miércoles, 11 de mayo de 2016

Peines litúrgicos









Peine litúrgico: 
Sansón luchando con el león (anverso) y Sagitario (reverso)
(1876 circa)

Marfil. Bajo Rhin (Colonia?) 1150-1200


Palazzo Madama. Turín. 




Los peines litúrgicos servían para cepillar el altar y la ropa del celebrante antes de la celebración de la Misa, en un ritual de purificación, de expulsar todo lo impuro que pudiese haber contaminado tanto al sacerdote como a los objetos sagrados. Estos peines suelen disponer de escarpidor, en uno de los lados, con dientes gruesos y separados para desenredar el cabello, y lendrera, con dientes más finos y juntos, para eliminar parásitos (recordemos que los piojos eran muy frecuentes en aquel tiempo)


En el contexto profano, el peine es un atributo iconográfico femenino que se relaciona en general con la coquetería. Pero el acicalamiento más allá de la higiene podía interpretarse como un exceso de cuidado en las cuestiones banales. En este sentido, los peines profanos solían denominarse «peines amatorios» hasta principios del s. XX.


Peine litúrgico medieval, con una escena de la Última Cena
Los peines litúrgicos en cambio, tienen otro sentido. En la liturgia cristiana, todo cuanto pueda tocar las cosas sagradas se trata con gran respeto y pulcritud. Muchos objetos litúrgicos están dirigidos precisamente a garantizar la extrema limpieza de todo lo que pueda entrar en contacto con las especies consagradas. Este ajuar litúrgico está compuesto de cálices, patenas, píxides, incensarios, relicarios, vinajeras, campanillas, ostensorios, custodias, crismeras, navetas, sacras, cetros, báculos, y la panoplia textil, con los colores distintivos de cada época del año o del carácter de la celebración. Los peines formaban parte de este ajuar sacramental, que hoy puede verse en tesoros y museos de las iglesias. 

Peine litúrgico inglés, con escenas de la vida de Santo Tomás Beckett. 
El peine litúrgico simbolizó la limpieza, la pulcritud, la purificación y el respeto, en clara contraposición  a la lujuria y a la provocación. 

El peine limpiaba el cabello del oficiante, y lo liberaba de todo tipo de impurezas (hay que pensar que en aquel momento las tiñas del cuero cabelludo y las parasitosis eran muy frecuentes) y, simbólicamente, también purificaba su alma. Enlazaba esta idea con la consideración del cuerpo como templo del Espíritu Santo. 

Algunos peines de probable uso litúrgico se remontan al s. V (han sido hallados en algunas catacumbas). En época carolingia el Conde San Everardo donó un peine decorado a su capilla (837). Los peines litúrgicos se han encontrado a menudo en las sepulturas de obispos y abades, formando parte de su ajuar funerario, ya que eran entregados al obispo durante su consagración episcopal. También se encontró un peine en la tumba de San Cutberto (s. XI), que actualmente forma parte del tesoro de la Catedral de Durham. El Pontifical de Mende (siglo XIII) hace referencia al peinado, y pontificales y misales desde entonces incluyen oraciones para recitar los sacerdotes mientras se peinan. Asimismo hay referencias de su uso en los rituales eclesiásticos antes del siglo XVI y en inventarios y tesoros de iglesias.

En la mayoría de los casos los peines litúrgicos eran de marfil o de materiales nobles, a menudo ricamente trabajados. En el peine que encabeza esta entrada se puede ver un sincretismo (muy frecuente en el mundo medieval) entre un relato bíblico (Sansón) y una figura mitológica profana (Sagitario).

Algunos de los peines litúrgicos muestran representaciones de leyendas pías, como en el caso de otro de los peines que aportamos, en el que se narra la leyenda de San Eustaquio. Una leyenda en la que la fe y el arte cinegético se encuentran. 





Eustaquio, antes de convertirse al cristianismo era un centurión pagano y era llamado Placidus. Muy aficionado a la caza, un dia un gran venado apareció ante Placidus en un claro del bosque. El animal llevaba entre los cuernos un crucifijo, lleno de luz (en el peine el crucifijo es sustituído por una imagen de Jesucristo). Mientras el cazador le apuntaba con su arco, el ciervo se giró y mirándolo fijamente le preguntó: 
- Placidus, ¿por qué me persigues? Tú vas a sufrir mucho a causa de Cristo. 
Tras convertirse al cristianismo, el antiguo cazador  tomó el nombre de Eustaquio, y posteriormente sufrió martirio por la fe. 


Peine litúrgico de madera de castaño.
Museo Arqueológico Nacional, Madrid.
Otro de los peines que aquí aportamos (de la colección del Museo Arqueológico Nacional de Madrid) está realizado en madera de castaño, cosa no muy frecuente ya que como ya hemos señalado se preferían materiales nobles. Su agarradera está decorada con un doble programa iconográfico en discreto altorrelieve que hace referencia a dos pasajes de la Infancia de Cristo: por un lado, la Anunciación y por el otro, la Adoración de los Reyes.

En la Anunciación aparece el arcángel Gabriel junto a un árbol, con una filacteria que lleva la inscripción "AVE GRA PLENA DNS TECUM". Sobre una mesa, un simbólico jarrón de azucenas y un libro sobre el atril con la respuesta de la Virgen: ECCE ANCILLA DOMINI. Una paloma simboliza al Espíritu Santo, y un elemento arquitectónico en el fondo. 

La Adoración de los Magos, en el reverso del Peine litúrgico del
Museo Arqueológico Nacio
nal, Madrid.

La escena de la Adoración también transcurre en el exterior. Destaca la presencia de los tres Reyes Magos (con coronas), un paje a caballo, María, José y el Niño. Completan la escena la mula y el buey. Llama la atención la ausencia de tocado de María, que lleva la cabellera al aire en un preludio de estética renacentista (¿posible alusión a la función de peinado del peine?) El paje lleva un gorro cónico, usado en la época para diferenciar a los judíos. 

La calidad de los altorrelieves de este peine ha sido destacado por algunos estudiosos que han destacado su parecido con algunas sillerías de coro realizadas por Becerra o Berruguete. 



Bibliografía: 


Bertrán MJ. Peines litúrgicos y amatorios, Forma 14 (1929), pp. 14-17 y 62-80.

De la Campa R. Peine litúrgico http://liturgia.mforos.com/1699127/8880849-peine-liturgico/

Franco Mata A. Peine litúrgico. De Gabinete a Museo. Tres siglos de Historia. Madrid: Ministerio de Cultura, 1993, p. 228. 

Lorenzo JM.  Peine litúrgico. http://www.man.es/man/dms/man/actividades/pieza-del-mes/2014-ciclos/fondos-fundacionales/MAN-pieza-mes-2014-09-peine-liturgico.pdf






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