jueves, 14 de mayo de 2015

Tiña favosa en un cartón de Goya





Francisco de Goya y Lucientes

Muchachos trepando a un árbol 
(1791)

Cartón para tapiz  141 x 111 cm.
Museo del Prado, Madrid



Francisco de Goya y Lucientes (1746 - 1828) fue un artista que revolucionó la historia de la pintura. Se le considera iniciador de la pintura contemporánea y precursor de las vanguardias artísticas del s. XX. 

En su primera etapa Goya aún participaba de la estética del barroco tardío, reflejando escenas costumbristas con algunos toques de humor. Esta es la época en la que aceptó algunos encargos de la Casa Real, consistentes en pintar cartones para la confección de tapices destinados a decorar algunas estancias palaciegas.  

El tapiz resultante del cartón que hoy nos ocupa estaba destinado a ser colgado como sobrepuerta, en eldel despacho de Carlos IV en el Palacio Real de San Lorenzo del Escorial. La escena presenta a tres niños, vestidos humildemente, que se encaraman unos a otros para trepar a un árbol, probablemente con la intención de coger nidos de pájaros. Formaba parte de una serie de cartones que le fue encargada a Goya en 1790. En el encargo se especificaba que la temática debería ser "de asumptos de cosas campestres y jocosas". Goya realizó varios cartones para esta serie, que sería la última que realizaría para la confección de tapices. 

En esta obra, el niño que se sitúa agachado para que los otros suban sobre su espalda presenta la cabeza rapada, en la que se distingue claramente una amplia zona alopécica occipito-parietal, que hace sospechar la presencia de una tiña, enfermedad que era muy frecuente en aquel tiempo. En la parte superior de esta zona, podemos distinguir unas manchas grisáceas, más o menos concéntricas. En mi opinión podrían interpretarse como escudetes fávicos. 

Detalle de Muchachos trepando a un árbol.
Obsérvese la zona alopécica y las zonas grisáceas
que permiten entrever dos escudetes fávicos.  

La tiña favosa o favus, producida por Trichopyton schoenleinii es poco frecuente en la actualidad, pero era muy común en el s. XIX. Para dar una idea de la magnitud de la epidemia que afectaba a toda Europa. Baste aportar el dato de que entre 1807 y 1828 (poco más de veinte años) se diagnosticaron más de 25.000 casos de favus en los hospitales de París. 

De hecho, el favus fue la primera enfermedad de la que se describió un agente causal vivo. Robert Remak en 1839 descubrió que estaba producida por un hongo microscópico. Remak era judío y - dado el antisemitismo centroeuropeo - temió que se le acusara de propagar la infección. Circulaban leyendas sobre judíos que envenenaban el agua con miasmas para provocar las tiñas en los niños cristianos. Para evitarse problemas propuso que el hongo productor del favus llevara el nombre de su jefe, Johan Lukas Schöenlein, por lo que propuso el nombre de Achorion schoenleinii para designar al hongo (posteriormente fue redenominado como Trichopyton schoenleinii). 

La tiña fávica comienza con descamación difusa del cuero cabelludo, produciendo una inflamación profunda del folículo piloso. Evoluciona formando pústulas y costras que se disponen de forma cóncava (adheridas por el centro y elevadas por la periferia) y color grisáceo amarillento, de consistencia frágil, que se conocen como escudetes o cazoletas fávicas y que se asemejan considerablemente a las que aparecen pintados en la cabeza del mozalbete del cartón de Goya. 



Niños en los cartones de Goya:










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