martes, 6 de junio de 2017

Museo Olavide (III): Cómo se hacían los moldeados de cera






Molde en yeso usado para realizar moldeados de cera

Yeso
Museo Olavide. Madrid.



En el Siglo XIX, la cera seguía siendo el material más usado para la elaboración de modelos patológicos como los que forman la colección del Museo Olavide, debido a que la cera era un material fácil de modelar, práctico y económico. Además de la cera, se utilizaban otros, tales como la arcilla o el yeso, este último, para la creación de moldes.
Atrás quedaron los sencillos exvotos (pequeñas figuritas de cera), utilizados en la antigüedad como ofrenda a las divinidades en agradecimiento ante la curación del enfermo. desde tiempos inmemoriales, los enfermos que pedían a la divinidad la curación de sus dolencias solían agradecer su curación con el ofrecimiento votivo de representaciones de los miembros u órganos que habían estado enfermos. 


Moldes en yeso para la realización de las figuras de cera. Museo Olavide. Madrid. 



Las esculturas de cera aparecen en Medicina en los siglos XVII y XVIII, cuando surge un gran interés por la ana- tomía, realizándose moldeados para poder estudiar de forma más sencilla y didáctica las distintas partes del cuerpo hu- mano. En muchos casos, se trataba de figuras de cuerpo entero y de tamaño casi natural, que representaban a veces a una mujer desnuda y embarazada, con un abdomen des- montable, que al levantarse mostraba los órganos internos e incluso el feto. Eran las denominadas «Venus anatómicas», y de esa época destaca la famosa colección del museo Della Specola, de Florencia. Como autores, cabe resaltar, princi- palmente, a Gaetano Zumbo (1656-1701), Gerad Desnoues (1650-1735), Franz H. Martens (1778-1805), Clemente Susini (1754-1814) o Joseph Towne (1806-1879). Alguno de ellos, posteriormente, realizó figuras de cera dermatológicas. 


Proceso de creación de un moldeado de cera. Museo Olavide. Madrid. 

Entre todos ellos, el más conocido y destacado fue Jules Baretta (1833-1923) , un hábil ceroescultor de frutas y flores descubierto por Charles Lailler, médico del Hospital de Saint Louis, quien le propuso trabajar en el Hospital, donde realizó la mayoría de esculturas, que sorprendieron por la gran calidad artística y la coloración. Su primera figura la realiza en 1867 y se trata de un lupus eritematoso. A lo largo de su vida realiza más de 2.000 figuras, retirándose en 1913. Al igual que otros muchos ceroescultores, nunca reveló la técnica de trabajo ni tuvo discípulos o ayudantes a los que transmitir los conocimientos y técnicas del modelado. 

Los escultores del Museo Olavide contaban con un taller en el propio Hospital San Juan de Dios. Durante más de cien años, fueron sucediéndose, elaborando una obra sin igual. También la técnica fue cambiando y perfeccionándose llegándose a simplificarse significativamente los tiempos y el proceso de elaboración.De forma general, la fabricación de un modelo de cera necesitaba la cooperación de al menos tres personajes: el paciente que padecía la enfermedad, el médico que la diagnosticaba y evaluaba y el escultor que la reproducía con la máxima fidelidad.


Fases de elaboración de los moldeados de cera.
Tomado de Aranda D, Maruri A, Mora A. Restauración de las figuras
En: Conde Salazar L. (ed) Piel de Cera. Ed. Luzán. Madrid, 
2006

No disponemos de ninguna fuente bibliográfica que nos permita conocer la técnica empleada para la creación de los moldes de cera, ya que esta era guardada por los maestros con el máximo secreto. Pero gracias a los estudios retrospectivos realizados durante el proceso de restauración en el museo Olavide, Amaya Maruri, David Aranda y Adriana Mora han podido inferir el procedimiento empleado: 

1. Modelado del núcleo: una vez el dermatólogo había elegido las lesiones cutáneas del paciente que debía representar el ceroescultor, éste hacía una copia exacta del modelo en cera de baja calidad o en yeso. Esta copia, llamada núcleo, a veces no incluía solamente la lesión sino también amplias zonas de tejido sano. En algunas ocasiones (como en algunas piezas del Museo Olavide) podían representar el cuerpo entero del enfermo. 

2. Fabricación del molde de yeso:  Se realizaba un molde negativo en yeso vertiendo el mismo en estado líquido hasta cubrir el núcleo inicial. Frecuentemente se dividía en varias piezas para facilitar la extracción.

3. Creación del molde de cera: Las ceras mezcladas y fundidas se vertían a continuación en el molde de yeso, repartiéndose de forma homogénea en su interior con la ayuda de tela de lino o algún instrumento prensador. Una vez templada la cera, en algunos casos se añadían detalles complementarios, como ojos de vidrio (colocados desde la parte interior del molde) 

4. Vaciado del molde de yeso: el excedente de tela se reforzaba mediante sucesivos pliegues formando un reborde compacto que se usaría tanto para vaciar el contenido como para fijar la pieza posteriormente sobre una tabla de madera enmarcada.

5. Acabado de la cera: Terminado  ya el moldeado, se procedía al pulido, estriado y policromado del mismo. A veces se destacaba el realismo añadiendo pelos naturales (frecuentemente del propio paciente) pestañas, vello pubiano. Todo esto se realizaba bajo la supervisión del dermatólogo, que indicaba en todo momento las características clínicas de la lesión, para que fuera reproducida con todo detalle. 

6. Acabado de la pieza: Finalmente se pegaban con cola dos etiquetas. La de la parte superior indicaba la numeraciñón del catálogo. En el membrete de la parte inferior se especificaba la clínica de la que procedía el caso, el diagnóstico y el autor de la figura. En algunos casos se añadía el historial clínico completo del paciente en la parte posterior del cuadro. 


La técnica de los moldeados de cera conseguían altas cotas de realismo. Este es un molde realizado actualmente sobre la mano del Dr. Conde (director del museo Olavide) A la izquierda, el moldeado de cera obtenido. A la derecha, la mano real del Dr. Conde. 

Bibliografía

Aranda D, Maruri A, Mora A. Restauración de las figuras  En: Conde Salazar L. (ed) Piel de Cera.  ed. Luzán. Madrid, 2006

Sierra Valentí X. Los museos de cera dermatológicos. En: Conde Salazar L. (ed) Piel de Cera.  ed. Luzán. Madrid, 2006


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