Taller de Paul van Somer
Ana de Dinamarca, reina de Inglaterra (1616-1619) Óleo sobre lienzo 216 x 137 cm.
The Paine
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En otras entradas hemos comentado sinonimias de la alopecia de la cola de la ceja: signo del ómnibus de Fournier y signo de Hertoghe. En semiología médica, a la alopecia de la cola de la ceja también se la designa con otra sinonimia, el signo de la reina Ana. Como ya hemos visto, se trata de un signo indirecto, que por sí mismo no es determinante, pero que unido a otra sintomatología puede contribuir a realizar un diagnóstico. Suele asociarse a hipotiroidismo o a dermatitis atópica (por el rascado repetido). También puede estar presente en ciertos casos de lepra precoz, en la sífilis secundaria y en la intoxicación por talio.
La reina Ana de Dinamarca, reina consorte de Inglaterra (1574-1619) |
Aunque no hay un acuerdo unánime. suele aceptarse que el nombre de signo de la reina Ana hace referencia a Ana de Dinamarca (1574-1619), una princesa de la casa de Oldemburgo que fue reina consorte de Inglaterra y Escocia al contraer matrimonio con el rey Jacobo VI de Escocia. Por los datos históricos que tenemos no parece que esta reina hubiese padecido hipotiroidismo. Por otra parte desconocemos si presentó alguna otra patología que pudiera explicar la escasez de pelo en el tercio distal de sus cejas.
Ana de Cléveris (1515-1557), cuarta esposa del rey Enrique VIII |
Según otros autores, el signo de la reina Ana haría referencia a otra soberana, en este caso la aristócrata alemana Ana de Cléveris o Anne of Cleves (1515-1557), cuarta esposa de Enrique VIII. En este caso el signo de la alopecia de la ceja es más evidente a juzgar por los retratos que han llegado hasta nosotros.
Si tenemos en cuenta que el rey Enrique VIII padecía probablemente sífilis, la posibilidad que el monarca hubiera contagiado a su esposa de esta enfermedad sería bastante verosímil y podría explicar perfectamente la alopecia de la cola de la ceja, uno de los síntomas habituales en la sífilis secundaria.
Ana de Cléveris (1515-1557) |
El divorcio de Enrique VIII y Ana de Cléveris fue amistoso. En compensación, a Ana se le otorgaron dos palacios lujosamente amueblados y unas tierras que producían cuatro mil libras de renta anual, además de joyas de gran valor. Además, ella consintió en permanecer en Inglaterra como súbdita y recibió el trato oficial de “Muy Querida hermana del Rey” En la jerarquía cortesana, pasó a ocupar un lugar de preferencia después del rey, la reina y los tres hijos reales. A quien no le salió tan bien fue a Thomas Cromwell, que pagó con su vida el error de haber propuesto al rey casarse con la que él llamaba "la yegua de Flandes" para congraciarse con los príncipes protestantes alemanes...
Ana murió a los 42 años, probablemente de cáncer. Es la única de las esposas de Enrique VIII que fue sepultada en la abadía de Westminster, con un lacónico y escueto epitafio:
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