miércoles, 21 de abril de 2021

Epónimos para olvidar: (y V) Eppinger y el agua de mar

 versió catalana | versión española


 




Monumento conmemorativo
de los muertos en el campo de concentración
 
Escultura de bronze 
Campo de concentración de Dachau



Además de los epónimos de médicos nazis que ya hemos comentado en anteriores entradas del blog, hay otros más cuyas investigaciones vulneraron la ética. Es el caso de Hans Eppinger, que junto con Cahois y Cesare Frugoni describió el llamado síndrome de Cauchois-Eppinger-Frugoni, caracterizado por la inflamación y trombosis de la vena porta, y posiblemente también de la vena esplénica, causando esplenomegalia o hepatoesplenomegalia, anemia, leucopenia y trombopenia. Otras características de este cuadro pueden ser varices esofágicas, ascitis, fiebre y sangrado de la piel y del tracto digestivo.

También se conoció como "nevus de Eppinger" al nevus aracneus, angioma aracniforme o araña vascular.  Se trata de  pequeñas lesiones cutáneas adquiridas, formadas por un vaso central dilatado que está rodeado de telangiectasias, capilares delgados, también algo dilatados, que tienen un aspecto que recuerda a las patas de una araña.



Hans Eppinger en 1940 


Hans Eppinger (1879-1946) se distinguió por sus condenables investigaciones sobre  la supervivencia en el mar. Se intentaba encontrar una fórmula para posibilitar la supervivencia de los pilotos de la Luftwaffe cuyo avión había sido derribado en el océano. Por esto se decidió investigar si podrían subsistir con agua de mar. 

El alto oficial alemán de la SS Arthur Nebe seleccionó a unos cuantos prisioneros del campo de concentración de Buchenwald, en el que habían encerrado a unos siete mil gitanos. Desde allí fueron trasladados al campo de Dachau, donde les mintieron diciendo que integrarían una brigada de limpieza encargada de retirar escombros tras unos bombardeos. 

Pero la realidad fue muy distinta, como reveló el informe de Josef Laubinger el 27 de junio de 1947 durante el llamado Juicio de los médicosEntre julio y septiembre de 1944 se obligó al grupo de 40 gitanos a beber agua de mar, provocándoles graves secuelas.



Visita de Himmler al campo de concentración de Dachau, el 8 de mayo de 1936. (Bundesarchiv Bild)

Josef Laubinger formaba parte del grupo de gitanos sometidos a este cruel experimento. Ante el tribunal de Nuremberg declaró que formaba parte del grupo de gitanos que, a su vez, fue dividido en tres subgrupos. 

Todos fueron privados de alimentos. Al primer grupo les dieron de beber agua de mar. Al segundo grupo agua de mar  tratada químicamente, "que tenía un color amarillo oscuro y era mucho peor que el agua de mar pura". Al tercer grupo se les administró "agua de mar preparada que parecía agua potable real". A los prisioneros se les administraba únicamente agua salada mientras se les iban haciendo determinaciones de sangre periódicas y se anotaba cuidadosamente todos los síntomas que sufrían hasta que morían.

El experimento fue totalmente inútil, aparte de provocar un gran sufrimiento de las víctimas. De hecho, su objetivo era comprobar si sufrirían síntomas físicos graves o si morirían en un período de seis a doce días. La deshidratación que les produjo el experimento hizo que algunos, desesperados, llegasen a lamer el suelo cuando se acababa de fregar. 



Una de las víctimas del experimento de beber agua de mar.

 

Laubinger en su declaración relataba: 

"Tuve terribles episodios de sed, me sentí muy mal, perdí mucho peso y tuve fiebre. Me sentí tan débil que ya no podía soportarlo"
Laubinger declaró que aparte del experimento del agua de mar, también fue sometido a experimentos con hipotermia y malaria. En su declaración recuerda que un día, un gitano checo sometido al experimento, le comentó al médico de la Luftwaffe que no podía seguir bebiendo. 

"El médico lo ató entonces a una cama y lo obligó violentamente a tragar el agua por medio de una bomba de estómago"

A la mayoría de los gitanos usados como cobayas humanos les realizaron punciones en el hígado y en la médula espinal.

"Yo mismo sufrí una punción en el hígado y por mi propia experiencia sé que estos pinchazos fueron terriblemente dolorosos. Incluso hoy, cuando cambia el tiempo, siento un gran dolor". 

Tras finalizar la II Guerra Mundial Eppinger trabajó como médico del alto mando soviético e incluso llegó a tratar a Stalin. Se suicidó ingiriendo veneno en 1946, un mes antes de testificar en el juicio de Nuremberg, un proceso en el que se juzgó por crímenes a veinte médicos de campos de concentración, dos oficiales administrativos y un abogado. 




Wilhelm Beiglböck


Uno de los médicos implicado en los experimentos de los gitanos en Dachau, el internista Wilhelm Beiglböck, fue acusado de llevar a cabo las pruebas para convertir el agua salada en potable, y fue condenado por crímenes de guerra y por lesa humanidad a una pena de quince años de cárcel. La pena fue posteriormente conmutada luego a diez años, por lo que salió en libertad en 1951 y siguió ejerciendo su profesión como médico jefe del hospital de Buxtehude. 

El cerebro de los experimentos con agua de mar, Hermann Becker-Freyseng, fue condenado a veinte años, aunque se quedaron en la mitad. Otros dos médicos nazis recibieron unas condenas similares, cuatro fueron absueltos, cinco merecieron cadena perpetua y siete, la pena capital. 



Una vista de los médicos acusados en el "Juicio de los doctores" en Nuremberg. 

Aunque en Nuremberg se juzgaron ampliamente las matanzas de judíos (Holocausto) no sucedió lo mismo con  el genocidio gitano (Samudaripen), que estuvo escasamente representado. Durante el juicio por ejemplo, hubo solamente cuatro gitanos entre los 84 testigos citados a declarar.  

Gustav Steinbauer, abogado de Beiglböck, alegó que los testigos gitanos citados eran individuos "asociales" y sin credibilidad alguna, a fin de que el tribunal no admitiese sus declaraciones.

"Las condenas impuestas fueron irrisorias, aunque cuando las víctimas son gitanas suelen ser siempre mínimas. De hecho, en los juicios de Nuremberg nadie representó el martirio de los gitanos, que fue descartado desde el principio porque se consideró que la persecución había sido más social que racial. En el fondo, los jueces y fiscales ingleses y estadounidenses también tenían prejuicios racistas contra ellos"



Hans Eppinger


Hasta los años 70, un premio prestigioso en Alemania del Este llevaba el nombre de Hans Eppinger. Tras investigarse su trayectoria profesional y se descubrió su relación y participación en crímenes y experimentos con humanos, se cambió el nombre de este premio. 


Bibliografía

Cuerda E, González-López E, López-Estebaranz JL. Dermatología en la Alemania nazi. Actas Dermo-Sif, 2011; 102: 423-428

Cuerda E. López-Muñoz F (ed) Cuando la Medicina no cura. La participación del personal sanitario en torturas, genocidios y experimentos al margen de los códigos éticos. Delta Delta pub. Madrid, 2016. 

Sierra X. Los dermatólogos judíos en la Alemania nazi. En: Sierra X (ed) 100 años de Dermatología. p. 57-70. Grupo Aula Médica SA. Madrid, 2001

Sierra X. Los dermatólogos judíos bajo el III Reich. Piel, 2011, 16, 120-124.

Weyers W. Death of Medicine in Nazi Germany. Dermatology and dermatopathology under the swastika.  Madison Books. Oxford 1998







Epònims per oblidar: (i V) Eppinger i l’aigua de mar


 



Monument commemoratiu
dels morts al camp de concentració
 
Escultura de bronze 
Camp de concentració de Dachau




A més dels epònims de metges nazis que ja hem comentat en aquesta i en anteriors entrades del blog, n’hi ha d’altres que també van fer investigacions vulnerant l'ètica. És el cas de Hans Eppinger, que juntament amb Cahois i Cesare Frugoni va descriure l'anomenada síndrome de Cauchois-Eppinger-Frugoni, caracteritzada per la inflamació i trombosi de la vena porta, i possiblement també de la vena esplènica, causant esplenomegàlia o hepatoesplenomegalia, anèmia, leucopènia i trombopènia. Altres característiques d'aquest quadre poden ser varius esofàgiques, ascites, febre i sagnat de la pell i del tracte digestiu.

També es va conèixer com "nevus d’Eppinger" al nevus aracneus, angioma aracniforme o aranya vascular. Es tracta de petites lesions cutànies adquirides, formades per un vas central dilatat que està envoltat de telangièctasis, capil·lars prims, també una mica dilatats, que tenen un aspecte que recorda a les potes d'una aranya.



Hans Eppinger el 1940 



Hans Eppinger (1879-1946) es va distingir per les seves condemnables investigacions sobre la supervivència al mar. S'intentava trobar una fórmula per possibilitar la supervivència dels pilots de la Luftwaffe, l’avió havia estat derrotat a l'oceà. Per això es va decidir investigar si podrien subsistir amb aigua de mar.

L'alt oficial alemany de la SS Arthur Nebe va seleccionar a uns quants presoners del camp de concentració de Buchenwald, en el qual havien tancat a uns set mil gitanos. Des d'allà van ser traslladats al camp de Dachau, on els van mentir dient que integrarien una brigada de neteja encarregada de retirar runes després d'uns bombardejos.

Però la realitat va ser molt diferent, com va revelar l'informe de Josef Laubinger el 27 de juny de 1947 durant l’anomenat Judici dels metges. Entre juliol i setembre de 1944 es va obligar al grup de 40 gitanos a beure aigua de mar, provocant-los greus seqüeles.



Visita d'Himmler al camp de concentració de Dachau, el 8 de maig de 1936. (Bundesarchiv Bild)



Josef Laubinger formava part del grup de gitanos sotmesos a aquest cruel experiment. Davant el tribunal de Nuremberg va declarar que formava part del grup de gitanos que, al seu torn, va ser dividit en tres subgrups.

Tots van ser privats d'aliments. Al primer grup els van fer beure aigua de mar. Al segon grup aigua de mar tractada químicament, "que tenia un color groc fosc i era molt pitjor que l'aigua de mar pura". Al tercer grup se'ls va administrar "aigua de mar preparada que semblava aigua potable real". Als presoners se'ls administrava únicament aigua salada mentre se'ls anaven fent determinacions de sang periòdiques i s'anotava acuradament tots els símptomes que patien fins que morien.

L'experiment va ser totalment inútil, a part de provocar un gran sofriment de les víctimes. De fet, el seu objectiu era comprovar si patirien símptomes físics greus o si moririen en un període de sis a dotze dies. La deshidratació que els va produir l'experiment va fer que alguns, desesperats, arribessin a llepar el terra quan s'acabava de fregar.



Una de les víctimes de l'experiment de beure aigua de mar.


 

Laubinger en la seva declaració relatava:

"Vaig tenir terribles episodis de set, em vaig sentir molt malament, vaig perdre molt de pes i vaig tenir febre. Em vaig sentir tan feble que ja no podia suportar-ho".

Laubinger va declarar que a part de l'experiment de l'aigua de mar, també va ser sotmès a experiments amb hipotèrmia i malària. En la seva declaració recorda que un dia, un gitano txec sotmès a l'experiment, li va comentar al metge de la Luftwaffe que no podia seguir bevent.

"Llavors el metge el va lligar a un llit i el va obligar violentament a empassar-se l'aigua per mitjà d'una bomba d'estómac".

A la majoria dels gitanos emprats com a cobais humans els van realitzar puncions al fetge i a la medul·la espinal. 

"Jo mateix vaig patir una punció al fetge i per la meva pròpia experiència sé que aquests punxades van ser terriblement doloroses. Fins i tot avui, quan canvia el temps, sento un gran mal".

Després de finalitzar la II Guerra Mundial, Eppinger va treballar com a metge de l'alt comandament soviètic i fins i tot va arribar a tractar a Stalin. Es va suïcidar ingerint verí el 1946, un mes abans de testificar al judici de Nuremberg, un procés en el qual es va jutjar per crims a vint metges de camps de concentració, dos oficials administratius i un advocat.



Wilhelm Beiglböck


Un dels metges implicat en els experiments dels gitanos a Dachau, l'internista Wilhelm Beiglböck, va ser acusat de dur a terme les proves per convertir l'aigua salada a potable, i va ser condemnat per crims de guerra i per lesa humanitat a una pena de quinze anys de presó. La pena va ser posteriorment commutada a deu anys, de manera que va sortir en llibertat el 1951 i va seguir exercint la seva professió com a metge en cap de l'hospital de Buxtehude.

El cervell dels experiments amb aigua de mar, Hermann Becker-Freyseng, va ser condemnat a vint anys, tot i que es van quedar a la meitat. Dos metges nazis van rebre unes condemnes similars, quatre van ser absolts, cinc van merèixer cadena perpètua i set, la pena capital.



Els acusats en el "Judici dels metges" a Nuremberg. 



Encara que a Nuremberg es van jutjar àmpliament les matances de jueus (Holocaust), no va succeir el mateix amb el genocidi gitano (Samudaripen), que va estar escassament representat. Durant el judici per exemple, només hi va haver quatre gitanos entre els 84 testimonis citats a declarar.

Gustav Steinbauer, advocat de Beiglböck, va al·legar que els testimonis gitanos citats eren individus "asocials" i sense cap credibilitat, a fi que el tribunal no admetés les seves declaracions.

"Les condemnes imposades van ser irrisòries, encara que quan les víctimes són gitanes solen ser sempre mínimes. De fet, en els judicis de Nuremberg ningú va representar el martiri dels gitanos, que va ser descartat des del principi perquè es va considerar que la persecució havia estat més social que racial. En el fons, els jutges i fiscals anglesos i nord-americans també tenien prejudicis racistes contra ells".



Hans Eppinger


Fins als anys 70, un premi prestigiós a Alemanya de l'Est portava el nom de Hans Eppinger. Després d'investigar la seva trajectòria professional i de descobrir la seva relació i participació en crims i experiments amb humans, es va canviar el nom d'aquest premi.



Bibliografia

Cuerda E, González-López E, López-Estebaranz JL. Dermatología en la Alemania nazi. Actas Dermo-Sif, 2011; 102: 423-428

Cuerda E. López-Muñoz F (ed) Cuando la Medicina no cura. La participación del personal sanitario en torturas, genocidios y experimentos al margen de los códigos éticos. Delta Delta pub. Madrid, 2016. 

Sierra X. Los dermatólogos judíos en la Alemania nazi. En: Sierra X (ed) 100 años de Dermatología. p. 57-70. Grupo Aula Médica SA. Madrid, 2001

Sierra X. Los dermatólogos judíos bajo el III Reich. Piel, 2011, 16, 120-124.

Weyers W. Death of Medicine in Nazi Germany. Dermatology and dermatopathology under the swastika.  Madison Books. Oxford 1998


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