martes, 4 de julio de 2017

Un fraile con gonorrea







Ilustración marginal en un manuscrito 
(Finales del s. XIII) 

Codex Justinianus (Bolonia)
Bibliothèque municipale. Angers. 



No es del todo infrecuente encontrar dibujos marginales subidos de tono en manuscritos medievales, como no lo es encontrar escenas eróticas en ménsulas y canecillos de iglesias románicas. En algunas iglesias de Galicia o Cantabria son frecuentes las iglesias que muestran escenas de cópulas, sodomías o masturbaciones (en los canecillos del exterior, lugar reservado a todo lo malo, en contraposición a la sacralidad interna del templo)

En este caso, encontramos un fraile (con hábito y la cabeza tonsurada) enfrascado en la lectura de un libro, mientras muestra unos genitales de gran tamaño, con claros signos de  balanitis y de supuración uretral. 

Está claro que esta miniatura tiene una intención satírica o erótica, por lo que intentar un diagnóstico es muy cuestionable. Sin embargo los síntomas sugieren una gonorrea, de forma bastante evidente. 

Por una parte el glande aparece intensamente enrojecido, claramente inflamado, síntomas claros de balanitis. En muchos casos la inflamación de esta zona puede ser la consecuencia de una infección por hongos levaduriformes del género Candida. Estos hongos son oportunistas y aunque pueden transmitirse tras un contacto sexual con una persona infectada, también pueden producir esta alteración por un aumento de humedad o escasa higiene, y también son frecuentes en diabéticos tras un aumento de glucosa.

La gonorrea o blenorragia es una infección (generalmente debida a Neisseria gonorrheae, aunque también existen uretritis por otros microorganismos) que se contrae por vía sexual. El gonococo (Neisseria gonorrheae) fue descubierto por Albert Neisser. Es una enfermedad conocida desde hace siglos y ya aparece citada en diversos pasajes de la Biblia. 

El síntoma más característico de la gonorrea es la supuración uretral y el vivo escozor al orinar. En algunas ocasiones el glande puede aparecer enrojecido e inflamado, como parece que es el caso de la miniatura que comentamos. 

En las mujeres la sintomatología es mucho menos clara e incluso, en algunos casos, puede pasar desapercibida, lo que facilita todavía más la propagación de la enfermedad, especialmente a través de la prostitución. Por ese motivo eran conocidas popularmente como "purgaciones". También se la llamaba la "gota militar" por ser muy frecuente entre los reclutas. 

Durante mucho tiempo la gonorrea se trató con lavajes intrauretrales con antisépticos como soluciones argénticas o permanganato potásico. Antes de la era antibiótica muchas veces se producían estenosis uretrales (estrechamiento de la uretra) que provocaba importantes molestias al orinar. Las estenosis eran tratadas con bujías o beniqués, unas sondas metálicas. Tenían un calibre cada vez mayor intentando dilatar la uretra. Algunos personajes fueron tratados así (Enrique IV de Francia, Giacomo Rossini...) 

Con la introducción de los antibióticos, el tratamiento y pronóstico de la gonorrea ha mejorado sensiblemente. 

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