domingo, 25 de octubre de 2015

La tortícolis de Alejandro Magno




Busto de Alejandro Magno
(s. IV a.C.) 

Escultura en mármol

Carlsberg Glyptotek. Copenhague.





Tradicionalmente los bustos de Alejandro Magno reflejan todos los rasgos físicos que caracterizaban a este personaje: la cabeza torcida, y los ojos "líquidos" (hygrotes) con una mirada oblicua. 

En 1797, Alessandro Azara descubrió en Tívoli un busto de Alejandro una herma con una inscripción griega: "Alejandro, hijo de Filipo, macedonio", que se conserva actualmente en el Louvre. A propósito de este busto, el médico Amédée Dechambre publicó algunas reflexiones muy interesantes sobre las implicaciones patológicas del gran conquistador de Asia (1851).


"Yo había aprendido, desde el 5º curso, que según Plutarco, Alejandro  inclinaba la cabeza hacia el hombro izquierdo. Pero en la herma, la cabeza está girada hacia la derecha; por otra parte, otras características de la cara (...) me hacen pensar que esta inclinación no dependía solamente de una simple actitud, sino de una verdadera y clara deformidad"


En efecto, los historiadores de Arte señalan casi todos una inclinación a la izquierda, situando esta inclinación en el cuello o en la cabeza. dechambre constató que en el busto del Louvre, la cabeza está girada al lado derecho, mientras que el cuello está inclinado un poco hacia adelante y en su base hacia el lado izquierdo. De esta curvatura resulta que la parte inferior del cuello se acerca al hombro izquierdo, mientras que en la parte superior se aleja de él. La cabeza se inclina en dirección opuesta en un intento de conservar la vertical. Por otra parte el lado derecho de la cara se reduce, el ojo derecho se sitúa más bajo que el izquierdo y el músculo esternocleidomastoideo derecho es algo más corto. 



Herma de Alejandro. Museo del Louvre
Alejandro Magno. British Museum 





















Tras haber confirmado sus impresiones tomando medidas exactas, Dechambre concluyó que "la forma graciosa de inclinar la cabeza" de la que hablaban los autores clásicos, no era más que "una tortícolis por retracción del esternocleidomastoideo derecho" y que la cara considerada regular y modelo de belleza tenía de hecho "un lado atrofiado, los ojos en escalera y el pómulo marchito". Un indiviuduo afecto de tortícolis con el músculo esternocleidomastoideo corto debería mirar hacia la izquierda y abajo, mientras que Alejandro mira un poco hacia la derecha y más bien hacia arriba. Esta postura, según Dechambre no es la de reposo, sino la que el modelo con esta afección debe intentar adoptar para corregir su tendencia. 


Afegeix la llegenda
Dechambre ha demostrado pues que el texto de Plutarco es motivo de errores de interpretación, ya que no dice que la cabeza de Alejandro se gira hacia el hombro izquierdo, sino que "el cuello se alarga dulcemente inclinado a la izquierda". Sin embargo, las explicaciones de Dechambre, no resolvieron el tema, ya que más bien suscitaron la polémica. Muchos historiadores no aceptaron de buen grado que la figura mítica de Alejandro Magno y su postura - considerada noble y que tanta influencia tuvo en representaciones ulteriores - se intentara reducir a un mero problema patológico. 

Aunque la herma del Louvre está bastante estropeado, hay multitud de bustos de Alejandro en todos los museos del mundo. La mayoría son copias romanas o posteriores, que en general toman como modelo a la escultura de Lisipo. 


Alessandro morente. Galeria degli Uffizi, Florencia. 74x42x42 cm
Hay otra pequeña estatuilla encontrada en el túmulo II de Vergina, la que hasta hace poco se creía la tumba de Filipo, el padre de Alejandro y que ahora se atribuye a una de sus esposas, Cleopatra. En todo caso, es una de las tumbas familiares de la dinastía macedónica. Estudiando esta pequeña escultura, dos médicos griegos, Laskaratos y Damanakis retomaron, a finales del s. XX, el tema de la presunta tortícolis de Alejandro Magno. Según ellos el diagnóstico de tortícolis es correcto, pero no tendría una causa muscular, sino ocular. La tortícolis no deriva necesariamente de una alteración ósea o del esternocleidomastoideo. La posición torcida de la cabeza puede deberse, en ocasiones, ala corrección de una alteración de los ojos, especialmente a estrabismo vertical o a una parálisis de los músculos oculares. En estos casos, la torsión del cuello y la inclinación de la cabeza no son fijas, y el que las padece puede mover la cabeza. Según los datos biográficos, Alejandro prefería una determinada posición de la cabeza y una cierta dirección de su mirada, pero se movía libremente. La ausencia de hemiatrofia facial sobre la cabeza de Vergina y el silencio de las fuentes literarias a este respecto, la disposición y dimensiones de los dos músculos esternocleidomastoideos y la orientación de los ojos sugieren el diagnóstico de estrabismo ocular, probablemente debido a la parálisis del músculo oblicuo inferior del ojo izquierdo (síndrome de Brown).

Este defecto es frecuentemente congénito, aunque también puede ser consecuencia de un traumatismo. En el curso de la batalla de Hircania (327) ,


"una piedra golpeó a Alejandro en el cuello, tan violentamente que sus ojos se nublaron y se obscurecieron un buen rato"
La hipótesis de un factor genético podría dar un sesgo inesperado a la coincidencia de la torsión del cuello y de la mirada oblicua, ya que se han encontrado dos estatuillas de cabezas de adolescentes en las tumbas de Vergina, al lado de las de Alejandro, y sus padres Filipo y Olimpia. Probablemente representan a miembros de la familia, tal vez hermanos o primos. ¿Se podría pensar en un defecto físico hereditario?   ¿o se trataría de la misma pose imitativa, ya que a partir de Alejandro el helenismo difunde una estética similar? 

Alejandro Magno. Gipsoseca Mondazzi. Turrín. 
Finalmente, sabemos que, según las fuentes (especialmente Calísteno), Alejandro tenía distinto color en cada ojo. Podría tratarse de una anisocoria, ciertamente, aunque algunos autores creen que tal vez los cronistas se refieren a que tenía los ojos diferentes, no refiriéndose al color sino a la forma y tamaño de los globos oculares. 


El llamado "Sarcófago de Alejandro" en el que se representan algunas de sus batallas.
Museo Arqueológico. Estambul. 




Bibliografía

Dechambre A. Caractères de la figure d'Alexandre, éclairés par la médecine. Gazette médicale de Paris, 1851, 18: 717-720.

Dechambre A. Caractères des figures d'Alexandre le Grand et de Zénon le stoïcien éclairés par la médecine. Paris, Masson, 1852. Link

Grmek M, Gourevitch D. Les maladies dans l'art antique. Paris, Fayard, 1998: 44-47.

Laskaratos J, Damanakis A. Ocular torticolis: a new explanation for the abnormal head-posture of Alexander the Great. The Lancet, 1996, 347: 521-523. 




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