última película, sobre un guión de Arthur Miller, que todavía era su marido. Tal vez fue el mejor regalo de Miller, de quien se divorciaría poco después, justo antes del estreno de la película. 



Eva al desnudo (1950): 





Marilyn Monroe  The Last Goddess





Marilyn Monroe "La tentación vive arriba"



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